Las monedas conmemorativas emitidas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) a partir de 2021 se han convertido en piezas de especial interés para los coleccionistas, en un mercado que se ha llenado de revendedores no especializados que han distorsionado los precios, según advierten especialistas en numismática.
Actualmente, la moneda de colección emitida en ocasión de los 200 años de la Independencia de Centroamérica es la que tiene mayor valor en el mercado de reventa, alcanzando los ¢75.000, indicó Cristian Calderón, miembro de la Asociación Numismática Costarricense y vendedor de monedas coleccionables desde hace 18 años.
Sin embargo, Calderón aclara que este precio de referencia no incluye lo que él define como valores “distorsionados”, producto de la especulación por parte de revendedores sin conocimiento ni experiencia en la comercialización de monedas coleccionables.
Por ejemplo, la última pieza de colección, acuñada por el BCCR en conmemoración de los 200 años de la Anexión del Partido de Nicoya, vendida a partir del 26 de julio pasado, a un costo de ¢9.275, se ofrece en ¢105.988 en eBay, un precio que nadie pagará, señala Calderón, principalmente porque es la emisión que tiene la mayor cantidad de unidades, 20.000, en comparación con las otras tres, de las cuales se lanzaron cerca de 5.000 de cada una.
Calderón indica que en el mercado formal de monedas coleccionables, esta pieza ronda entre los ¢30.000 y ¢35.000. “Los precios en Facebook, eBay y otras páginas son un referente, pero no reflejan su valor real”.
Leonardo Montalbán, presidente de la Asociación Numismática, explica que las monedas conmemorativas de colección despiertan interés en los coleccionistas después de un periodo de más de 20 años sin que el BCCR emitiera piezas de este tipo; la última había sido acuñada en el año 2000.
Sin embargo, Montalbán señala de manera categórica que “no están llegando al mercado meta original, que son los coleccionistas”. Añade que los especialistas en numismática están adquiriéndolas en menor cantidad debido al surgimiento de revendedores sin experiencia.
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El gremio esperaba que esta última edición, debido al volumen de la emisión, pudiera ser adquirida por los coleccionistas en mayor cantidad. Montalbán considera que la metodología de distribución no es muy clara, ya que varía según la entidad que las vende. Ante la disminución de la posibilidad de compras directas, los coleccionistas más ansiosos recurren a los revendedores.
Montalbán advierte de que hay un alto riesgo de estafas. “Lamentablemente, el mercado está mal”, apunta. Cree que el BCCR ha hecho un esfuerzo por distribuirlas equitativamente, pero los revendedores encuentran la oportunidad de acaparar las monedas para revenderlas.
“Habrá que ver si el BCCR realiza una auditoría posterior a los bancos y cooperativas para verificar la venta formal. De alguna forma, esas monedas están llegando al mercado secundario, porque hay vendedores que acumulan hasta 50 y suben el precio, aunque en esta última edición no creo que lo eleven tanto”, señala Calderón.
Respecto a esta última emisión, el BCCR responde que solicita a las entidades distribuidoras de la moneda conmemorativa llevar un registro en los diferentes puntos de venta y remitirlo al Banco Central una vez finalizada la distribución, según indica el Departamento de Emisión y Valores.
El BCCR añade que el programa de colecciones pretende que las monedas sean accesibles a la ciudadanía por medio de múltiples entidades financieras a lo largo del país, tanto para coleccionistas como para el público en general. “Al ser valores de colección, queda a discreción de la persona compradora su fin último: coleccionar, obsequiar, vender, entre otras actividades”.
El BCCR refiere que las consultas relacionadas con las monedas adquiridas o con el proceso de venta deben gestionarse en la plataforma de Atención al Ciudadano, en el enlace https://atencionalcliente.bccr.fi.cr/Sitio/
Oferta, demanda y algo más
El mercado de monedas de colección no es ajeno al dinamismo básico de la economía, que se rige por la oferta y la demanda, de ahí que se definan los precios. No obstante, Calderón remarca que en este segmento prima mucho la obsesión y el impulso de los coleccionistas nuevos por obtener rápidamente alguna pieza.
“Estoy seguro de que muchos se van a arrepentir por lo que pagaron”, asegura Calderón. La Asociación Numismática cuenta con 220 asociados y funciona desde hace ocho años.
Jorge Vargas, coleccionista de monedas desde hace 50 años, comparte la misma opinión. Después de un largo periodo sin que el BCCR emitiera monedas conmemorativas, dice que los coleccionistas estaban “ávidos” de estos artículos, debido al buen posicionamiento que tiene el país por la calidad de las piezas.
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Sin embargo, Vargas considera que se ha generado la expectativa de que llegarán a tener un alto precio de reventa. “Las monedas suben de precio con el tiempo, pero no nos referimos a días, hablamos de décadas”, asegura.
Vargas también confirma que los coleccionistas suelen ser compulsivos al comprar monedas, lo que se convierte en un incentivo para los revendedores. “El coleccionismo no es una venta, es una cacería, es un asunto de paciencia, pero hay quienes no la tienen, y los revendedores se aprovechan. Sin embargo, también hay muchos vendedores honestos miembros de la Asociación”, añade.
El principal valor de las monedas conmemorativas emitidas por el BCCR es su perfil histórico, pues conmemoran fechas de gran importancia, destaca Vargas. “No valen en efectivo, sino por su significado histórico”.
Calderón explica que las ventas de monedas entre coleccionistas se realizan de manera presencial, en ferias que se organizan. Por su parte, Vargas menciona que existen grupos de WhatsApp donde se establecen los precios, en función de la oferta, la demanda y las negociaciones bilaterales entre compradores y vendedores.
El precio de las monedas en el mercado formal
Calderón refiere que el precio de la moneda del Bicentenario de la Independencia, que actualmente se ubica en ¢75.000, se debe a la efeméride que conmemora, fue la primera en tener color, lo que la convierte en una pieza llamativa. Además, se acuñó después de 21 años sin que el BCCR lanzara una moneda coleccionable. El precio de venta al momento de la emisión en noviembre de 2021 fue de ¢25.000.
La moneda conmemorativa de los 175 años de Fundación de la República se ubica en ¢50.000. De esta se emitieron 4.000 piezas en agosto de 2023, con un precio de venta de ¢12.500.
El metálico acuñado para conmemorar los 75 años de la abolición del Ejército, lanzado en noviembre de 2023, con un total de 5.600 monedas de colección a un precio de ¢12.883, se encuentra en el mercado formal de los coleccionistas en ¢40.000 como máximo. “No tuvo tanta aceptación por términos políticos”, señala Calderón.
Cabe destacar que todas las monedas tienen una denominación ¢500. La más reciente, emitida en julio pasado, por el Bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya, se cotiza entre ¢30.000 y ¢35.000, “y de ahí no va a pasar por la mayor cantidad que se emitió”, concluye Calderón.