Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que uno de cada cuatro puestos de trabajo afronta la posibilidad de ser reemplazado por automatización o Inteligencia Artificial (IA).
Sectores como la construcción, la agricultura y el transporte son particularmente vulnerables. Por otro lado, áreas como la administración, los servicios comunitarios, la educación y la gestión parecen estar menos amenazadas por la automatización.
El informe titulado “Perspectivas de Empleo 2023″ estudió el panorama en países miembros de la OCDE, entre ellos Costa Rica, y destaca que aproximadamente el 27% de los empleos en estas naciones se considera en alto riesgo de automatización.
A pesar de que la adopción de la IA por parte de las empresas aún es incipiente, el estudio sugiere que factores como el progreso rápido de la IA generativa (como ChatGPT), la reducción de costos y la creciente disponibilidad de profesionales con habilidades en IA podrían estar allanando el camino para una revolución.
De hecho, el documento señala que empresas del sector financiero y de manufactura han hecho los primeros cambios con la adopción de la inteligencia artificial en sus estructuras.
Un 64% de las compañías en el sector financiero y un 71% en el sector manufacturero han tenido que capacitar a su fuerza laboral y, en menor medida, contratar servicios externos y nuevos empleados.
Según los análisis de la OCDE, los empleos altamente calificados presentan un menor riesgo de automatización, mientras que los trabajos de calificación intermedia y baja enfrentan un mayor riesgo.
Según destacó la OCDE, la adopción de las empresas de la IA y otras tecnologías de automatización aún es relativamente baja.
Esto se debe a que los ahorros para las empresas aún son muy modestos. Los avances representan solo una pequeña parte de la automatización y los trabajadores altamente calificados han visto facilitadas sus labores.
Trabajadores costarricenses también están expuestos
Vanessa Gibson, gerente de clima de inversión de Cinde, explicó a La Nación que esta es una situación que debe preocupar y ocupar al país y a los trabajadores; y que su impacto se medirá dependiendo de cómo el sector productivo vaya adoptando las tecnologías de automatización.
Según Gibson, la mayor transformación se dará en trabajos que involucren secuencias repetitivas de nivel transaccional y básico. Por ejemplo, procesos contables manuales, donde ya existen sistemas que capturan información de una factura y hacen procesamiento de pago.
Juan Carlos Brenes, profesor e investigador en robótica de la carrera de Ingeniería Mecatrónica del TEC, coincidió en que la automatización afectará sobre todo las labores sencillas, repetitivas y que sigan una serie de procedimientos.
Sin embargo, Brenes especificó que la cantidad de plazas no se perderá del todo, sino que la automatización involucrará una transformación de los trabajos. Mencionó que los empleos que se eliminarán serán de baja calificación, mientras que se crearán empleos de calificación alta, enfocados en darle mantenimiento y configuración a estas tecnologías de automatización.
Según el investigador en robótica, algunas áreas que podrían estar más expuestas en Costa Rica son puestos en servicio al cliente y centros de servicio, así como puestos en sector agro, sobre todo en cultivos que se produzcan a gran escala en el país, como piña o banano.
¿Qué pueden hacer los gobiernos?
Vanessa Gibson mencionó que es vital que los procesos educativos incluyan aprendizajes en programación y mantenimiento de las máquinas que automatizan los trabajos y de la IA. Según ella, estas tecnologías son herramientas, por lo que aumentan la capacidad del humano y para ello es necesario aprender habilidades técnicas, para que esas personas que pueden quedar rezagadas o excluidas ante el cambio sigan incorporadas al mercado.
Lo mismo señaló Brenes, quien indicó que, en Costa Rica, existe una carencia de profesionales en ingenierías y tecnologías de la información, por lo que ve como un desafío en que mayor cantidad de personas tengan este tipo de conocimientos.
Finalmente, la OCDE propone que los estados apoyen a los trabajadores de menores ingresos, que son quienes tienen sus trabajos más expuestos. Según propone la organización, los gobiernos pueden brindar apoyo directo a través del sistema de impuestos y beneficios para proteger los ingresos netos de los hogares de bajos ingresos.
Al mismo tiempo, concluyó indicando que los países deben considerar acciones políticas concretas para garantizar la aplicación de los principios clave para el uso confiable de la IA así como garantizar la formación en este tipo de tecnologías, tanto para los trabajadores poco calificados como para los de mayor edad.
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