Osbaldo Navarrete Cruz, de 56 años, se alista y desayuna desde temprano para ponerse rumbo a San José lo más pronto posible.
Procura salir rápido de su casa, en Heredia, porque las restricciones impuestas por el Gobierno, a raíz de la pandemia, limitan la cantidad de personas en el transporte público; entonces su objetivo es no esperar mucho el próximo autobús.
Su jornada matutina es muy similar a la de muchos trabajadores; pero él está desocupado y su meta ahora se concentra en obtener un nuevo empleo.
Al inicio del 2021, laboraba para una empresa de seguridad privada. Tenía 22 días en el puesto cuando se infectó de covid-19. Las secuelas del virus le dejaron fuertes dolores en sus piernas e impedimento temporal para caminar. Estuvo un tiempo más incapacitado y, a los pocos días de volver a su jornada habitual, lo despidieron.
“Quiero trabajar, pero está muy duro. Es complicado y tengo responsabilidades, una hija de nueve años. Intento de todo, mando mi currículo por Internet o voy a dejarlos a las empresas (...) Soy una persona que considero puedo desempeñarme en varios puestos porque tengo experiencia en otros trabajos, pese a tener solo la escuela”, cuenta Navarrete, quien es oriundo de Batán, en Matina.
Él reconoce que los meses pasan y la situación “se ve más complicada”. Así como él, cada vez son más las personas desempleadas que acumulan más y más meses sin encontrar una nueva ocupación.
LEA MÁS: Desempleo alcanza un histórico 24% por la pandemia
La más reciente Encuesta Continua de Empleo (ECE) mostró que, al primer trimestre de este año, había en Costa Rica 158.000 personas que tenían más de seis meses en búsqueda de un trabajo, es decir, el doble comparado con los 78.000 reportados en el mismo periodo del 2020.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entidad que elabora este estudio, muestran que, desde el 2010, la mayoría de los desempleados tardaban entre uno y tres meses buscando empleo.
Desde el 2017, los datos del Instituto muestran que el plazo de búsqueda tiende a extenderse para más personas. Sin embargo, la crisis sanitaria aceleró dicho patrón y, desde el tercer trimestre del 2020, la mayoría de los desocupados acumulan más de un semestre de esfuerzos infructuosos para colocarse.
María Luz Sanarrusia Solano, coordinadora de la ECE, contó que desde el comienzo de la encuesta, en el 2010, preguntan a las personas sobre el tiempo que tienen buscando un trabajo, pero la consulta tomó mayor relevancia durante el último año.
“Antes de la pandemia, no se daba que las personas permanecieran tanto tiempo en el desempleo, lo usual era que la gente encontrara trabajo en menos de tres meses”, subrayó.
Para Pablo Sauma, economista especializado en materia laboral, el golpe de la pandemia en el mercado de trabajo del país fue muy fuerte.
El investigador mencionó que muchas personas quedaron inactivas en lo laboral porque las medidas sanitarias implicaron el cierre inmediato de sectores económicos y lugares, con lo cual salir a intentar encontrar una nueva ocupación se limitó.
“Conforme la economía empezó a recuperarse las personas han vuelto a su búsqueda de empleo, pero les cuesta mucho más conseguir porque muchas empresas donde antes se ocupaban cerraron o no necesitan personal”, destacó Sauma.
Entre enero y marzo de este año, la tasa de desocupación fue del 18,7%. Esto significa que 458.000 personas están sin trabajo, un incremento de 6,2 puntos porcentuales (p. p.), comparado con el mismo periodo del 2020, cuando se ubicó en 12,5%, según los datos del INEC.
La crisis sanitaria llevó el desempleo en Costa Rica a su punto más alto desde que se efectúa la ECE, cuando alcanzó hasta 24,4%, para el trimestre mayo, junio y julio del 2020.
Características de los desocupados
Sanarrusia explicó que los resultados de la Encuesta Continua de Empleo muestran una fuerte incidencia de la crisis sanitaria en el deterioro del mercado laboral costarricense.
Por ejemplo, el 99,8% de los desocupados llegaron a esa situación a raíz de los efectos negativos de la pandemia, y solo un 0,2% fue por decisión personal.
LEA MÁS: Empleo informal se levanta más aprisa de la crisis
La razón predominante que provocó la pérdida de empleo fue el recorte o reestructuración de personal en el lugar donde labora, pues el 58,6% de los desempleados dieron dicha razón.
“Las personas mencionan que lo perdieron (el empleo) por el cierre del negocio, los despidieron o a causa de una finalización del contrato”, destacó la especialista.
Adicionalmente, la encuesta del INEC detalla que el 80% de los desempleados tienen un nivel educativo de primaria y secundaria. El resto son personas con grado universitario finalizado o incompleto.
Sauma mencionó que estas personas tienden a buscar empleo en el sector comercial, pero sigue golpeado por la crisis.
“Basta darse una vuelta por el centro de San José para ver un montón de locales cerrados, tiendas pequeñas que antes de la pandemia sí estaban en operación”, subrayó Sauma.
Por rango de edad, la mayoría de las personas desocupadas, es decir, el 62%, tienen 34 años o menos.
Además, la coordinadora de la ECE destacó que las mujeres se mantienen como las más afectadas por el efecto de la crisis sanitaria, pues representan casi el 60% de las personas sin trabajo.
La información estadística del INEC señala que el país aún sigue por debajo del nivel de ocupación previo a la pandemia, cuando había 2,2 millones de personas con trabajo, formal e informal.
Sin embargo, desde el trimestre de mayo a julio del 2020, cuando la población ocupada era de 1,72 millones, no se ha reducido más y tiende a recuperarse lentamente.
Al primer trimestre de este año el país contaba con 1,99 millones de trabajadores.