A pesar de que Costa Rica ya recuperó el nivel de producción que tenía antes de la pandemia, el empleo no hará lo mismo sino hasta finales del 2022, según estima el Banco Central.
“Las proyecciones que estamos viendo nosotros en este momento es que a finales del 2022 estaríamos recuperando el nivel (de empleo) prepandemia”, informó Róger Madrigal, director de la División Económica del Banco Central, en la conferencia de prensa del 1°. de noviembre que realizó la entidad para explicar su informe de Política Monetaria.
Según dicho informe la producción del país se levantó más rápido de lo esperado de los efectos de la covid-19 y para este año la previsión de crecimiento se elevó a 5,4% y para el 2022, a 4,5%. Sin embargo, el empleo se recupera con rezago.
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Antes de la pandemia, en el trimestre que abarcó de diciembre del 2019 a febrero del 2020, la población ocupada en Costa Rica rondaba los 2.227.000 trabajadores, con la pandemia llegó a caer hasta 1.723.000 en el trimestre que concluyó en julio del 2020 y se recuperó hasta cerca de 2.047.000 en el trimestre que terminó en agosto del 2021.
El desempleo, por su parte, que antes de la pandemia rondaba el 12%, se duplicó con la crisis sanitaria y ha bajado hasta 16,4% en el trimestre que terminó en agosto del 2021.
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¿Por qué el empleo no se recupera más rápido?
Madrigal y el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, citaron varias razones por las cuales el empleo no se recupera al mismo ritmo que la producción.
Una primera es que este no es un fenómeno exclusivo de Costa Rica.
“El fenómeno del rezago del empleo respecto a la actividad económica no es exclusivo de Costa Rica, sino que se ha dado en muchas partes, recordemos que en el caso nuestro es un problema estructural, la solución no es solamente más actividad económica, hay otros problemas estructurales en el empleo, sobre la flexibilidad del mercado laboral, etc.”, comentó Madrigal.
El Presidente del Banco explicó que las actividades más golpeadas por la pandemia son las más intensivas en el uso de mano de obra, como por ejemplo, el turismo, el comercio, la construcción y las actividades de entretenimiento.
Pero además las empresas están siendo más cautas en la contratación de trabajadores porque todavía existe mucha incertidumbre sobre las poyecciones de la actividad económica.
“En ese contexto de incertidumbre, sobre todo en países donde los costos de contratación y despido de trabajadores son mayores, donde hay menos flexibilidad en el mercado laboral, las empresas serán más cautas a la hora de decidir si contratan trabajadores y no lo harán en forma para restablecer los niveles de empleo prepandemia sino hasta que estén bastante seguras de que se han aclarado los nublados del día con lo que es el panorama de la pandemia”, aseveró el presidente.
Para el exdirector general de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo, José Manuel Salazar aún si se llegara al final del 2022 a los niveles de desempleo prepandemia, esa sería una buena noticia que encierra una mala, porque en prepandemia teníamos un desempleo promedio de 12%, el más alto de América Latina, el cual se explicaba por problemas estructurales del mercado laboral.
“Los sectores dinámicos de exportación están llegando a límites de contratación por falta de recursos humanos con los perfiles de calificación requeridos, este desacople de habilidades tenemos que resolverlo. Y los sectores orientados al mercado interno, que son los más intensivos en mano de obra en general, y no calificada en particular, aún no se recuperan a los niveles prepandemia”, argumentó Salazar.
Para este especialista mucho dependerá de si el nuevo gobierno, en el 2022, logra reactivar la economía en estos sectores, vía programas de construcción de vivienda, de infraestructura, de crédito, de apoyo al emprendimiento y otros que dinamicen la demanda interna.
“En vista de las restricciones fiscales el reto será hacer esto con esquemas creativos de financiamiento tales como alianzas público-privadas, monetización de activos, titularización de flujos futuros de ingresos, inversión patrimonial en empresas, cambios regulatorios que permitan a los fondos de pensiones y otros invertir en empresas y en obras de infraestructura, etc.”, opinó Salazar.