Francisco Estrada es un joven del cantón de Jiménez, en Cartago. Antes de la pandemia tenía un trabajo estable en una empresa reconocida a nivel nacional. Sin embargo, se quedó sin empleo y reincorporarse al mercado laboral después de la crisis sanitaria ha sido toda una odisea.
A Francisco se le ha dificultado encontrar un nuevo puesto en alguna empresa, a pesar de que cuenta con experiencia laboral en atención al cliente. Su búsqueda de empleo en estos años fue tanto presencial como virtual, pero no ha sido exitosa.
Hace poco dejó de aplicar a ofertas de empleo para concentrarse en cursar la carrera de Contaduría Pública, mientras realiza algunas actividades informales para generar ingresos. El título de profesional es uno de los requisitos que considera fundamental para reinsertarse en el mercado.
Actualmente, los trabajadores en Costa Rica tienen menos probabilidades de encontrar empleo que en el periodo previo a la pandemia de la covid-19. Esto afecta, principalmente, a las mujeres y a los habitantes de las zonas rurales del país.
El fenómeno lo confirma el estudio Probabilidad de encontrar empleo en Costa Rica en el 2023: análisis con matrices de transición, elaborado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) con base en los datos de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), y publicado en el último Informe de Política Monetaria.
Los resultados evidencian que en el 2023, incluyendo el promedio de los tres primeros trimestres del año, la probabilidad de encontrar empleo en Costa Rica fue de 13,2%, menor en medio punto porcentuales (p. p.) al promedio prepandemia (2018-2019) y en 0,6 p. p. respecto al 2022.
Aunque el año pasado la probabilidad de encontrar trabajo era mayor que en el 2020, cuando la crisis de la covid-19 azotó el mercado laboral, lo cierto es que este indicador viene cayendo desde el 2021, cuando el porcentaje era de 14,5%.
De acuerdo con la investigación, la probabilidad de encontrar un trabajo disminuye cuanto más tiempo se haya estado desempleado, ya que la pérdida de habilidades laborales, así como la exclusión social y económica, inhibe a las personas de buscar empleo.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), afirmó a La Nación que entre las características que influyen en las probabilidades de las personas para encontrar un empleo están la edad, si es de zona urbana o rural, así como su calificación laboral y el sexo.
Por ejemplo, durante el tercer trimestre del 2023, a medida que aumenta la edad, en términos generales, disminuye la probabilidad de encontrar empleo. En el grupo de personas de 60 o más años es de apenas 5,4%, mientras que en la población de 24 a 44 años fue del 20%.
Natalia Morales, investigadora del Programa Estado Nación (PEN), afirmó que el impacto de la pandemia reestructuró muchos de los indicadores laborales, aunque añadió que el país venía arrastrando problemas de generación de empleo desde antes de la crisis.
“Antes de la pandemia, el sector informal era el más dinámico, había un aumento importante de empleos informales, en el cual participaban mucho las mujeres y las personas de zonas rurales. Cuando llegó la pandemia, se destruyeron muchos de esos empleos”, comentó la investigadora.
Por su parte, Alonso Alfaro, economista jefe del Banco Central, manifestó que son múltiples las causas que inciden en estas probabilidades, las cuales varían dependiendo de la condición inicial de cada uno de los trabajadores.
Alfaro agregó que también influye el panorama actual del mercado laboral, que ha experimentado una fuerte salida de personas de la fuerza de trabajo en las últimas revisiones hechas por el INEC, porque la base sobre la que se calcula la probabilidad cambia con el tiempo.
Morales destacó que la recuperación laboral después de la pandemia se concentró en el sector formal, lo cual es un buen síntoma, pero esto ha excluido a los grupos de población que no tienen muchos de los requisitos que demanda el mercado formal de trabajo.
Para estimar las probabilidades, el Banco Central utilizó matrices de transición, que permiten determinar la cantidad de personas que se encontraban en una condición para un trimestre y pasaron a otra para el siguiente.
Según el estudio, la dinámica de flujos de entrada y salida entre las distintas condiciones de actividad, ya sea ocupados, desocupados o inactivos, permite estimar probabilidades asociadas a encontrar empleo, o bien permanecer en la misma condición.
Los resultados de este estudio del Banco Central consideran a las personas ocupadas en Costa Rica que cambiaron de empleo a otra rama de actividad y las personas desocupadas e inactivas que consiguieron trabajo.
Variables demográficas
Henry Vargas, director de la División de Gestión de Información del Banco Central, dijo que las personas que tienen mayores probabilidades de encontrar empleo son aquellas que están en la zona urbana del país. La diferencia respecto a las poblaciones en áreas rurales es de casi un punto porcentual.
Mientras que por sexo, los hombres (16,6%) tienen una mayor probabilidad de encontrar un trabajo que las mujeres (9,7%), lo que influye en la menor participación de la población femenina en el mercado laboral, según el BCCR.
Según la investigadora del PEN, la combinación de estos factores (mujer de zona rural, por ejemplo) incide aún más en las probabilidades de estas personas de conseguir un empleo de calidad. Añadió que históricamente la población femenina ha enfrentado más dificultades para insertarse.
Por otro lado, Vargas añadió que los hombres que se encontraban desocupados y pasaron a ocuparse fueron uno de los grupos con mayor probabilidad de conseguir un empleo para el tercer trimestre del 2023 respecto al segundo periodo del mismo año.
Con respecto a la calificación, la probabilidad de pasar de desocupado a ocupado es mayor entre las personas con calificación media y baja. Esto se debe a que el 76% de las personas sin trabajo para el segundo trimestre del 2023 tienen un nivel educativo de secundaria completa o menos.
Vargas agregó que los perfiles de calificación más altos tienen una mayor estabilidad laboral, con lo cual transicionan menos que aquellas personas que cuentan con una calificación baja.
Cambios en mercado
Durante 2023, el mercado laboral costarricense experimentó cambios importantes, principalmente en los indicadores de ocupación y de salida de personas de la fuerza de trabajo, que incluye a la población con empleo y la que se mantiene en búsqueda activa de oportunidades laborales.
En el último trimestre del año pasado, la población ocupada en Costa Rica experimentó una disminución de 91.161 personas, en comparación con el mismo periodo del 2022, al pasar de 2.173.061 a 2.081.900 individuos, marcando una reducción estadísticamente significativa, según los datos del INEC.
Esto sucede en medio de una fuerte caída en la cifra de personas que integran la fuerza de trabajo. Esta se redujo en 214.362 individuos, pasó de 2.460.146, en el último trimestre del 2022, a 2.245.784 personas en el mismo periodo del año pasado.
A principios de año, el Banco Central explicó que las razones para abandonar la fuerza de trabajo son variadas y responden a factores personales, como estudios o viajes, pero también influyen la edad o la necesidad de cumplir con responsabilidades familiares, como el cuidado de personas dependientes.
Este fenómeno ha ocurrido principalmente en mujeres, población joven y personas mayores de 60 años.