El sector del gaming tampoco escapa de las presiones financieras a causa de la inflación. Un fiel reflejo de esto es el anunció hecho por el grupo japonés Sony en agosto, sobre su popular consola PlayStation 5 (PS5), la cual se venderá más cara en la mayoría de los mercados, excepto el estadounidense, debido a las elevadas tasas de inflación mundial y efectos cambiarios adversos.
El precio de la consola en Europa subió 10%, a 549,99 euros, para la edición con lector de disco, y 12,5%, a 449,99 euros, para su versión digital, según un comunicado publicado en el blog oficial de PlayStation. La medida “con efecto inmediato” también afectó el Reino Unido, China, Australia, México y Canadá y en Japón lo harán a partir del 15 de septiembre.
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Jim Ryan, presidente Sony Interactive Entertainment, no detalló la razón por la cual Sony excluyó a Estados Unidos en los aumentos, pese a que la primera economía mundial también enfrenta una fuerte inflación. Mientras que otras regiones como Asia Pacífico, algunos países de América Latina, Medio Oriente y África también serán afectadas.
Pero, ¿cómo afectará esta medida a los gamers costarricenses? En el país, la famosa consola de Sony se consigue con relativa facilidad en cadenas grandes como Walmart, Gollo o Importadora Monge, así como en tiendas especializadas en tecnología como Intelec, Vértigo, Arcadia y muchas otras más.
A diferencia de otros mercados, como el estadounidense, en el que hacerse con una consola puede tornarse complicado debido a las continuas interrupciones en la cadena de suministros que a menudo hacen difícil el acceso a estos productos, la principal inquietud en Costa Rica es el precio.
Cuando la consola llegó al país, su precio rozaba ¢1 millón, un monto muy por encima de los $499 que, en teoría, deberían ofrecer en Estados Unidos. Con el paso del tiempo, ese costo final fue bajando poco a poco, hasta asentarse en montos que van desde los ¢570.000, dependiendo de la tienda a la que acuda el consumidor.
A eso hay que sumarle el costo de los videojuegos, que en sus versiones físicas oscilan entre los ¢45.000 y ¢50.000, mientras que en su versión digital, comprada directamente en la tienda de PlayStation, se venden a $70, aunque en ocasiones se pueden conseguir con descuentos.
Mariela Pacheco, subgerente de asuntos corporativos de Walmart en Costa Rica, aseguró que ya tienen cubierta la demanda, por lo que el precio de la consola no superará al del 2021. “Nosotros hemos venido negociando desde meses atrás la compra de este insumo y ya tenemos los costos asegurados, para evitar que el cliente perciba un precio más alto al que tuvimos el año pasado”, manifestó Pacheco.
Roxana Zamora, gerente de la tienda de videojuegos Arcadia, explicó que es muy probable que se mantenga la dinámica de precios en sus locales, aunque todo dependerá de la oferta de la consola en el mercado estadounidense, que es el principal proveedor de sus establecimientos.
“El anuncio es reciente, pero está muy enfocado a Europa, China, México y Canadá. En teoría, en Estados Unidos todavía no va a impactar, entonces no deberíamos de vernos muy afectados. Sin embargo, debido a la escasez que ha existido, muchas veces nos hemos visto obligados a traer producto de otras ciudades, que lógicamente impactarían el precio”, afirmó Zamora.
Pese al alto precio de la consola en el país, tanto Arcadia como Walmart se han mantenido dentro de sus expectativas en cuanto a la venta del artículo y han cumplido con sus proyecciones. Incluso, ambas coinciden en que actualmente tienen abasto de la consola y que más bien hay un faltante de la PlayStation4, lo que puede incidir en un mayor volumen de compra en la nueva generación.
Competencia de precios
Las compañías Microsoft y Nintendo no seguirán los pasos de Sony, por lo que las consolas Xbox Series X y S, así como la Nintendo Switch, no aumentarán su precio en ningún mercado. Ambas empresas salieron a calmar a sus usuarios en todo el mundo, tras el anuncio del aumento en el costo de la PS5.
En el caso del Xbox Series X, la principal competencia de la consola de Sony, los precios van desde los ¢570.000, aunque el monto final también dependerá de la tienda a la que acuda el comprador. En tanto, Microsoft también ofrece la Xbox Series S, una versión de nueva generación más económica y menos potente, que se vende por unos ¢300.000.
Mientras que el costo de la Nintendo Switch, que dentro de su catálogo de juegos tiene títulos como los de Mario Bros o Pokemón, supera los ¢300.000 en su versión OLED y cuesta alrededor de ¢250.000 en su edición normal. Esta consola es distinta a las más poderosas de Sony y Microsoft, aunque tiene la particularidad de ser más versátil, pues puede ser usada de forma remota o conectada a un televisor.
Alternativas
Si bien los gamers tienen un fuerte apego a las diferentes consolas y sus generaciones, el alto precio de las actuales podría abrir la puerta a explorar otros mundos, como la posibilidad de adquirir algún equipo alternativo, con el que se pueda disfrutar de la mayoría de videojuegos que ofrecen las consolas de alta gama de Sony y Microsoft y también darle otros usos.
Ante este panorama, La Nación consultó a José Sandoval, de la tienda de tecnología Extreme Tech, quien aseguró que hay posibilidad de armar una computadora gamer con un presupuesto cercano al que incluiría el precio de la consola y un videojuego (unos ¢620.000).
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El especialista de la tienda brindó dos opciones; una de ellas contempla una computadora similar a las consolas en rendimiento, aunque más económica, por un precio de ¢480.500. A ese monto habría que sumarle unos ¢100.000 en accesorios como el teclado y el monitor.
La otra alternativa de computadora, cuyas características son mejores en rendimiento a las de las consolas, tiene un precio de ¢673.500. De igual forma, hay sumarle dinero adicional para los dispositivos externos del equipo, lo que incrementaría su costo a casi los ¢800.000.