El alza en el precio de los combustibles y en el tipo de cambio ya se reflejan en la percepción que manejan los hogares costarricenses respecto a la economía nacional, pues el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) disminuyó 1,8 puntos porcentuales (p. p.) pasando de 42,1, durante el trimestre terminado en febrero del 2020, a 40,3, para el trimestre finalizado en mayo. El indicador tiene una escala de cero a 100, donde entre más alta la calificación mayor optimismo.
Los datos provienen de la II Encuesta de Confianza de los Consumidores, presentada este miércoles 15 de junio por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR). El coordinador del estudio, Johnny Madrigal, explicó que existe más confianza cuando se trata del futuro económico del país, pero se percibe poco optimismo por la situación actual de la economía.
La guerra en Ucrania y sus consecuentes efectos económicos a nivel mundial ya son sentidos por la población costarricense, que en las últimas semanas ha experimentado altos precios de los combustibles así con un tipo de cambio que tocó niveles récord en días anteriores y que alcanzó los ¢688 este martes 14 de junio.
No obstante, el temor de mayores incrementos en el precio de los combustibles se redujo si se compara con los resultados del trimestre diciembre 2021 a febrero 2022, cayendo de 76,9% a 70,6%; sobre el tipo de cambio, tanto en los resultados de febrero como en mayo, el 68,2% espera una depreciación del colón respecto al dólar.
Junto a esto, la mayoría de personas encuestadas mantienen expectativas de que las tasas de interés seguirán en aumento. El 53,2% prevé que el costo de los préstamos aumenten en los próximos tres meses mientras que en febrero ese porcentaje era del 52,4%.
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Así, pese al optimismo que inyectó el cambio de gobierno, como es usual, y el levantamiento de las medidas sanitarias, la población continúa pesimista en cuanto a la situación económica actual.
Si se divide al ICC por la expectativa positiva o negativa en el consumo, se observa que el grupo optimista no varió respecto a febrero (14,6%), mientras que el de pesimistas sí aumentó considerablemente, de 21,9% a 27,7% (5,8 p.p.), a la vez que el de ambivalentes disminuyó de 63,6% a 57,8% (-5,8 p.p.). Es decir, por cada consumidor optimista hay dos pesimistas, mientras que en febrero esta relación era de 1,5.
Percepción en detalle
En el marco de la investigación para determinar el ICC, se realizan dos mediciones: el Índice de Condiciones Económicas Actuales (ICEA) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE). El primero valora la confianza de los consumidores en la coyuntura económica presente y el segundo lo hace como una previsión hacia el futuro.
En este sentido, el ICEA bajó de 29,3 a 25,0 (-4,3 puntos) y el IEE se mantuvo en los mismos 50 puntos que mostró en febrero. Es decir, la población empeoró su valoración económica presente.
Por otro lado, las personas que confían en que sus ingresos superarán los del año pasado alcanzaron 49,5% (versus 47,2% a inicios de año). Por el contrario, 38,3% espera que su capacidad de compra se reduzca en el próximo trimestre, una cifra que aumentó, pues el escenario a inicios de año era menos pesimista: 36,7%.
La encuesta también incluye la percepción sobre el desempleo y quienes piensan que aumentará alcanzaron un 26,5%, porcentaje que no mostró cambios en los últimos 3 meses. En cambio, quienes pronostican un incremento en la pobreza, aumentaron de un 36,1% a un 40,8%.
Por último, la encuesta reveló que la población considera que no es un buen momento para adquirir bienes duraderos como vivienda o carro, ya que la posibilidad negativa de comprar casa (76,5%) o carro (82,3%) aumentó visiblemente en comparación con la encuesta de febrero (69,9% y 75,1% respectivamente).