La papaya, el chayote tierno quelite y la mora son los productos con mayores aumentos de precio en las ferias del agricultor de la Gran Área Metropolitana desde el 2012, según un cálculo hecho por La Nación con base en datos reportados por el Sistema de Información Agroalimentaria del Consejo Nacional de Producción (CNP).
Los precios de estos productos, analizados a partir de promedios mensuales generados por el CNP, muestran alzas superiores al 25%, una vez eliminado el efecto de la inflación.
Por ejemplo, un kilo de papaya pasó de costar ¢394, en promedio, durante el 2012, (una estimación calculada con los precios entre junio del 2012 y mayo del 2013) a ¢548 en el último año: es decir, un aumento del 39%. Durante el mismo periodo, el kilo de mora pasó de costar ¢1.612 a más de ¢2.017.
En la cima de los incrementos también está el chayote tierno quelite, marcado por una fuerte subida de precios, sobre todo a mediados del 2015. El fenómeno causó que el producto pasara de ¢75 a ¢95 por unidad.
El tomate, el limón mandarina, el aguacate Hass y la piña de primera calidad también reportan incrementos superiores al 20% desde el 2012.
Cada uno de los precios descarta el efecto inflacionario, lo que permitió comparar la evolución de 52 productos, desde enero del 2012 hasta mayo del 2016.
En caída. Por el contrario, la fresa y la lechuga criolla anotan las caídas en los precios más importantes desde el 2012.
La canastilla de la fresa, que durante los 12 meses comprendidos entre junio del 2012 y mayo del 2013, tendió a costar ¢428, ahora vale ¢373 (un promedio de los últimos 12 meses del año). Se trata de una disminución de casi un 13%.
Por otro lado, la lechuga criolla trajo durante el último año precios más baratos. Hace tres años, el precio del producto rondaba los ¢237, hoy es cercano a los ¢209, sin el efecto inflacionario.
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El efecto estacional. El clima tiene una relación directa entre el precio de esos bienes y su producción. Quizás la fruta en la que se observa con mayor claridad el efecto estacional es la manga.
De hecho, el producto tiende a escasear en los chinamos entre octubre y parte de enero.
Por ejemplo, durante el segundo trimestre del año (de abril a junio), un kilo de ese producto puede costarle cerca de ¢435. Empero, entre octubre y diciembre esta fruta tiende a elevar su precio a más del doble: ¢1.196. Junio es el mes con las cotizaciones más bajos para este producto.
Hay estacionalidades igual de fuertes para el caso del limón mandarina y el mesino, que aumentan su valor entre marzo y mayo y cuestan menores sumas hacia final de año.
El chayote tierno y el criollo, también con fuerte estacionalidad, suelen ser más caros en julio, agosto y setiembre, y los mejores precios tienden a verse en noviembre y diciembre.
Tome nota: durante los primeros meses del año, productos como la sandía, la mora, el tiquizque o la naranja tienden a bajar de precio. Junio y julio pueden ser buenos meses para comprar chile dulce, papaya, culantro, pepino, plátano o remolacha.
Los precios del tomate, la cebolla, el brócoli, el zapallo, el ayote y la zanahoria suelen ser más bajos en setiembre y octubre. El fin de año es una buena época para comprar chayote, limón mandarina, ñampí o coliflor.
Máximos históricos. En el último trimestre, algunos productos alcanzaron sus precios más altos desde el 2012.
Recientemente, en mayo, el maracuyá encontró su precio récord: ¢1.075 por kilo. Un año antes, el mismo producto rondaba un valor de ¢875.
En abril pasado, otros tres productos alcanzaron sus máximos históricos: el limón mandarina alcanzó un precio de ¢97 por unidad (un año antes, estaba en ¢82 ). También el kilo de tiquizque llegó a ¢1.452 (un año antes, se acercaba a los ¢683), y el coco se cotizó a ¢426 (un año antes, se encontraba en ¢397 ).