Costa Rica cuenta con decenas de partidas comerciales que identifican productos y artículos que se comercializan tanto dentro como fuera del país, es decir, las importaciones y exportaciones. Varias de estas partidas llaman la atención, pero una en particular destaca debido a la cercanía afectiva que representan: los perros y gatos.
Durante el año 2022, el país importó un total de $356.700 en estos animales, y hasta julio de 2023, esta cifra ya sumaban $151.000. Estados Unidos lidera como el principal país de origen de estas importaciones, seguido por Canadá, Colombia y el Reino Unido, según datos preliminares proporcionados por la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
Las razones detrás de estas importaciones son diversas e incluyen el mantenimiento de razas específicas, preferencias personales y fines comerciales. Warner Céspedes, director general de la Asociación Canófila Costarricense, señaló que el 90% de las importaciones realizadas por la organización se destinan al mejoramiento de las razas, lo que implica la importación de ejemplares específicos con este propósito.
Las importaciones de animales en general, se llevan a cabo siguiendo el marco normativo establecido en el documento DCA-PG-03, Procedimiento para gestionar la importación de animales vivos, productos y subproductos de origen animal emitido por el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) en 2017. Este documento establece los requisitos para el ingreso al país, entre los cuales se encuentra la inscripción en el registro de importadores.
En el caso específico de la importación de perros y gatos, desde octubre del 2022, el Senasa estableció el procedimiento en el documento DCA-PG-02-RS-01-IN-006. La normativa exige como requisito el Certificado Veterinario Internacional, el cual debe avalar que el canino o felino doméstico ha sido sometido a un examen clínico por parte de un médico veterinario autorizado y ha sido dictaminado como sano. Además, se establecen requisitos relacionados con la administración de vacunas.
Warner Céspedes también señaló que en Costa Rica existe interés en la importación de perros con fines de crianza para su posterior comercialización o como pasatiempo, especialmente para su uso en competencias. La Asociación Canófila, fundada hace 57 años, se encarga del registro de los criadores de perros de pura raza, conocidos como “afijos”, ante las instancias reguladoras internacionales.
A pesar de que el registro de las razas importadas es un requisito establecido en los procedimientos, el Senasa indicó no contar con información detallada al respecto, según la respuesta proporcionada por Byron Gurdián, director de Cuarentena Animal de la entidad, por medio de un correo electrónico gestionado por la oficina de prensa. Mientras tanto, desde el área de Comunicación de Procomer se señaló que a nivel arancelario no se incluye este detalle.
Los costos
Las importaciones de estas especies de mascotas conllevan un costo. José Antonio Seco, gerente de la empresa Pet Lounge, explicó que los ejemplares pueden ingresar al país como equipaje de mano si son pequeños, o como carga registrada en jaulas transportadoras, si viajan con una persona. Al ingresar al país, no se requieren trámites de importación, pero es necesario cumplir con los requisitos veterinarios, aclaró.
Otra opción es registrar a las mascotas como equipaje, lo que tiene un costo adicional que oscila entre $100 y $150, dependiendo de una tarifa por kilo fijada por las aerolíneas. En esta modalidad, entran en juego varias restricciones, como el tamaño y la duración del vuelo, entre otros.
Seco, quien se dedica al transporte de mascotas desde y hacia Costa Rica bajo la modalidad de carga, explicó que este servicio se brinda cuando los propietarios no pueden viajar junto a sus animales. En este caso, se lleva a cabo un proceso aduanero que incluye el pago de impuestos (24,6% del valor CIF) y los procedimientos establecidos por Senasa.
El valor CIF o de flete depende del tamaño de la mascota y de su lugar de origen. Seco estima que los impuestos pueden variar entre $200 y $500. Además, se debe sumar el costo del boleto de carga, que supera el de una persona y depende del peso volumétrico, que incluye el tamaño y el peso de la jaula, según afirmó el empresario.
Seco aclaró que la empresa principalmente transporta animales de familias, para lo cual tienen un valor fijo (fee) de $50, al que se suman $15 a $20 de seguro.
Entre otras especies animales importadas en 2022, registradas por Senasa, se encuentran abejorros, conejos, nauplios (larvas de crustáceos), bovinos para destace y reproducción, equinos para destace y reproducción, cerdos para reproducción y pollitos, según indicó Byron Gurdian, director de Cuarentena Animal.
Las críticas
La Asociación Nacional Protectora de Animales (ANPA) se opone a estas importaciones porque consideró que la crianza de animales de raza fomenta la instalación de criaderos y promueve el beneficio económico a expensas de los animales. Según Gustavo Vargas, Coordinador Educativo de ANPA, tiene más sentido adoptar animales en lugar de comprarlos.
Argumentó que “traer animales de afuera no tiene sentido, dado el problema de sobrepoblación que existe en el país, lo que se traduce en abandono”. Según estimaciones empíricas, por cada 10 personas hay un gato y por cada 4 personas hay un perro en Costa Rica, lo que lleva a la organización a calcular que existen aproximadamente 1,25 millones de perros y unos 500.000 gatos en el país.
Julia Rojas, directora de Catrix, una asociación dedicada a rescatar, rehabilitar y colocar gatos en hogares por medio de la adopción responsable, opina que importar estos animales es sinónimo de lucro y que va en contra de la sobrepoblación que existe en el país. Considera que convierte a los animales en objetos para su comercialización y busca la cría y la obtención de razas. En contraposición, destaca que organizaciones como la suya se esfuerzan por castrar a los animales y salvar vidas, incluso realizando rifas para financiar estas acciones.