La propagación del coronavirus tiene en vilo a China, la segunda economía más importante del planeta y un socio comercial clave para Costa Rica. A pesar de que el brote se cierne como una nueva amenaza y avanza rápidamente, el país aún no resiente efectos en el intercambio comercial.
Durante el 2019 las ventas hacia ese mercado asiático dejaron divisas por un monto de $121,9 millones, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). En ese momento las transacciones experimentaron una contracción del 37%, si se comparan con el monto total exportado del 2018 que fue de $194,2 millones.
Mientras que las importaciones provenientes de China representan una porción más grande, en este caso Costa Rica compró productos por un monto de $1.544,9 millones, según el portal estadístico de Procomer.
Pedro Beirute, gerente general de Procomer, manifestó que el país aún no percibe ninguna variación significativa en los flujos de importación y exportación producto del coronavirus.
“Sin embargo, la crisis podría crear una contracción del consumo chino debido al cambio en la vida cotidiana de las personas que evitan salir de casa, no acuden a eventos masivos ni asisten a restaurantes ni centros de compras muy aglomerados, por ejemplo; así como los flujos de turismo y transporte interno”, aseguró Beirute.
Tiendas Ekono es uno de los comercios que se abastece con productos importados desde China y hasta el pasado 13 de febrero no había experimentado retrasos en la cadena de importación, según Natalia Reyes, directora comercial.
Sin embargo, la empresa ya toma medidas de prevención.
“Hasta el momento no hemos sufrido interrupciones en el abasto y desde el mes anterior estamos tomando previsiones con otras proveedurías para garantizar la continuidad del abasto de productos”, confirmó Reyes.
Otra de las empresas que tampoco sufre de impacto en las importaciones es Veinsa.
“No hay reportes de ningún tipo de atraso, ni en producción, ni en embarques debido a la situación presentada por el coronavirus en China. Nuestra operación en lo que respecta a las marcas de ese país asiático es absolutamente normal, tanto en venta como en el servicio de postventa que siempre ofrecemos a nuestros clientes", indicó Luis Moya, gerente de ventas de Veinsa.
Mientras, los empresarios exportadores no han cancelado ni mermado los envíos a China, ya que sus principales clientes se encuentran en Shanghái una provincia donde no existe una prohibición sanitaria.
¿Oportunidad para Costa Rica?
La aparición del brote en la potencia asiática podría representar una ventana de oportunidad para las exportaciones costarricenses, sobre todo de productos de mayor valor agregado, como los dispositivos médicos.
Los tres productos costarricenses que lideran las ventas en el mercado chino son la carne bovina, otras agujas, catéteres, cánulas e instrumentos similares –dispositivos médicos– y banano.
Los dispositivos médicos dejaron divisas por $16,6 millones durante el 2019 y representaron el 13,62% del monto total exportado que fue de $121,9 millones.
Esta partida creció 125% si se compara con el 2018 , ya que durante ese año dejó divisas por $7,3 millones y representó el 3,79% del monto total exportado que fue $194,2 millones.
“Las autoridades chinas ha señalado la urgencia por trajes protectores y gafas de seguridad. En términos generales, resulta natural pensar que China pueda aumentar su demanda por artículos médicos y sanitarios a partir de proveedores en diferentes países, pero no se percibe aún un repunte en los pedidos a Costa Rica”, indicó Beirute.
La ventana de oportunidad se podría abrir por las necesidades que actualmente tiene el mercado chino.
A varias semanas de la aparición del virus la demanda de máscaras faciales de protección o cubrebocas se disparó en la potencia asiática, y las empresas que producen iPhones, ropa, automóviles y hasta productos para bebés ahora se dedican a elaborar estos accesorios para contener la enfermedad, según la agencia AFP.
La enfermedad no solo amenaza con un frenazo a la economía china sino también a la mundial, situación que tensa aún más a los diferentes mercados, pues la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé un crecimiento del 2,9%, el nivel más bajo desde la crisis financiera del 2008-2009.