Washington. EFE. General Motors (GM) reconoció ayer que actuó de forma inaceptable, con incompetencia y negligencia cuando sus empleados ocultaron, por años, un peligroso defecto en el sistema de ignición de millones de sus vehículos, por lo que ha despedido a 15 altos ejecutivos.
La consejera delegada de GM, Mary Barra, acompañada por el presidente de la compañía, Dan Ammann, y el vicepresidente ejecutivo, Mark Reuss, compareció ayer durante horas ante empleados, medios de comunicación y analistas para dar a conocer los resultados de una investigación sobre la actuación de la empresa.
Barra reconoció que el informe final, a cargo de un exfiscal general, fue “exhaustivo, brutalmente duro y profundamente preocupante”.
Según el documento preparado por Anton Valukas tras entrevistar a 230 empleados de GM y revisar millones de documentos, durante más de una década el personal de la firma falló en buscar, compartir o recoger conocimiento, fracaso que tuvo graves consecuencias.
“Hay múltiples componentes en estos fallos, desde errores individuales a la disfunción organizativa pasando por sistemas inaccesibles para algunos e impenetrables para muchos”, resaltó el informe.
Barra, que trabaja para GM desde que tenía 18 años, pero que la dirige desde el 15 de enero de este año, manifestó que la empresa aprendió, y puso en marcha las medidas para que la crisis por el defecto del sistema de ignición no se repita.
“Para aquellos que han dedicado sus vidas a esta compañía, es muy doloroso ver expuestas nuestras deficiencias de forma tan vívida”, reconoció la ejecutiva.
Para empezar, Barra aceptó la responsabilidad de GM en un defecto que ha provocado al menos 13 muertes en Norteamérica, 47 accidentes y la llamada a revisión de 2,6 millones de autos, lo que le costará a la firma unos $1.300 millones.
El informe afirmó que no hay indicios de que los más altos directivos de GM conocieran de la existencia del defecto o que las más altas esferas, incluida Barra, conspiraran para ocultar el problema.
La primera consecuencia del documento fue el despido de 15 ejecutivos y medidas disciplinarias contra otros seis. La segunda fue la creación de un programa para indemnizar a las víctimas de los accidentes relacionados con el defecto, que permitió que se apagara el motor de los vehículos afectados, de forma involuntaria, mientras estaban en marcha.