Mujeres, jóvenes y personas mayores de 60 años son las poblaciones que explican la disminución en la tasa de ocupación que experimenta Costa Rica, según un análisis elaborado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), con datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) a partir de febrero del 2020.
La Encuesta, publicada mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), evalúa diversos indicadores del mercado laboral, como el desempleo, la ocupación y el número de personas fuera de la fuerza de trabajo.
La ocupación se refiere al número de personas en la fuerza de trabajo que participaron en la producción de bienes y servicios económicos, es decir, que trabajaron.
Las razones que llevan a estos grupos poblacionales a abandonar la fuerza de trabajo son variadas y responden a factores personales, como estudios o viajes, pero también influyen la edad o la necesidad de cumplir con responsabilidades familiares, como el cuidado de personas dependientes.
Alonso Alfaro, economista en jefe del Banco Central, explicó que la desaceleración en la ocupación se concentra especialmente en mujeres, el sector informal y en los segmentos más jóvenes y de mayor edad del mercado laboral.
“En el grupo donde hay mayor participación en el mercado laboral, de 25 a 59 años, está muy parecido al momento prepandémico, un poquito por debajo”, comentó Alfaro. Sin embargo, añadió que cuando se ve la tendencia de las poblaciones de 60 años y más, y la de 15 a 24 años, se aprecia una caída pronunciada en la ocupación.
Alfaro resaltó que el mercado laboral experimenta una transición, con una reducción en la informalidad y un aumento en la formalidad y que, en ese proceso de recomposición, la ocupación general también se redujo.
El economista en jefe del Banco Central añadió que la caída en la ocupación se da particularmente en la población con calificaciones medias y bajas, mientras que el grupo de personas más calificadas ya superan los niveles prepandémicos.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, destacó que estas tendencias en las calificaciones son señales económicas para los trabajadores, ya que las ocupaciones altamente calificadas son las que atraen a los trabajadores.
Jonathan Garita, investigador del Banco Central, expresó que esto supone un desafío para las economías que se observa desde antes de la pandemia, ya que el progreso tecnológico que impacta en el mercado laboral tiende a perjudicar a las poblaciones con calificaciones más bajas.
Alfaro agregó que, a pesar de que la producción crece constantemente, la ocupación y la participación laboral en Costa Rica han disminuido. Esta dinámica sugiere cambios estructurales en el mercado laboral y el crecimiento económico.
¿Por qué salen?
La ECE incluye entre su metodología aspectos relacionados con los motivos por los cuales las personas abandonan la fuerza de trabajo, que es el grupo de la población que se encuentra trabajando o buscando empleo.
Según Alfaro, la mayor parte de las personas de menor edad abandonan la fuerza de trabajo por motivos personales, entre los cuales incluyen estudios, viajes, u otros. El economista añadió que en este grupo la población desalentada (que no quiere buscar empleo) se redujo.
Pero en el caso de las personas de 60 años o más, el principal motivo de salida es la edad avanzada en la que se encuentran. Alfaro explicó que esa tendencia en este grupo poblacional se intensificó en el último año y medio.
En el grupo de 25 a 59 años, en el que se concentra la mayor participación laboral, la principal razón para salir del mercado laboral es la necesidad de atender obligaciones familiares, especialmente entre las mujeres.
En este sentido, la segmentación por género revela que la salida del mercado laboral en las mujeres se debe principalmente a responsabilidades familiares, mientras que en los hombres influyen la vejez y los motivos personales.
Garita advirtió de que la disminución en la ocupación es una “alerta amarilla” para Costa Rica en términos de la necesidad de tener un mercado laboral inclusivo.
“Como país, si la tasa de ocupación sigue cayendo, y no tenemos incentivos que subsidien a los que no están trabajando, eventualmente eso puede generar disparidades de ingreso, que desde un punto de vista de inclusividad y de justicia social hay que conversar como país”, aseguró este investigador.
¿Qué pasa con estas personas?
En relación con el destino de estas personas, el Banco Central indicó que la participación laboral se ha contraído de manera desigual entre los distintos segmentos del mercado laboral.
Sin embargo, destacó que se necesita realizar un análisis más profundo para comprender las razones económicas y sociales que están influyendo en estas tendencias.
”Se debe realizar un análisis por hogar, para determinar las razones económicas y sociales que moldean la oferta laboral. Dentro de cada hogar se toman decisiones de si participar o no en el mercado (...), lo que hay que evaluar es si los hogares están pudiendo tomar esas deciones”, comentó Alfaro.
El economista en jefe del Banco Central subrayó que persiste la brecha de género en la participación laboral y que la menor oferta en la población joven es positiva siempre y cuando esté vinculada a una mejora en la formación académica.
En cuanto a la brecha de género, el ente emisor destacó que las mujeres enfrentan diversas situaciones, como la asignación de responsabilidades familiares y otras normas sociales restrictivas, que limitan su participación en el mercado laboral.