Conciencia medioambiental, productos que se consideran menos agresivos para la piel y el cabello, así como resultados positivos pueden ser factores que lleven a las personas a elegir cosmética con ingredientes orgánicos.
En el 2019, la consultora Grand View Research previó que en el mundo se gastarían más de $25.000 millones en cosmética ecológica y natural para el 2025, informó El País de España con respecto a esta tendencia, que cada vez suma más adeptos.
Dos empresarias costarricenses y expertas en belleza que trabajan y ofrecen productos con ingredientes orgánicos, hablaron de su experiencia y sobre qué es eso que diferencia este tipo de productos cosméticos de los convencionales y sintéticos.
Ellas son María del Mar Blanco Carranza, cofundadora de Glanz Care, línea de productos para el cuidado de la piel certificados como orgánicos, y Carolina Cheng, quien creó un atelier de belleza donde sus servicios capilares prometen nobleza con el medio ambiente y las personas.
Además de ellas, el químico Darío Chinchilla ahonda en este mercado que puede resultar más vasto de lo que se cree.
Desentrañemos el mundo de la cosmética orgánica.
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‘Skincare’ orgánico
La costarricense María del Mar Blanco Carranza suma casi una década inmersa en el mundo de la cosmética orgánica.
Con experiencia como consultora en marcas de belleza y cuidado personal convencional, hace nueve años cofundó, junto a su hermana Rosa Elena Blanco, la marca de skincare Glanz Care, la cual se ideó en Costa Rica y se fabrica en Europa. En el mercado nacional e internacional se promueve como una opción de cosmética orgánica certificada.
Es en la certificación, dice María del Mar, donde las personas consumidoras encuentran la garantía de que un producto es orgánico.
“Las certificaciones hacen la diferencia. En Costa Rica no hay regulación (cosmética) de que algo sea orgánico, esto significa que como consumidora (de cosmética) no tengo certeza de que lo que me venden sea orgánico. Por eso es la importancia de la certificación. Para que un producto sea certificado orgánicamente pasa por un proceso que revisa ingredientes. Hay varios requerimientos para tener el certificado”.
Si en los alimentos la ausencia de agroquímicos y pesticidas, entre otros, es necesaria para que el producto sea orgánico, en la cosmética, explica Blanco, es necesario que no se incluyan “ingredientes” prohibidos como “derivados del petróleo, silicones y ftalatos”, entre otros.
Un producto cosmético orgánico, explica, es uno que está conformado, en su mayoría, por ingredientes naturales, aunque se trabaja en un laboratorio.
“Un cosmético orgánico también tiene una fórmula química, recordemos que hasta el agua es una fórmula química. Hay ingredientes que se mezclan en laboratorio. Se requiere de un proceso químico para hacer el producto. A veces se confunde lo orgánico con artesanal hecho en casa y en este caso no es así”.
Aprendamos con un ejemplo sencillo. Muchas veces especialistas en dermatología explican que no es beneficioso aplicarse alimentos directos en la piel (en tiempos de tutoriales de TikTok y Youtube, las mascarillas “naturales” para el cuerpo y el cabello abundan). Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un producto artesanal que yo misma puedo hacer en casa y uno orgánico? María del Mar lo explica.
“La diferencia es que, si usted toma un aguacate y se lo pone directo, no está pasando por un proceso de formulación de extraerle los nutrientes al aguacate para aplicarlos en el rostro y que puedan ser absorbidos por la piel. Es diferente ponérselo directo en la cara a aplicarse unas gotas de aceite de aguacate que pasaron por un proceso. Ambos son productos naturales, pero aplicarse comida en la piel no tiene mucho sentido en cuanto a beneficios”, aseguró.
Regresando a los cosméticos orgánicos, estos, independientemente de la marca, tienen la característica de ser veganos y libres de crueldad animal, dos beneficios que encuentran cada vez adeptos.
En su página web, la propuesta pensada en Costa Rica se promociona como “Orgánico certificado, vegano, libre de tóxicos y siempre Cruelty-Free”, un combo cada vez más atractivo para quienes deciden vivir “más conscientemente”.
