El Ministerio de Hacienda considera menos perjudicial para el consumidor, para el productor y para la recaudación tributaria poner un impuesto al valor agregado (IVA) de 2% a los productos de la canasta básica, en lugar de dejarla exonerada.
La canasta básica tributaria es un grupo de 200 productos que consumen las personas de menores ingresos. Incluye, por ejemplo, arroz, frijoles, huevos y papas. La última vez que se actualizó fue en el 2012.
Actualmente, la canasta básica está exenta, y también están exentos los insumos para producir, mientras que los servicios que usan casi ninguno tiene impuesto de ventas porque actualmente no se gravan los servicios.
En el proyecto de Ley de Fortalecimiento de la Finanzas Públicas se propone transformar el impuesto de ventas en un impuesto al valor agregado (IVA), con lo cual se extendería a los servicios y mantener la tarifa en 13%.
No obstante, se había propuesto exonerar la canasta básica del IVA al consumidor, pero los productores sí tenían que pagar el impuesto por los servicios y la compra de empaque, por ejemplo. Así quedó en el texto dictaminado el 10 de abril por una comisión especial legislativa.
Sin embargo, tras discutir el tema con los sectores, Hacienda propuso un cambio: que los precios al consumidor de esta canasta quedaran con 2% de IVA e igual los insumos y los servicios utilizados por los productores, y así se expresa en el texto sustitutivo aprobado el 18 de abril por el plenario legislativo.
Para Hacienda esta segunda opción es más beneficiosa para todas las partes y su argumento está en la forma en cómo funciona el impuesto.
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El IVA es un impuesto que se paga y se acredita sobre toda la cadena de producción. Por ejemplo, cuando un industrial compra trigo para hacer harina paga el tributo sobre el precio del trigo y cuando vende la harina cobra el impuesto al panadero sobre el precio de la harina. Cuando el industrial cobra el tributo se deja, o acredita, lo que pagó y el resto lo pasa a Hacienda. VEA: infográfico.
Efectos en productor y consumidor
Cuando los productos de la canasta básica están exentos del IVA, el productor paga el tributo en toda la cadena (por ejemplo, sobre el trigo y sobre la harina) pero no lo puede cobrar al consumidor final (por ejemplo, sobre el pan) entonces sus costos aumentan.
Ante el aumento de costos el empresario tienen dos opciones: reducir su margen de ganancia o aumentar al precio al consumidor.
El economista, especialista en temas tributarios, Jorge Cornick, explicó que no siempre el productor puede aumentar el precio al consumidor cuando sus costos suben, pues eso depende de cuán sensible sea la demanda a los cambios en el precio, un concepto llamado “elasticidad de la demanda”.
Es decir, si el productor sube el precio puede ser que el consumidor deje de comprar y entonces tenga una mayor pérdida.
Priscilla Piedra, directora general de Hacienda, explicó que en el caso de los bienes de la canasta básica es de esperar que el consumidor los siga comprando aún con el aumento en el precio porque son bienes de primera necesidad por lo que es bastante seguro que suba el precio, lo cual sería el efecto en el consumidor.
¿Podría subir más el precio si la canasta está exenta que si se le aplica al precio un 2%? Podría pasar, explicó el director de Tributación, Carlos Vargas; no obstante, consideró que es difícil dar una respuesta categórica pues depende de muchos factores, como la estructura del mercado, la competitividad del mercado, de la elasticidad de la demanda y de la estructura de operación del producto.
Lo cierto es que los precios de la canasta básica posiblemente subirían aún cuando esté exenta del IVA, añadió Vargas.
Para el productor, si paga de impuesto un 2% sobre los insumos y cobra un 2% al consumidor final el efecto es neutro.
Vargas explicó que, además, si la canasta fuera exenta, el productor local quedaría en desventaja respecto al foráneo porque también se debe exonerar los bienes básicos que se importan. De esta forma, los productores locales tendrían que asumir el costo del IVA pagado y no lo pueden cobrar, mientras que los extranjeros no tendrían ese costo.
“El producto nacional va a estar con la carga de impuestos en su cadena (de fabricación), que va al precio, al costo, y el producto importado no”, explicó Vargas.
¿Qué busca Tributación?
A Tributación le interesa gravar la canasta básica y toda su cadena de producción porque obtiene información sobre los ingresos que reciben los productores, lo cual es importante para determinar el impuesto sobre la renta, lo que llaman "trazabilidad".
Juan Rafael Lizano, presidente de la Cámara de Agricultura, explicó que él está de acuerdo con la trazabilidad; no obstante, no están de acuerdo con el 2%.
“No estamos de acuerdo con el 2%, no estamos de acuerdo de que quitaran las exoneraciones de trigo, sorgo y todo lo que necesitamos para la producción de alimentos animales, no nos parece, nos parece que es a la carrera y que no debiera ser así”, comentó Lizano.
La propuesta de la Cámara, dijo Lizano, era un tributo de 1% sobre toda la cadena, para que Tributación pudiera obtener la información, pero la canasta exenta.
Especialistas tributarios consultados coincidieron con Hacienda en que el último esquema es el más beneficioso.
“Yo siento que es mucho más transparente tener la tarifa del 2% y realmente no genera mayor recaudación”, opinó el socio director de Deloitte, Alan Saborío.
German Morales, socio director de la empresa Grant Thornton, consideró que el esquema propuesto es intermedio y está de acuerdo.
Para Cornick, si realmente se quisiera bajar los precios de la canasta básica el país tiene otras herramientas como bajar los aranceles y las restricciones que pesan sobre muchos de ellos, como el arancel del 65% sobre el precio del arroz o las restricciones a la importación de pollo, cerdo, de azúcar, de leche.
“Vos podrías gravar el arroz con el 15% y quitarle un arancel del 65% y el arroz va a ser más barato, quitar las restricciones a la importación de pollo, cerdo, de azúcar, de leche y tiene canasta básica más barata con IVA”, comentó Cornick.
Este economista añadió que la definición misma de la canasta básica es complicada porque aunque se quiere beneficiar a las personas más pobres al escoger un producto se pueden colar otros, por ejemplo, al escoger arroz es difícil separar que sea para gallo pinto o para paella.
Por ello, considera que la idea de devolver el impuesto a las personas más pobres, como se conversó en un inicio, era la mejor; no obstante, para ello se requiere tener un buen sistema de devolución.