Es la 1 p. m. en el centro de San José y el flujo de personas en la avenida central se incrementa. Entre la gran cantidad de personas, muchas empiezan a buscar un lugar dónde almorzar y el tradicional casado siempre es una de las principales opciones.
En uno de tantos comercios de la zona se encuentra Michelle Méndez, la asistente administrativa del restaurante Good Sabor. Esta joven lamenta el aumento en los precios que han tenido los insumos que componen este popular platillo, lo que impacta en el precio final del producto.
Sin embargo, ella explica que ha tratado de hacer el menor aumento posible en comparación con el alza que han tenido los componentes de esta comida, con lo que también asume gran parte del impacto con el fin de ayudar y de mantener a su clientela.
El precio promedio del casado aumentó 7,85% hasta el mes de enero anterior, en comparación con el mismo mes del 2022. Así lo muestra el más reciente Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Esto quiere decir que si una persona pagaba ¢3.000 en enero del 2022, hoy desembolsa ¢3.235,5.
Para que se haga una idea, si usted almuerza este plato de lunes a viernes, con el aumento de ¢235,5 terminaría pagando ¢1.177,5 más por semana, y aproximadamente ¢4.710 más al mes.
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El casado es el decimosegundo artículo con mayor importancia relativa del gasto en los hogares respecto al gasto total. Dedican 1,29% de sus ingresos a este platillo, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del 2018.
Nelson Castillo, coordinador de la Unidad de Índice de Precios del INEC, explicó que para el cálculo del IPC se le consulta a 47 sodas y restaurantes, de forma mensual, por el precio del servicio de un casado típico. Además, Castillo aclaró que el precio considera los impuestos de IVA y el impuesto al servicio, pues el IPC mide los precios que pagan los consumidores finales.
“El artículo ‘casado’ forma parte de las comidas y bebidas fuera del hogar, por lo tanto, lo que se mide es el precio del servicio de un almuerzo ejecutivo o casado típico. Por ejemplo, un plato que incluya arroz, frijoles, picadillo, maduros y una carne. El precio puede incluir refresco o no, eso depende de cada establecimiento en el que se consulta el precio de este servicio”, mencionó Castillo.
Componentes se dispararon
La Nación hizo el mismo ejercicio de analizar la variación interanual a enero del IPC de algunos insumos necesarios y otros optativos para la preparación de un almuerzo típico.
La mayoría de ellos son alimentos y tuvieron un crecimiento de entre 4,57% y hasta el 115,41%. Únicamente la electricidad y el gas, necesarios para cocinar los ingredientes, bajaron de precio durante el último año.
El economista Víctor Umaña explicó a La Nación que Costa Rica arrastra una inflación importada debido a los impactos finales de la pandemia, lo que ha incidido sobre la oferta disponible de alimentos en el mundo, tanto por producción como por dificultades en el transporte.
Umaña también mencionó que la invasión rusa a Ucrania afectó la oferta de productos como cereales y aceites, pues ambos países son grandes exportadores de estos artículos. Además, la incertidumbre llevó a muchos gobiernos a aumentar su demanda, lo que incidió en el precio final del arroz, los frijoles y el aceite, por ejemplo.
El economista explicó que el conflicto también causó un considerable aumento en el precio de los fertilizantes, lo que justifica que alimentos de producción nacional como el tomate, la cebolla o la papa sean los que presentan los aumentos más considerables.
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“Muchos de los productos que componen el casado, aunque se produzcan en Costa Rica, los insumos con los que se producen son importados. Esos productos han arrastrado esa inflación internacional que todavía vemos”, explicó Umaña.
Félix Delgado, exgerente del Banco Central y consultor de Cefsa, explicó que factores como la caída en el precio del petróleo harán que la alta inflación de los alimentos se desacelere.
Delgado aclaró que el hecho de que la inflación se desacelere no quiere decir que los productos dejarán de subir de precio, sino que lo harán de forma más lenta, lo que sería lo normal para las economías. El rango meta de la inflación del Banco Central se ubica entre el 2% y el 4%, por lo que el aumento interanual deseable para todos los productos está dentro de ese intervalo.
Distintos perjudicados
Según algunos comercios consultados en un recorrido que hizo La Nación por San José, entre los perjuicios del alza figura que los negocios perciben menos dinero, pues para preparar el plato pagan relativamente más, en comparación con el aumento que aplicaron al platillo. Pero al mismo tiempo, los consumidores sí han apreciado una subida de precios, por lo que ambas partes se han distribuido las cargas.
La asistente administrativa de Good Sabor explicó que el restaurante se vio en la obligación de realizar una variación en el precio, en diciembre, el cual pasó de ¢2.700 a ¢2.900, lo que significa que subió 7,41%.
“A veces se sale de las manos tener un buen precio porque los insumos siguen al alza, pero tratamos de ayudar al cliente y tratamos de salvaguardar al negocio. Es un gane para ambos”, opinó Méndez.
Por otro lado, Juan Gerardo Muñoz, administrador de Antojerías El Burro Loco, explicó que este negocio ha asumido la totalidad del incremento en los insumos, debido a que el precio que ellos manejan es relativamente alto (incluye refresco) y la situación del consumidor no está para ponerles una carga aún mayor.
“Nosotros hemos tenido que sobrellevar ese aumento, porque la pandemia nos dejó en una situación muy lamentable como para subir el precio del casado. Fue un año que acarreó pérdidas en vez de dejar ganancias”, dijo Muñoz.
En Antojerías El Burro Loco, el precio del casado se ha mantenido igual desde antes del 2022, según su administrador. En este lugar su precio es de ¢4.400, lo que contempla el refresco, una proteína a escoger, cinco acompañamientos entre los que se pueden elegir arroz, frijoles, papa, plátano, pasta o vegetales y ensalada.
Ambos comerciantes afirmaron que a pesar de las dificultades que esto puede causar, han notado un incremento en la clientela, lo que les genera un nivel de ilusión para el resto del año y lo que los mantiene a la expectativa de lo que ocurra con el precio de los insumos.