Contra todas las expectativas de una desaceleración de la economía mundial y del impacto de los altos costos de la energía similar al de un impuesto, muchos de los principales indicadores de la actividad mundial todavía apuntan a un robusto crecimiento en el 2005.
Una mirada a los precios de las materias primas y de las acciones en las últimas semanas sugiere que las perspectivas de crecimiento mundial están mejorando pese a la serie mixta de estadísticas oficiales.
Una lista de estos indicadores, junto con evidencias reunidas en sondeos, herramientas de evaluación del mercado financiero y proyecciones oficiales, llevan a una lectura muy optimista.
Todo esto ocurre en un marco donde el petróleo ha subido a máximos record, superando los $53 el barril.
Lo que es más, parece haber sucedido sin que hayan crecido significativamente las preocupaciones típicas por el peligro de inflación.
Cómodos con las bajas expectativas de inflación, los bancos centrales de todo el mundo están comenzando a elevar moderada y gradualmente las tasas de interés. Las tasas de préstamos del mercado a largo plazo se mantienen cerca de los niveles mínimos históricos en muchos países.
El resultado neto para muchos observadores es que el crédito parece que seguirá relativamente barato por algún tiempo y puede incluso asegurar el ritmo de la expansión.