Las personas que pagan sumas menores a ¢15.000 con tarjetas que tienen chip o la tecnología de pago sin contacto, ya no requieren presentar la cédula, ni firmar el voucher. Además solo le deben entregar el voucher si lo solicita.
Así lo estable el Reglamento del Sistema de Pagos del Banco Central que está vigente desde el lunes 14 de mayo, cuando salió publicado en el Alcance número 97 del diario oficial La Gaceta.
Actualmente hay cerca de cinco millones de tarjetas que tienen estas funcionalidades, el 60% del total. Para finales de año todas deberán de tenerlas, explicó Carlos Melegatti, director de la División de Sistemas de Pagos del Banco Central.
Además el 65% de los POS (terminal de punto de venta o datáfono) tienen ya instalada esta tecnología.
Melegatti comentó que actualmente el pago rápido existe, pero está desordenado, pues cada comercio define el monto que no requiere identificación.
“Lo que queremos es ordenar la cancha, que los ticos entiendan, cuál es el monto de pago rápido, donde no tienen que firmar, no tienen que hacer nada” explicó Melegatti.
Seguridad
El director detalló que este pago rápido es seguro tanto para el consumidor como para el comerciante.
Para el consumidor porque, a partir del 1° de julio del 2018, las entidades financieras tienen la obligación de comunicar al cliente de forma inmediata sobre cualquier movimiento de fondos efectuado sobre una cuenta.
Para los comercios porque si un cliente reclama al banco que no hizo esa compra, no hay contracargos para el comercio. Es decir, el banco emisor no le va a cobrar al banco del comercio ese monto.
Aunque el reglamento está vigente desde hace poco más de dos meses todavía muchos comercios no lo conocen, pero Melegatti explicó que ya deben de comenzar a aplicarlo.
El director detalló que el 70% de las transacciones en Costa Rica son menores a ¢15.000 por lo que este sistema agilizará en gran medida los pagos.
Para montos mayores a ¢15.000, o tarjetas que solo tienen banda, todavía se debe entregar la cédula y firmar el voucher, hasta que se pueda utilizar un PIN o un mecanismo biométrico (por ejemplo, la huella) de identificación.
Estas modificaciones forman parte de un conjunto de cambios en los pagos con tarjeta que buscan que dicho pago sea más seguro y eficiente.
¿Hacia dónde va el sistema?
Según este mismo reglamento para el año 2021 el pago con tarjeta en nuestro país será así: el consumidor aproximará su tarjeta, billetera electrónica, pulsera o cualquier artículo que contenga el chip al POS, el cual debe estar a su alcance.
Si es un pago rápido el consumidor no tendrá que hacer nada más. Si el pago supera los ¢15.000, entonces digitará el PIN de su tarjeta y la transacción estará lista.
Para que esto se pueda hacer se requiere que todas las tarjetas tengan la tecnología de pago por aproximación o pago sin contacto, eso deberá suceder al 31 de diciembre de este año.
El director explicó que el ecosistema de contacless o pago sin contacto es mucho más seguro que el sistema de banda, pues le pueden robar la información de la banda. También si entrega la tarjeta y una persona le copia el número del plástico, la fecha de vencimiento y el número que está en el reverso puede utilizarlos para hacer compras por Internet.
“Si su tarjeta no tiene chip y contactless, solicítela a su banco, sino se la pueden dar, busque un banco que le entregue tarjetas seguras a sus clientes”, aconsejó Melegatti.
Además, para que el sistema funcione todas las tarjetas deben tener la capacidad de validar al cliente mediante el mecanismo de PIN en línea, lo cual se va a ir implementando poco a poco, y será obligatorio a partir del 1° de enero del 2021.
También se requiere que todos los POS deben estar al alcance del consumidor, y no como ahora que el cajero se lleva la tarjeta al POS. Esto deberá estar listo a más tardar el 1° de enero del 2021.
Melegatti explicó que los comercios pueden comenzar a sacar los POS para que estén al alcance del cliente desde ahora.
Con todos estos cambios se busca que el pago con tarjeta sea más ágil y más seguro y también sea un incentivo para que se abandone el uso del efectivo que tiene un costo grande para el país y se avance además en la bancarización de la población.
El Banco Central ha calculado que el uso del efectivo le cuesta al país unos $500 millones al año, recursos que podría dedicar a otras necesidades. La bancarización de la población ronda actualmente entre 70% y 75%.