Si la gente está sintiendo que la comida está más cara, los números la respaldan. En marzo, el costo de la canasta básica alimentaria aumentó 9,2% respecto al mismo mes del 2021, el mayor aumento que ha registrado este grupo de alimentos desde que inició su medición, en enero del 2011.
Algunos alimentos muestran incrementos todavía mayores en su costo. Por ejemplo el costo de comprar grasas, como aceite, manteca, margarina y natilla, subió 32% en los últimos 12 meses; la carne de pollo 25% y la de res 18%, bebidas no alcohólicas 17%, frijoles 15% y cereales 12%, según los datos que arroja la canasta básica alimentaria.
Esta canasta, según define el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), es un conjunto de alimentos expresados en cantidades que permiten satisfacer, por lo menos, las necesidades de energía o calorías diarias de un individuo promedio y es la que se utiliza como referencia para medir la pobreza.
El costo de este grupo de alimentos, más un monto adicional para cubrir otras necesidades como servicios, se conoce como la línea de la pobreza y los hogares cuyos ingresos no les alcanzan para llegar a esa línea se consideran pobres. Las familias cuyos ingresos no les dan ni para comprar la canasta básica son las que se ubican en extrema pobreza.
En marzo de este año, el costo de esta canasta por persona alcanzó los ¢52.519, esto significa que un hogar de cuatro personas, por ejemplo, requería en marzo como mínimo ¢210.076 para comprar la comida básica, ¢17.711 más que hace un año, lo cual para una familia en extrema pobreza es un golpe fuerte.
También la división de alimentos del índice de precios al consumidor, que incluye la comida más importante en el presupuesto de los hogares en general, presentó en marzo un fuerte aumento, de 9,5% respecto al mismo mes del año anterior.
Dichas alzas golpean más a los hogares más pobres porque son los que dedican una mayor parte de su gasto a la compra de alimentos. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos, efectuada entre febrero del 2018 y febrero del 2019, los hogares del primer quintil (20% con menores ingresos) dedican un 38% de su gasto a alimentos, mientras que los del quinto quintil (20% con mayores ingresos) un 16%.
¿Por qué sube tanto la comida?
Mario Montero, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), explicó que desde el año pasado inició una primera ola de incrementos en prácticamente todo lo que toca la estructura de costos de producción de este sector, particularmente materias primas e insumos.
Detalló que en ese primer momento, que inició el año pasado, se conjuntaron una cantidad de razones: la crisis mundial de los contenedores, problemas climáticos en Norte y Sur América, donde están los graneros de donde se abastece Costa Rica; aumento en los precios del petróleo que genera también una mayor demanda de biocombustibles, que se fabrican a partir de alimentos.
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Esa ola gigantesca estaba reventando todavía en el primer trimestre del año 2022 y surgió la crisis de Ucrania. La guerra impactó los costos del petróleo, granos y girasol que es importante en los mercados de grasas vegetales. De dicho producto se provee la industria aceitera de Costa Rica para la elaboración de aceites de girasol.
A todo esto se une el incremento en el precio del dólar que eleva los precios de las materias primas e insumos importados.
“Esos factores son los que están resintiendo nuestras familias, pero no de ahorita de abril 2022, esto viene sucediendo desde el último trimestre del 2021, las empresas vienen enfrentando la necesidad de darle ciertos golpecitos a los precios hacia arriba y ya los ajustes más importantes son los que se están viviendo en el último mes”, comentó Montero.
Hacia futuro, añadió el vocero empresarial, hay mucha incertidumbre pues todo depende de la evolución de la guerra en Ucrania.
El 11 de marzo pasado, la Cámara Nacional de Avicultores, emitió un comunicado en el cual advertía que el sector avícola costarricense se encuentra amenazado por los desmedidos incrementos de costos de materias primas en los mercados internacionales, particularmente del maíz y de la soya. Ambos son los dos principales insumos para la fabricación de los alimentos para las aves y otras especies pecuarias.
“Los alimentos para las aves representan más del 65% del costo total de producción del huevo y de la carne de pollo, y se han visto seriamente impactados por la pandemia mundial de covid-19, la crisis de transporte marítimo y en las últimas semanas por el inicio de la guerra Rusa en Ucrania”, indicó la Cámara.
En el comunicado explicaron que también afecta el incremento en el precio del petróleo y el tipo de cambio les afecta los costos de producción.
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Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera explicó que, además de la situación con los hidrocarburos, hay un aumento en la demanda internacional de carne. En Costa Rica, la oferta de carne se mantiene estable, incluso con un leve aumento, pese a la guerra, a la crisis de los contenedores y la pandemia. Pero a la demanda doméstica le hace competencia la demanda internacional, lo cual puja el precio al alza.
“Pensamos que ya esto se va a comenzar a estabilizar, ya con el asunto de la guerra, contenedores, suministro de materias primas, etcétera, va a empezar a darse un equilibrio de mercados, eventualmente, ya el precio internacional ha reportado una estabilidad en las últimas tres semanas (...) sin embargo, todo es una expectativa, estamos viendo que va a ocurrir con el desenlace de la invasión rusa a Ucrania”, comentó Obando.
Ivannia Quesada, presidenta de la Cámara Nacional de Productores de Leche, también explicó que los productores de leche enfrentan un alza en sus costos de manera exponencial. Por ejemplo, la alimentación para el ganado que es uno de los principales rubros, representa entre un 40% y un 60%, subió un 26,9% en los últimos dos años. De ¢11,507 por quintal de alimento concentrado para vacas lecheras en diciembre de 2020 a ¢14,607 a la fecha.
Adicionalmente, los precios de los fertilizantes tuvieron un alza sin precedentes de 210,5% y el precio del diésel aumentó 47,8%, de ¢454 por litro de diésel en diciembre de 2020 a ¢671 en febrero de 2022.
Opciones para aliviar la situación
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, había informado, el mes pasado, de un grupo de funcionarios nombrados por el presidente de la República, Carlos Alvarado, evalúan medidas para atender los nuevos problemas económicos a raíz de la guerra en Ucrania. Entre las posibles opciones, está alguna subvención a las familias en pobreza, en caso de que los precios de los alimentos se mantengan altos.
En tanto, el Partido Progreso Social Democrático, del presidente electo Rodrigo Chaves, tiene en su programa de Gobierno propuestas para reducir los costos de los bienes de la canasta básica. Cita, por ejemplo, en la electricidad mediante la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera; en los granos básicos, quitando los beneficios extraordinarios de los industriales del arroz, mientras se protegería a los agricultores de granos.
También señala la eliminación de prácticas monopólicas que aumentan desproporcionadamente el precio de medicamentos y artículos de cuidado personal, entre otros. “Adoptaremos los criterios de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) o de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA)”, añade el documento.
Además se incluye entre las medidas fortalecer y darle contenido sustantivo a la Comisión para Promover la Competencia, para que sus criterios técnicos sean de carácter vinculante para el Estado.
La presidenta de la Cámara de Lecheros llamó a que se constituya una alianza estratégica entre los entes gubernamentales y el sector privado para analizar nuevas e innovadoras formas de producir en el país. Señaló el encadenamiento productivo entre varios sectores, para reducir la dependencia de los insumos importados, generando riqueza, reactivación económica y de empleo en el país.