El 15% de los asalariados en Costa Rica, unas 225.000 personas, trabajaban en jornadas distintas a la diurna al cierre del 2022, es decir, en horarios nocturnos, mixtos (que incluyen al menos tres horas de trabajo durante la noche), rotativos, alternos, escalonados o con horarios variables, conocidos como “complejos”.
Estas cifras provienen de un análisis elaborado por el Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (UCR), con base en datos de la Encuesta Continua de Empleo que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos, con corte al tercer trimestre del año pasado.
Dicho porcentaje se asemeja al del 2019, antes del inicio de la pandemia de la covid-19, sugiriendo que los cambios en el mercado laboral derivados de la crisis sanitaria no se tradujeron en la adopción de jornadas distintas a las diurnas, que son las más habituales.
Gilbert Brenes Camacho, investigador del Centro Centroamericano de Población y autor del análisis, explicó que ciertas ramas de actividades económicas e industrias requieren jornadas laborales diferentes a las diurnas, como el transporte y la hotelería, especialmente en el sector turístico.
Además, el investigador destacó que este tipo de horarios también son más comunes en áreas de servicios administrativos, educación, manufactura, seguridad y servicios de salud. Algunos de estos ligados al sector público, como la educación en colegios nocturnos o universidades, así como servicios médicos, o de enfermería. Y otros que se dan, principalmente, fuera de la región central, que son los vinculados al turismo.
El estudio resaltó la relación entre estos horarios y las remuneraciones, ya que, en general, las personas que trabajan en horarios no diurnos perciben ingresos relativamente más altos. Las personas con calificación intermedia son las que más se desempeñan en estas jornadas.
“Cuando empezamos a hacer este análisis, esperábamos que las personas de menor calificación fueran las que ingresaban a estas jornadas, pero los que tienen más incidencia son los de calificación intermedia. En otras palabras, se requiere de personas con cierto tipo de conocimientos y capacidades”, explicó Brenes.
Estas personas disfrutan de un salario mucho mejor al de sus pares en horarios diurnos o comunes. De acuerdo con el estudio, el 25% de los asalariados con calificaciones laborales intermedias y que cuentan con un salario superior al promedio de sus pares en puestos similares se desempeña en este tipo de horario distinto a la jornada de trabajo diurna.
El estudio destacó que las jornadas no convencionales son el resultado de decisiones o necesidades de los empleadores y, aunque pueden mejorar la empleabilidad, no siempre generan satisfacción. Las personas que trabajan en estos horarios suelen sacrificar tiempo para otras actividades necesarias para su bienestar, como el tiempo libre o el tiempo en familia.
“Bajo este tipo de jornadas, se esperaría que tengan más barreras para que las personas puedan disfrutar un poco más de sus otras actividades. Argumentamos que esto se da por una razón, y es que vimos que las personas en estas jornadas están más dispuestas a cambiar de trabajo que las que están en horario diurno”, manifestó Brenes.
Por otro lado, el 85% de las más de 1,5 millones de personas asalariadas en Costa Rica, al tercer trimestre del año pasado, se concentraban en jornadas diurnas. Según el análisis del Centro Centroamericano de Población, este tipo de horario es más común en la región central del país.
Zonas costeras
De acuerdo con el análisis, la incidencia de las jornadas mixtas y nocturnas era más frecuente fuera de la región Central, en particular en la costa pacífica, así como en las regiones del Caribe y la Brunca.
Brenes explicó que esto se debe a la alta incidencia de servicios relacionados con el turismo en estas áreas, que a menudo requieren jornadas no diurnas. Además, el desempleo suele ser más alto en estas regiones, lo que puede motivar a las personas a aceptar trabajos con horarios diferentes a los diurnos para emplearse.
“Hay algunas regiones donde la tasa de empleo y subempleo es alta, particularmente en la Brunca, Caribe, y Pacífico Central. Si bien la asociación no es perfecta, se observa que en regiones de mayor desempleo es más común estas jornadas, particularmente las nocturnas”, añadió Brenes.
En la región del Pacífico Central, 13% de los asalariados trabajaban jornadas nocturnas y mixtas; mientras que las complejas eran más comunes en el Caribe, Norte y, sobre todo, Brunca, pues el 18% de los asalariados de la zona más meridional trabajaban en horarios alternos, escalonados o rotativos.