El Fondo de Capitalización Laboral (FCL) registra, durante este año, menores pérdidas en sus inversiones cuando se le compara con el Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP). Sin embargo, la facilidad que tiene el trabajador para retirar este ahorro individual provoca que resulte más fácil materializar la pérdida.
Hasta setiembre pasado, las inversiones del FCL registraron una rentabilidad de entre -5,6% y -14,2%, en la variación interanual real, dependiendo de la operadora de pensiones complementaria (OPC). Entre tanto, en el ROP oscilaron entre -11,2% y -18,1%, según la Superintendencia de Pensiones (Supén).
La pérdida detallada en el estado de cuenta del Fondo de Capitalización se puede hacer realidad de manera más rápida porque el afiliado tiene la opción de retirar el dinero cuando cumple cinco años de laborar de manera continua con el mismo patrono o por cese de la relación laboral. También, si la persona decide pasarse a otra entidad.
Además, esto ocurre porque el trámite de retiro de los recursos se efectúa de manera electrónica.
Debido a lo anterior, la recomendación brindada por voceros de las operadoras es no retirar, en caso de ser posible, el FCL para esperar una corrección en la actual tendencia de minusvalías.
Hermes Alvarado, gerente general de BN Vital, confirmó que lo usual es la solicitud del retiro del dinero cuando se cumple alguno de los requisitos dictados en la Ley de Protección al Trabajador.
“Es claro que si el afiliado no requiere liquidez en el corto plazo, siempre será ideal capitalizar el ahorro manteniéndolo invertido; esta recomendación se mantiene sin importar la situación del mercado. Si la necesidad de los afiliados por liquidez es imperante, los afiliados deberán valorar el retiro de los fondos, de acuerdo con sus particulares necesidades”, comentó Alvarado.
Para Róger Porras, gerente general de Popular Pensiones, la mejor opción para el trabajador, en especial en la coyuntura actual, es dejar los recursos en la cuenta individual para tenerlos disponibles en un momento de urgencia.
“Debe recordarse, que, ante un evento de ruptura laboral o cumplimiento de quinquenio, el derecho al retiro de los recursos no se pierde, por lo cual el afiliado puede dejar el saldo sobre el cual ya ganó el derecho y retirarlo en cualquier otro momento, sin problema alguno”, explicó el jerarca.
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Porras subrayó que los recursos con derecho al retiro se mantienen prácticamente como un ahorro a la vista, con una tasa de rentabilidad que históricamente ha sido competitiva.
El FCL se creó en el 2000 y funciona como un seguro de desempleo. Este fondo se genera con el aporte del patrono equivalente al 1,5% del salario del trabajador reportado a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Hasta setiembre anterior, las seis operadoras administraban ¢562.780 millones a 2,6 millones de trabajadores. En marzo anterior, el saldo del activo neto era de ¢647.763 millones, según el registro de Supén.
La reducción se vio influida por los menores rendimientos de las inversiones y el retiro del dinero por parte de los afiliados.
Los rendimientos
El FCL, al igual que el ROP y el régimen de pensiones voluntarias, encaran un proceso en la caída de la rentabilidad de las inversiones, aunque el primero de ellos en un menor nivel.
El actual periodo de pérdidas comenzó después de que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y el Banco Central de Costa Rica (BCCR) iniciaron un rápido incremento en sus tasas de interés para mitigar la alta inflación. Tal decisión golpea las carteras de inversión porque hay una relación inversa entre tasas y el precio de los títulos valores comprados por las OPC.
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No obstante, la dimensión del golpe puede variar según la entidad. Por ejemplo, Popular Pensiones logró en setiembre pasado detener la profundización de la caída en -5,4%, comparado con el -5,6% de variación interanual real registrada para el mes de agosto.
En contraste, las otras cinco OPC mantuvieron la tendencia a profundizar los porcentajes negativos. BAC Pensiones tuvo, hasta el mes anterior, una variación de -14,2%. Sin embargo, la caída fue menor frente al -18,2% de rendimientos registrados por esta misma operadora para los recursos del Régimen Obligatorio de Pensiones.
“Las minusvalías reportadas en el FCL son menores que las del ROP porque el horizonte de tiempo bajo el cual se plantea esta estrategia es menor. Es un portafolio que, por ser de menor plazo que el ROP, tiene un objetivo de rentabilidad menor y, por ende, menor riesgo o volatilidad”, explicó Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic.
El caso de la OPC de la Caja Costarricense de Seguro Social fue similar. Las inversiones del Fondo de Capitalización Laboral rindieron un -12,9% hasta setiembre anterior. Mientras, las del ROP fueron de -14,2% para el mismo periodo, se muestra en las estadísticas publicadas por la Superintendencia de Pensiones.
Héctor Maggi, gerente general de la entidad, comentó que no han recurrido a la venta de inversiones para pagar retiros del FCL. “Con el ingreso de recursos se pagan los retiros, para evitar un mayor impacto en el valor cuota del fondo y disminuir el impacto sobre los afiliados que no retiran”, subrayó.
La medida es relevante porque esta OPC tiene la mayor cantidad de afiliados y recursos del Fondo de Capitalización. En setiembre, administraban ¢153.695 millones, es decir, una tercera parte del total que manejan las seis operadoras. Además, cuentan con 1,23 millones de clientes en este producto.