La empresa BIOCR ubicada en Cartago, recibió la autorización del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para iniciar el proceso de industrialización de derivados de cáñamo para el mercado nacional. También, Vida Afortunada, ubicada en Guanacaste y una persona física, Pablo Villavicencio Herrera, de San José, obtuvieron permiso para iniciar procesos de investigación con el producto.
Estos tres permisos se suman al otorgado en noviembre del 2022, al Ingenio Taboga, ubicado en Cañas, Guanacaste, para el cultivo y procesamiento del cáñamo.
El viceministro del MAG, Fernando Vargas, dijo a La Nación que con base en los reglamentos vigentes para el uso del cáñamo y el de cannabis con fines medicinales, se han atendido las solicitudes de permisos realizadas por personas físicas y personas jurídicas.
“Al día de hoy nosotros ya tenemos, en cáñamo, cuatro autorizaciones otorgadas de 18 que se han presentado, para diferentes aspectos: uno en el tema de producción, dos en el tema de investigación y otra para el tema de industrialización”, señaló Vargas.
Agregó que de estas 18 solicitudes que están en proceso de análisis hay cinco más a punto de obtener autorización. “Probablemente en estos días salgan y ya se les de la autorización correspondiente”, indicó. También comentó que están revisando cuatro peticiones para cannabis de uso medicinal.
El reglamento a la Ley de cannabis para uso medicinal y terapéutico y del cáñamo para uso alimentario e industrial define al cáñamo o cannabis no psicoactivo a la planta o parte de la planta (ya sea en biomasa o cultivo) incluyendo semillas, derivados y extractos, cuyo contenido de THC (tetrahidrocannabinol, el componente psicoactivo), sea inferior a 1% en peso seco.
En tanto, define el cannabis psicoactivo con un contenido de THC igual o mayor al 1% en peso seco.
BIOCR apunta a la exportación
Hernán Jiménez, gerente de BIOCR, confirmó la reciente obtención del permiso del MAG y explicó que las metas son ampliar el proceso de industrialización de productos derivados del cáñamo por medio del componente CBD.
El reglamento de la Ley define al CBD o cannabidiol como un componente no psicoactivo con aplicaciones médicas, que contiene la planta del cannabis.
Jiménez indicó que para ello prevén la construcción de un vivero, con las condiciones necesarias para el proceso, del que ya tienen experiencia en pequeña escala. La empresa está ubicada en el Parque Industrial Zeta en Cartago y lleva 12 años dedicados a la elaboración de productos medicinales naturales y desde hace cuatro años elaboran dos presentaciones a base de CBD extraído del cáñamo.
“Estamos en preparación para iniciar la etapa de cultivo a una buena escala y para eso tenemos conversaciones con una empresa que por asuntos de compromisos de confidencialidad no podemos dar nombre”, indicó. La empresa es de origen estadounidense y según Jiménez está con interés de invertir en el mercado nacional con miras a iniciar ventas hacia el exterior.
Dijo que el permiso del MAG les brinda la posibilidad de cultivar y no restringe las exportaciones, porque se dedican a darle valor agregado a los derivados del cáñamo.
Explicó que el cáñamo para la extracción del CBD requiere un ambiente controlado de vivero, con iluminación especial y temperaturas adecuadas.
Jiménez explicó que BIOCR está inscrita ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) como pyme y se encuentra en orden ante el Ministerio de Salud y las autoridades fiscales.
Agregó que mantienen también conversaciones con pequeños agricultores en las zonas de Liberia, Guanacaste y Paraíso en Cartago para impulsar el cultivo de cáñamo.
Permiso para cannabis requiere más trámite
El Viceministro del MAG, explicó que en el caso de cáñamo es un poco más fácil analizar la documentación de solicitud por ser solo la revisión de requisitos previos y el estudio técnico, proceso que realiza el MAG.
“Cuando se trata del cannabis sí tiene que ir a las otras dependencias como el ICD (Instituto Costarricense sobre Drogas), ahí hay un requisito ineludible que establece que antes de otorgar una licencia debe pasar por la entidad para que se haga todo el proceso de investigación de la persona física o jurídica y por eso lleva un poquito más de tiempo”, agregó.
La Ley de cannabis para uso medicinal y terapéutico y del cáñamo para uso alimentario e industrial, fue firmada hace un año, el 2 de marzo de 2022, por el entonces presidente de la República, Carlos Alvarado.
Según la ley, el Estado, por medio del Ministerio de Salud y del MAG es quien controla, regula y otorga los permisos para las actividades relacionados tanto al cáñamo industrial como al cannabis medicinal.
El reglamento del cáñamo industrial fue firmado por el presidente Rodrigo Chaves el pasado 7 de setiembre, posteriormente firmó el de cannabis para uso medicinal, el 30 de ese mismo mes.
Vargas dijo que todas las solicitudes son acompañadas con asesoramiento y señaló que el cáñamo tiene gran potencial para la elaboración de fibras, producción de bloques, aceites, entre otros. Recordó que la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer) ha detallado esos alcances.
Procomer presentó en octubre de 2020 un estudio donde analizó la comercialización internacional de los subproductos del cáñamo industrial y donde indica que de este cultivo se pueden derivar hasta 24.000 subproductos, incluidos cosméticos y alimentos.
En este estudio se mencionan los tres usos que se desprenden del cáñamo de acuerdo a sus características: extrayéndole el componente CBD, en grano y en fibra. “Ya el Ministerio de Salud nos indicaba que en Costa Rica, ellos tienen registrados mas de 150 subproductos de cáñamo”, aseguró Vargas.
A la vez, apuntó que también unas 30 cooperativas se está involucrando en el interés por este rubro. “Ya están en el proceso legal para entrar en este proceso del cáñamo”, aseveró.