En el marchamo del 2023, el 67% de los vehículos inscritos tuvieron una actualización en el valor fiscal de un 2,13%.
El Ministerio de Hacienda determinó el alza después de aplicar la fórmula de reajuste establecida legalmente. Sin embargo, para la institución, la metodología actual está desfasada y no refleja el precio de mercado de los automóviles.
Nogui Acosta, jerarca de Hacienda, confirmó que propondrán una reforma legal para modernizar el actual cálculo, que fue establecido hace más de 30 años en la Ley del Impuesto sobre la Propiedad de Vehículos.
El funcionario destacó que el objetivo de la institución es que el valor fiscal de los autos se acerque lo máximo posible al costo del mercado, pues con la fórmula actual no se refleja adecuadamente, consideró.
Para argumentar el cambio, Acosta explicó que el 52% de los 1,74 millones de vehículos inscritos valen menos de ¢1 millón.
“Hay vehículos que tienen un valor fiscal de ¢1 millón. Yo no creo eso, porque en el mercado valen ¢2 millones”, enfatizó.
Hacienda no ahondó en cuál será la nueva metodología, pues aún está en el proceso de formulación. La modificación que se proponga debe aprobarse en la Asamblea Legislativa, por tratarse de un tributo, aclaró el ministro.
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El cambio que se analiza es relevante porque el valor fiscal determina la tasa impositiva que el propietario paga en el impuesto a la propiedad. La tarifa del tributo se establece por rangos; entonces, si el valor fiscal sube, la tasa por pagar también se incrementará.
Precisamente, dicho mecanismo es lo que genera que históricamente el impuesto represente el 70% del costo final del marchamo.
Ajuste al alza
Para Silvia González, socia de Impuestos y Legal de Grant Thornton, aproximar el costo fiscal de los automóviles al mercado implicaría un ajuste al alza, pues generalmente el segundo tiende a ser mayor que el primero, por tratarse de un monto de venta.
La especialista consideró que el reto para Hacienda sería definir cuáles elementos tomará en cuenta en la nueva metodología, pues hay automóviles cuyo costo varía por el uso, aunque sean del mismo año y modelo.
Francisco Villalobos, socio director de ICS, explicó que la modificación que se propone hacer la entidad pública implicará, en el fondo, cambiar la base imponible del tributo, lo cual generará un debate político por requerir una reforma legal.
Así se calcula hoy
La actual fórmula de cálculo del valor fiscal de los vehículos enfrenta críticas porque hay casos en que, de un año a otro, el costo varía de manera significativa.
En la metodología vigente, son tres variables las que se toman en cuenta. Por un lado, la inflación acumulada del último año. Para este año, se tomó el índice de precios al consumidor del pasado mes de agosto, que fue del 12,13%.
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Los otros elementos son el precio de mercado del automóvil, para el cual se usa como referencia el modelo más reciente y una depreciación del 10% anual, según lo establece la Ley del Impuesto sobre la Propiedad de Vehículos.
Priscilla Piedra, socia de Impuestos de Deloitte, explicó que la Dirección General de Tributación es la encargada de hacer el reajuste en el valor fiscal cada año, y esos tres factores representan la forma como se aproxima actualmente a los valores en el mercado interno.
El valor fiscal del automotor es muy relevante porque el monto del impuesto se calcula con base en esa cifra. En el marchamo del 2023, la tasa mínima del tributo es de ¢31.500 para los autos cuyo valor fiscal es de ¢220.000.
Posteriormente, el porcentaje de la tarifa se establece por rangos. Por ejemplo, un automóvil cuyo valor fiscal es de ¢1,6 millones pagará, en primera instancia, la tarifa mínima, pero del exceso de ¢220.000 y hasta ¢880.000 cancela un 1,2%; y del sobrante de ¢880.000 hasta ¢1,6 millones, se paga un 1,5%.
Piedra, quien fue directora de Hacienda, recalcó que en caso de modificarse la actual fórmula, se dará un impacto tributario para los propietarios de vehículos.
La previsión en el Presupuesto 2023 es que el tributo a la propiedad de los vehículos genere una recaudación de ¢204.784 millones; es decir, un incremento del 13% comparado con los ¢181.274 millones de ingresos durante este año, según Hacienda.
El impuesto a la propiedad de los automóviles enfrentó, en los últimos dos años, al Gobierno con el Congreso por la decisión de los diputados de aprobar una rebaja, en el 2020, parar el marchamo del año siguiente, como medida para mitigar los efectos económicos de la pandemia de la covid-19.
Para el derecho de circulación del 2022, los legisladores avalaron otra reducción, pero esta fue vetada por el entones presidente Carlos Alvarado. Durante este año, se volvió a proponer una nueva disminución del tributo, pero no contó con el suficiente apoyo.
Otros componentes
El impuesto a la propiedad de los vehículos no es el único componente del marchamo. Los otros elementos que conforman el derecho de circulación son el Seguro Obligatorio de Automóviles (SOA), una tasa del Consejo de Transporte Público (CTP), timbres y cargas municipales.
Nogui Acosta recalcó que el costo final del marchamo del 2023 dependerá de los componentes y del tipo de automóvil, pues los carros particulares tendrán un reducción del 0,5% en el SOA, dijo a manera de ejemplo.