Nueva York, 29 mar (EFE).- El juicio contra la firma Arthur Andersen por el fraude que llevó a la quiebra de WorldCom comenzó hoy ante un tribunal de Nueva York que deberá decidir si la empresa auditora violó las leyes sobre valores bursátiles.
Arthur Andersen es el única firma acusada en este proceso, ya que los principales bancos de inversión aceptaron pagar más de 6.000 millones de dólares para archivar la demanda en su contra, mientras que miembros de la junta directiva de WorldCom asumieron un pago de 24,75 millones de dólares.
La demanda fue presentada tras la quiebra en 2002 de WorldCom, tras descubrirse un fraude contable de 11.000 millones de dólares, por inversores que consideraban que Arthur Andersen debía conocer la situación financiera de la empresa.
Los abogados de los demandantes, entre los que se encuentra el controlador de Nueva York, Alan Hevesi, en representación de un fondo de pensiones, quieren que Arthur Andersen pague millones de dólares por las pérdidas que sufrieron sus clientes.
Según el abogado Sean Coffey, WorldCom era un cliente valioso para la auditora, que estaba más preocupada por beneficiarse del lucrativo negocio que tenía con la empresa telefónica que de auditar sus cuentas.
La defensa de Arthur Andersen sostuvo que la firma empleó miles de horas en supervisar los libros de WorldCom siguiendo la normativa de este sector y que no tenían razón para cuestionar la actuación de sus directivos, que eran hombres muy respetados en el sector empresarial.
El juicio contra la empresa auditora se celebra pocos días después de que un tribunal de Nueva York declaró al ex presidente de WorldCom Bernard Ebbers culpable de fraude, entre otros cargos.
Ebbers ha sido el único directivo juzgado de WorldCom, empresa que salió de la bancarrota tras una reestructuración en la que cambió de nombre a MCI.
Los otros implicados, entre ellos su director financiero, Scott Sullivan, reconocieron su culpabilidad a cambio de una pena más leve de la que recibirían de ir a juicio y de colaborar con la justicia.
Arthur Andersen fue condenada en 2002 por destruir numerosos documentos cuando las autoridades investigaban el colapso de otra empresa estadounidense, Enron, a finales de 2001. EFE
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