Las compras electrónicas realizadas en territorio nacional están protegidas por la legislación, con lo cual gozan, por ejemplo, de 30 días mínimo de garantía y el vendedor está obligado a detallar dónde puede ser localizado y a determinar los tiempos de entrega.
El avance en la protección de las compras se da mientras el comercio electrónico en Costa Rica creció 48%, en el 2020, de acuerdo con el índice de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), citado por la Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR).
A eso se une, recordó la CCCR, que en nuestro país siete de cada 10 negocios ya poseen algún método de ventas digitales y a que el 68% de la población mayor a los 15 años tiene abierta una cuenta para comprar por Internet, por todos los medios que se pueden generar, con datos al 2019.
Las protecciones y obligaciones para el comercio electrónico se incluyeron en la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor (7472), como una de las solicitudes para el ingreso de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Así lo recordó Cynthia Zapata, jerarca de la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), quien detalló que el vendedor también está obligado a que las fotos publicadas en la página o en la plataforma donde ofrece coincidan con el producto a entregar.
El vendedor debe también informar en la plataforma si es una persona física o jurídica y detallar su número de identificación, de tal manera que, ante un reclamo del comprador, se pueda localizar fácilmente.
El comerciante, agregó Zapata, también debe detallar claramente el precio final y no evitar costos ocultos (impuestos y valor del envío) en este aspecto.
Zapata advirtió de que, al contrario, la compras digitales en el exterior no están bajo la cobija de la ley local, por lo cual el consumidor debe revisar con cuidado en la plataforma o en la página cuál es el mecanismo ofrecido para los reclamos y para solucionar controversias.
La especialista del MEIC apuntó que hay plataformas y empresas con mucho prestigio, las cuales ofrecen con claridad esa información. Así que recomendó comprar en aquellas conocidas y con respaldo.
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Desafío
Karol Fallas, directora Administrativa Financiera de la CCCR, consideró que el fuerte crecimiento de las ventas en línea plantea un desafío para el comercio y, en particular, para las pequeñas y medianas empresas, basado especialmente en ganarse y mantener la confianza del consumidor.
El cumplimiento de los tiempos de entrega pactados al momento de la compra, la coincidencia entre lo que se presenta en la plataforma y el producto final y aliarse con el servicio logístico adecuado (empresas de transporte y entrega) son retos fundamentales, recordó Fallas.
También argumentó que este tipo de compras se dan las 24 horas del día, mientras el empresario y su personal deben tomar tiempo de descanso. Si sucede así, al día siguiente se encuentra con pedidos que debe preparar, empacar y entregar a tiempo o, en su defecto, tener personal en diferentes turnos.
Fallas coincidió con Zapata en que este tipo de comercio se aceleró y ahora tiene tal grado de relevancia que la OCDE solicitó ubicarlo en la ley, como parte del capítulo de protección al consumidor.
Por ejemplo, en el 2019 el 58% de los negocios dijo no tener ninguna venta electrónica y la cifra bajó actualmente al 36%, mientras a inicios del 2019 un 7% de los negocios poseía ventas en línea de entre un 50% y un 100%. Esta cifra se incrementó al 10% a inicios del 2020 y actualmente está en el 21%, recordó Fallas, basada en los estudios de la Cámara.
En lo relativo al precio, la representante consideró que el país vive una transición, pues si bien en el comercio electrónico se percibe la eliminación de un lugar físico y con ello, los costos de seguridad, alquiler y otros, en realidad se necesita igualmente un sitio para tener el inventario y preparar los pedidos. Además, se debe añadir el valor del transporte y entrega.