Certificado que hace la diferencia
Los productos orgánicos de Glanz Care cuentan con el sello Ecocert, que, según especifica en su página web “dispone de una red internacional en más de 130 países para verificar sobre el terreno la conformidad de las prácticas con las especificaciones ecológicas. Se audita toda la cadena de producción, desde la materia prima hasta el producto terminado”.
Que los productos cuenten con cierta cantidad de ingredientes orgánicos en su fórmula es parte de lo básico para iniciar el camino con el que se obtendrá un sello de este tipo.
“Nuestra prioridad es brindar productos libres de ingredientes que tienen potencial para dañar la salud o ser contaminantes del medioambiente”, informan en el sitio en el que están disponibles todos aquellos básicos (orgánicos) para la rutina de skincare.
Para la cocreadora de esta línea de opciones orgánicas, parte de los beneficios que aportan es que “son más naturales y saludables para la piel”.
“Quienes los eligen toman la decisión de optar por una forma más saludable de cuidar el órgano más grande del cuerpo. Pasa lo mismo que con la alimentación. Las personas quieren cuidarse más”, aseguró María del Mar.
Acerca de si por ser orgánicos son más costosos, ella mencionó que no necesariamente. “Es otra opción más en el mercado, con un punto de vista más natural y alineado con el pensamiento de bienestar. Trae las mismas ventajas que la cosmética convencional, pero libre de esos ingredientes que pueden traer ciertos efectos secundarios en nuestra piel”.
La empresaria comentó que la calidad y beneficios son similares debido a que se usan ingredientes homólogos pero orgánicos. En la cosmética convencional, dice, se utilizan emolientes como silicones que hacen que la piel se sienta tersa.
En la propuesta orgánica, buscan emolientes de origen natural que hagan lo mismo sin tener que utilizar silicón, mencionó Blanco, quien usualmente está interactuando con las personas que siguen sus redes sociales para empaparse de la vida orgánica.
‘Nobleza’ orgánica también llega al cabello
Carolina Cheng tiene como estandarte promover la belleza natural que resalte la esencia de cada persona. Por ello, encontró en los productos de ingredientes orgánicos el mundo ideal para ofrecer servicios “bondadosos” con el cabello y aptos para todas las personas.
¿Recuerda cuando antes se decía que una mujer embarazada o en periodo de lactancia no podía teñirse o alisarse el cabello? Esta propuesta hace que esto sea posible debido a que las opciones son menos invasivas, afirma Cheng.
Además de ser la propietaria de Caro Cheng Beauty Atelier, esta costarricense se declara promotora de belleza de productos que son “beneficiosos para el cuerpo y el medio ambiente”.
Es parte de este mundo desde hace muchos años y por ello habla con propiedad de un tema en el que aclara que la composición no es 100% orgánica, pues para preservarse, los productos requieren ciertos componentes químicos: eso sí, aquellos que no sean tan invasivos, como el formol.
Uno de los servicios estrella de esta especialista en cuidado del cabello y maquillaje, es el llamado liso biorgánico, que cumple la función de alisar.
Es en este detalle donde radica que se hable de un producto con ingredientes orgánicos, pues sí o sí, para modificar la estructura del pelo, es necesaria una composición química, en estos casos se acude a alguna que no sea tan nociva.
“En el campo del cabello es famoso el uso de formol para estos fines que cambian la estructura. En los productos que utilizo hay componentes químicos, se necesita síntesis de diferentes moléculas que componen nuevas moléculas. Sin embargo, estos productos cuentan con una certificación que garantiza que son más seguros de utilizar”.
El producto utilizado en el liso, destaca en su botella que cuenta con un 95% de ingredientes orgánicos. El 5% restante tiene insumos convencionales como la cisteína, entre otros.
Este y otros champús, mascarillas, cremas y tratamientos utilizados en servicios capilares cuentan con los certificados de Ecocert y el sello USDA que garantiza a la persona el origen de los ingredientes.
