Al igual que miles de personas, este fin de semana fui a la feria del agricultor, en mi caso a la de Santa Ana, pues intento conseguir ahí las frutas y verduras frescas y a mejores precios que en comercios cercanos. La mayoría de las veces ando un poco despistada, sin llevar un control, semana a semana, de lo que pago por cada producto, pero el domingo anterior fue diferente, el golpe de la inflación que atraviesa Costa Rica fue evidente en cada transacción.
Aunque el índice de precios al consumidor ha venido en aumento desde hace varios meses, este domingo fue una especie de choque en mi mente. Tomé dos chiles dulces y me sorprendí cuando me cobraron ¢500 por cada uno. “¡Cómo ha subido!”, pensé, mientras devolvía al canguro las monedas que tenía preparadas para cancelar y sacaba, en cambio, un billete de ¢1.000.
Con el tomate y la cebolla también percibí lo mismo y recordé que unas pocas semanas atrás estaban más baratos. Pero sí, ¡es que casi todo estaba más barato! Por supuesto que no se trata únicamente del chile dulce, del tomate o de los productos agrícolas, ya que Costa Rica —al igual que la mayoría de países — atraviesa una de las inflaciones más altas de los últimos años.
La cifra publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), este lunes 8 de agosto, muestra una variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 11,48%, el mayor aumento registrado desde abril del 2009. Justamente, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas es la que representa la segunda variación interanual más alta para julio de este año, con un 21,08%, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Los datos del INEC publicados este lunes ratifican las percepciones del fin de semana en la feria del agricultor: no estamos solo en medio de un alza de precios estacional y enfocada en algunos productos puntuales, es generalizada a otros productos y amenaza con prolongarse.
En mi casa somos dos personas y cuando vamos a la feria usualmente gastamos alrededor de ¢12.000. Al regresar de la feria, a eso de las 10 a. m., nos dimos cuenta que nos faltaron algunas cosas básicas pues olvidamos la lista en casa, como la zanahoria, el pepino y mi rollito de eucalipto; pero el vuelto que trajimos en el canguro era bastante similar al de hace unas semanas, cuando esos productos estaban incluidos. Pagamos más y llevamos menos.
¿Por qué han aumentado de precio algunos productos agrícolas? Desde la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) explicaron que los factores que están influyendo en la subida de precios son de diversa naturaleza y se trata de situaciones tanto externas al país como a nivel local.
Entre las razones destacan la crisis de transporte marítimo y la guerra de Ucrania y Rusia, que provocaron la disminución y el encarecimiento de los fertilizantes, los insumos agropecuarios y las materias primas. El precio de los productos también se ve afectado por el costo de la electricidad y los combustibles, dos insumos para el procesamiento y transporte de los bienes.
“Es importante resaltar que estos factores han encarecido mucho los costos y han afectado el flujo de caja de los agricultores. No vemos en el corto plazo que las condiciones vayan a variar”, señaló Rigoberto Vega, presidente de la CNAA.
Por su parte, el productor agrícola y vicepresidente de la Corporación Hortícola Nacional, Martín González, comentó que la producción de papa y cebolla en la zona de Cartago, por ejemplo, se vio afectada por las fuertes lluvias en mayo y junio, lo que pausó algunas cosechas.
Lo mismo sucedió con otros productos en varias zonas productivas del país, ante el fenómeno climático que se enfrentó en los meses anteriores.
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Alimentos al alza
De los 10 bienes que mayor efecto positivo (al alza) tuvieron en el IPC para julio de este año, siete son parte de la sección de alimentos. En la lista se encuentran el tomate (variación porcentual mensual de 56,17%), la cebolla (67,22%), la papa (40,86%), el aceite (10,20%), el chile dulce (36,16%), la papaya (26,19%) y la lechuga (33,97%).
Para que haga cuentas, si se consultan los informes de precios sugeridos publicados por el Consejo Nacional de Producción (CNP) para las ferias del agricultor en la Gran Área Metropolitana (GAM), en el caso del chile, para la primera semana de julio era de ¢330 por unidad, mientras que para este primer fin de semana de agosto la sugerencia de precio pasó a ¢470 (+42% en un mes).
Asimismo, las alzas son evidentes respecto a la misma temporada del año pasado. Para el primer fin de semana de julio del 2021 el precio sugerido por el CNP para el kilogramo de cebolla seca, por ejemplo, era ¢1.015, mientras que para julio de este año fue de ¢1.135 (+12%); y precio sube a ¢1.340 (+32%) si se observa agosto de este año, una diferencia de ¢205 en un mes.
El tomate es todo un caso aparte. Mantuvo un precio sugerido de ¢2.430 por kilo para el fin de semana recién pasado, mientras que hace un mes fue de ¢1.525 (+59%). La papa amarilla también refleja un camino hacia el alza de su precio y el precio sugerido pasó de ¢875 la primera semana de julio a ¢1.240 (+42%) para el primer fin de semana de agosto.
“El alza tan significativa en el costo de estos bienes es particularmente preocupante porque forman parte de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que está compuesta por los bienes de consumo alimentario básico de los hogares y que se utiliza para el cálculo de los hogares en pobreza y pobreza extrema”, señaló el Colegio de Ciencias Económicas ante los precios de la cebolla, el tomate y la papa, los tres productos que más aumentaron de precio en julio.
¿Hasta dónde llegará la inflación? El economista de Ecoanálisis y la Academia de Centroamérica, Norberto Zúñiga, considera que hay varios factores que sugieren que en los próximos meses podría presentarse una desaceleración del indicador mensual, como la baja en los precios de las materias primas y el comportamiento del tipo de cambio. El Banco Central, por su parte considera que la inflación regresará a su meta (un rango entre 2% y 4%), hasta 2024.
Y como señalé anteriormente, no son solo los productos agrícolas, pues se trata de un aumento generalizado de precios que afecta de paso a los productores. La inflación ya no nos respira en la nuca, como dice el dicho, nos la tocó hace un rato y recorre el cuerpo hasta golpear el bolsillo.
La viví en la feria, mientras desayunaba mi gallo pinto favorito en una de las soditas improvisadas frente a la plaza de deportes y veía los partidos de los equipos de menores; la vivimos los consumidores cuando vamos al supermercado y por los mismos productos tenemos que arrimar unos cuantos billetes más para la compra.