El 2021 traerá para hogares y empresas la recuperación de una parte de los ingresos perdidos en el 2020; sin embargo, no lo suficiente para alcanzar los niveles anteriores a la pandemia de covid-19.
Todas las proyecciones apuntan a que la producción tica crecerá en el 2021. La más pesimista es la de la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE) que prevé un crecimiento en la producción de 2% y la más optimista la del Banco Mundial, de 3,1%.
La oficial, hasta ahora, es de un 2,6%, pero el Banco Central publicará en enero las nuevas proyecciones del 2021 y 2022.
Ninguna de las proyecciones supera la caída esperada para el 2020, la cual, según la previsión oficial rondará el 4,5%.
El producto interno bruto es el valor monetario de todo lo que producen las empresas y personas en el país en un periodo y, por lo tanto, una caída implica menores ventas y menores ingresos, así como un aumento en el mismo se traduce en mayor empleo e ingreso.
2020 cierra con señales de recuperación
Los números hacia el fin del 2020 apuntan hacia una mejoría en la producción y el empleo, pero no igual para todos.
Según el índice mensual de la actividad económica (Imae), un indicador del volumen de producción de bienes y servicios en el corto plazo, hasta octubre la parte de la producción que realizan las empresas en Zona Franca y otros regímenes especiales se ha recuperado rápidamente. Ya en octubre del 2020 dicho régimen alcanzó el nivel de producción que tenía en marzo pasado.
Este régimen incluso creció en empleo este año. La Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde) informó que en el 2020, las empresas multinacionales generaron 19.806 nuevos empleos; 18,4% más que el año anterior.
Este sector promete seguir creciendo en el 2021, especialmente por el anuncio de Intel de que retornó a Costa Rica su operación de prueba y ensamble de chips con una inversión de $350 millones en tres años y la contratación de 200 personas.
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Por lo tanto, quienes tienen un segundo idioma y conocimientos en áreas técnicas tienen mayores probabilidades de conseguir trabajo en el 2021.
Según la información de las ofertas de trabajo del empleo.com el 71% de las 10.733 ofertas realizadas por medio de esta plataforma, entre enero y noviembre de 2020, eran para posiciones que requerían, como mínimo, un técnico universitario y el 70% pidieron un segundo o hasta un tercer idioma.
En las empresas que no pertenecen al régimen especial la recuperación parece más lenta. Su producción, según el Imae, cayó con la pandemia y se mantiene bastante estancada hasta octubre.
Quienes laboran para este régimen definitivo, pero en el sector público y cuyos ingresos no resultaron afectados por la pandemia, sí tendrían menos crecimientos a futuro debido a que la deuda del Gobierno sobrepasa el 60% de la producción y por lo tanto la regla fiscal activa limitaciones salariales.
Por industria, algunas como la información y comunicaciones crece y ha afrontado una mayor demanda por la pandemia; no obstante, hay otras como alojamiento y servicios de comida, transporte y construcción que cayeron con la pandemia y hasta octubre no se habían levantado.
Requisitos para la recuperación
Los especialistas coinciden en que para que la recuperación se mantenga son necesarios dos requisitos: encontrar una solución al problema de las finanzas públicas para fortalecer la confianza y el avance de la vacuna.
“Lo que va a ser fundamental para el país es seguir abocado a aprobar el ajuste fiscal en el seno de un acuerdo con el Fondo Monetario, como hemos insistido, para darle la credibilidad y confianza a los agentes internacionales sobre ese compromiso que tiene el país con el ajuste fiscal”, indicó el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero.
El expresidente del Banco Central y exministro de Hacienda, Francisco de Paula Gutiérrez, confía en que sí habrá recuperación, pero no va a ser rápida por los problemas internos que tiene el país.
“El año entrante (el 2021) sí vamos a tener recuperación, sobre todo que ya va a empezar el proceso de vacunación, va a reducir en mucho la necesidad de estar haciendo los cierres, que se están haciendo, y que afecta mucho a la economía, pero no va a ser una recuperación muy rápida porque, si quitamos la pandemia del juego, este año hubiéramos tenido un crecimiento muy cercano a cero o muy magro, porque tenemos la situación fiscal muy complicada”, opinó, el 23 de diciembre pasado.
Un elemento que empaña la recuperación es la pérdida de dos créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a finales del 2020 (los expedientes 22.131 y 22.132 por un total de $515 millones).
Según Cubero, quien en noviembre pasado había urgido la aprobación de los préstamos internacionales para llevar tranquilidad a los mercados, la no aprobación de dichos créditos genera impactos negativos sobre diferentes variables económicas.
No tener dichos créditos reduce la posibilidad de ahorro que estos empréstitos hubieran dado y si ahora el Gobierno debe conseguir esos recursos en el mercado interno presionaría las tasas al alza, lo cual afecta el consumo y la inversión y por lo tanto la producción.
Y por otro lado, introduce incertidumbre sobre el ajuste fiscal, lo cual afecta las expectativas y también la posibilidad de crecer más.
Cubero comentó que esta es una de las variables que analizan para la nueva estimación de crecimiento del 2021.
No obstante, también hay noticias positivas para el crecimiento como el avance en la vacunación, el aumento en la llegada de turistas y la reapertura de la planta de manufactura de Intel.
Los especialistas coinciden en que alcanzar el nivel de producción antes de la pandemia tardará al menos dos años y bajar el desempleo también llevará tiempo. La OCDE estimó que en el 2020 el desempleo será de 19,9%, en el 2021 de 19,3% y será hasta el 2022 cuando se logre una baja mayor a 14,6%.