“Están certificados como orgánicos. Cuando nosotros hablamos de orgánico, las personas piensan que es la manzana y el pepino picados y revueltos con miel. Te puedo decir que esto tiene ingredientes orgánicos, pero también ingredientes químicos que lo conservan. Hay que preservarlo para que se mantengan con el tiempo”.
Actualmente, un liso para el cabello, baños de color, tintes, o hasta un rebuilding, que busca reconstruir y aportar brillo, son parte de la oferta con componentes orgánicos que pueden aplicarse desde mujeres embarazadas, hasta personas que luchan con alguna enfermedad (siempre con aval médico).
“Los tratamientos o servicios con productos de ingredientes orgánicos son buscados porque hacen que la persona tenga más conciencia con un producto que es menos invasivo. Hay otros componentes convencionales, como formol, que son dañinos para cuerpo humano”, Carolina Cheng, especialista en belleza con ingredientes orgánicos.
La empresaria cuenta que eligió la vida “con ingredientes orgánicos” tanto en su trabajo, como en su casa, por intuición.
“Siempre he creído que uno como mujer busca belleza, pero no debería de sacrificar la salud. De ahí viene el origen de todo. Soy del pensar que no podemos embellecernos invadiendo el cuerpo de manera agresiva”.
Entre los beneficios, Cheng rescata el tema de la conciencia ambiental, pues las certificaciones con las que cuentan los productos aseguran que la producción se realiza de manera respetuosa con el entorno.
“Por eso se utilizan ingredientes o procesos más costosos y eso eleva (el precio). Estoy dispuesta a pagar porque sé que no contribuyo con lo que ya está sucediendo con la contaminación ambiental”.
“Es como ir a pagar más dinero por frutas orgánicas: uno está dispuesto porque sabe que son de mejor calidad. Pienso: es amor propio, me lo merezco”.
Un químico aclara dudas
Darío Chinchilla, profesor de química de la Universidad de Costa Rica y quien cuenta con experiencia en la formulación de productos naturales, aclaró las dudas más frecuentes relacionadas con un tema que describe como “complejo”.
“La gente tiende a decir que las cosas se pueden clasifican entre naturales y químicas. Dicen: ‘consumo este producto porque no tiene químicos’. Esa es una frase común pero muy incorrecta, porque resulta que hasta el agua es química. La química es todo: la unión de átomos para formar moléculas que terminan siendo esos compuestos importantes que utilizamos siempre. El aire es pura química. Si me decís: un producto sin productos químicos, no tenés”, empezó.
Según Chinchilla, lo correcto es hablar de productos de origen sintético que se hicieron en el laboratorio y aquellos naturales extraídos directamente de la naturaleza. Sobre la producción orgánica explicó:
“Si vamos a formular un gel, lo que normalmente se certifican como orgánico son los productos o activos que se están incluyendo ahí. Por ejemplo, usted le metió aloe, cúrcuma, papaya, lo importante es que esas materias primas que estás utilizando sean de fincas certificadas orgánicas.
“También se puede certificar la producción como orgánica. Es decir, un laboratorio puede también optar por decir que todo lo utilizado en sus procesos, como gelificar con algas, es producción orgánica”.
-¿En qué recae la diferencia entre algo natural y orgánico?
La diferenciación entre algo natural y orgánico simplemente está en si existe o no la certificación de la producción.
“Pongo un ejemplo: ahorita aquí en mi laboratorio nosotros hacemos geles de aloe. Por fuera de la universidad tengo ese trabajo. Nuestro cultivo es totalmente orgánico, no le ponemos nada, pero nosotros no nos hemos certificado. Entonces no podemos colocarle en la etiqueta que es de origen orgánico hasta que no tengamos la certificación. De momento es natural, pero al no estar certificado no puedo decir que es orgánico”.
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Finalmente, los alimentos y cosméticos orgánicos son una opción más en el mercado a la que se puede acceder según gustos, y sobre todo, posibilidades.