¿Está en la búsqueda de casa nueva y para ello necesita un préstamo? Estrenar vivienda propia es la aspiración de muchas personas, sobre todo en un contexto en el que los precios del alquiler van al alza. Pero, ¿cuánto ingreso necesita una familia para acceder a un préstamo razonable y cumplir la meta de casa propia?
La respuesta definitiva no existe, pues dependerá de muchos factores como las responsabilidades financieras mensuales con las que cuente el potencial deudor, el plazo del crédito, los gastos de formalización, las condiciones ofrecidas por la entidad bancaria de su elección y las pólizas (que incluso variarán de acuerdo a la edad de la personas), entre otros. Sin embargo, como verá más adelante, la recomendación es que el coeficiente de endeudamiento no sobrepase el 50%.
Comprar una casa financiada se ha complicado en los últimos dos años, como informó, en febrero pasado, La Nación, debido al aumento en los costos de construcción y la baja en los ingresos de los hogares. También se suman el alto desempleo y el incremento en las tasas de interés. El costo de una casa de clase media subió 17% en ese lapso, a ¢60 millones, según el Centro del Estudios del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi).
Pero no hay que desistir de la aspiración de ser propietario, y para alcanzarla es importante tener datos y planificar las finanzas familiares. Por eso, La Nación consultó a varias entidades financieras que mantienen dentro de su oferta de productos créditos de vivienda, para determinar el presupuesto que necesitaría una persona o familia para acceder a tres escenarios, tomando en cuenta que ya tendría el 10% de la prima cubierta: un monto de ¢50 millones, ¢60 millones y ¢75 millones, a 30 años plazo.
El presupuesto familiar neto requerido para el préstamo de ¢50 millones iría desde los ¢800.000 hasta aproximadamente el ¢1,1 millones; para un crédito ¢10 millones mayor los ingresos deben estar entre los ¢960.000 y ¢1,3 millones. Por último, para el escenario de ¢75 millones el monto deberá ir desde poco más de ¢1 millón hasta ¢1,6 millones, por ejemplo, según los datos brindados por Scotiabank, Mucap, BAC Credomatic, Banco Nacional y Grupo Mutual.
Las cuotas mensuales para el primer escenario van desde los ¢338.000 hasta los ¢521.000, mientras que para la necesidad de ¢60 millones irían desde los ¢337.000 a los ¢688.000 y, por último, para el préstamo de mayor cantidad irían desde los ¢422.000 hasta superar los ¢750.000. Eso sí, se tratan de cálculos base pues la cuota mensual se verá afectada por el pago de pólizas que se determinan de acuerdo a las características del deudor y otros factores.
Asimismo, las cuotas variarán de acuerdo a los indicadores de referencia (como la Tasa Básica Pasiva) por cada entidad y el tipo de tasa que cada una de ellas ofrece, por lo que el primero de los consejos es comparar entre varios bancos o mutuales antes de decantarse por alguna opción.
Diversas entidades financieras también ofrecen la opción de vivienda bajo la modalidad con bono, como es el caso del Banco de Costa Rica (BCR), Grupo Mutual y el Banco Popular.
Este último, por ejemplo, para un crédito de ¢45 millones, ofrece la línea de Vivienda Comunitaria diseñada para familias de clase media y clase baja alta, que incluiría un bono de poco más de ¢8 millones. Para un escenario de este tipo, el ingreso del hogar debería rondar los ¢620.000 y la cuota se aproximaría a ¢232.628, para quienes mantengan reducción de planilla con la entidad.
En el caso del BCR, se cuenta con la opción de crédito vivienda accesible, un producto dirigido a personas o familias con ingresos entre los ¢424.129 y ¢1.696.518 y para viviendas con valores de hasta ¢65 millones.
En otros casos como Davivienda, los ingresos familiares brutos para acceder a los tres escenarios propuestos anteriormente se ubican en cuotas desde los $532 y los $798.
¿Qué podría perjudicar mi capacidad de pago?
El estudio que realizan las entidades financieras toma en cuenta un análisis integral de los pagos mensuales que enfrenta la persona o familia interesada en el préstamo. Por ello, hay elementos que podrían mejorar el perfil del deudor o bien debilitarlo.
Por ejemplo, si el récord crediticio del deudor muestra pagos sin retrasos y un nivel de endeudamiento viable para adquirir una nueva responsabilidad financiera, las entidades incluyen dichas características dentro del estudio.
“En caso de que el cliente no haya demostrado un compromiso en el pago de sus responsabilidades financieras y, adicionalmente, presente un alto y acelerado endeudamiento, podrían ser factores determinantes para disminuir su capacidad de pago y, por ende, no ser sujeto de crédito”, comentó Adriana Benavides, directora de Centros de Negocios de Mucap.
Por su parte, la directora de Productos de Crédito del Banco Nacional, Vanessa Flores, explicó que las pensiones alimenticias y otras deudas como las tarjetas de crédito también podrían impactar en el análisis; aseguró que en caso de tener varias deudas es preferible que se trate de cancelar antes, algunas de ellas, para liberar su capacidad de endeudamiento.
Si usted busca acceder a un crédito pero mantiene otras responsabilidades financieras, puede consultar a la entidad de su preferencia las opciones que ofrece para disminuir el pago que enfrenta mes a mes, como la unificación de deudas, bonos extraordinarios o una negociación de los plazos.
Uno de los grandes consejos en materia financiera es evitar créditos en moneda distinta a la que se perciben los ingresos. Es decir, si gana en colones, la mejor opción es acceder a un préstamo en dicha moneda.
Haga el cálculo
Leonardo Soto, gerente de Productos de Crédito de Scotiabank, explicó que los clientes pueden simular de una forma sencilla su propio coeficiente de endeudamiento, que se define como el porcentaje de nuestro ingreso mensual que destinamos para pagar los compromisos financieros.
Soto lo ilustró de mejor manera con este ejemplo. Imaginemos que el cliente mantiene tres créditos: una tarjeta de crédito que paga ¢75.000 al mes, un crédito personal que paga ¢100.000 al mes y el crédito del carro que paga ¢175.000 al mes. Para calcular el coeficiente de endeudamiento se deben sumar los pagos mensuales, que en este ejemplo serian ¢350.000 y dividirlo entre el ingreso mensual, que en este escenario hipotético es de ¢1.500.000.
El resultado es un coeficiente de endeudamiento de 23%, es decir, el cliente destina ese porcentaje de su ingreso para el pago de compromisos financieros y la recomendación para mantener este indicador saludable es mantenerlo por debajo del 50%.