La productividad laboral en Costa Rica creció desde 1991 a 2018 debido al aumento en la eficiencia con que se trabaja, en especial en la última década, por el comportamiento del sector servicios y no tanto por el número de horas dedicadas a la producción.
El país se encuentra; sin embargo, lejos de la productividad de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pues en 2018, en Costa Rica fue de $20 y el promedio de de la OCDE fue casi tres veces más elevada ($56), de acuerdo con el estudio La productividad en Costa Rica, elaborado por Gloriana Ivankovich y Josué Martínez, publicado por la Academia de Centroamérica.
La brecha se explicaría por la disparidad en los factores de la productividad, que van desde la estabilidad macroeconómica, infraestructura, apertura comercial y la inversión extranjera directa, la promoción de la competencia y el funcionamiento eficiente de los mercados, la educación y el capital humano, el marco institucional, el sistema financiero, la innovación y el desarrollo.
“El rezago en algunos de ellos es mayor que en otros. Sin embargo, en todos hay espacio de mejora, e idealmente se quisiera avanzar en todos”, comentó Ivankovich.
Los investigadores argumentan que la productividad es uno de los factores más importantes a la hora de explicar las diferencias en los niveles de ingreso y de desarrollo entre diferentes países (los países más productivos tienen mayores niveles de ingreso) y que la misma OCDE reitera que su aumento es el principal determinante para mejorar el nivel de vida de la población.
Aumentar la productividad, para lograr tasas elevadas de crecimiento económico, implica atraer inversión extranjera directa, mejorar el diseño institucional, transformar y mejorar la calidad y eficacia del sistema educativo nacional, profundizar la apertura comercial mediante el acceso a nuevos mercados y una mayor eficiencia de la producción interna.
También requeriría crear una agencia de productividad y competitividad, promover un sistema de innovación y desarrollo, una mayor competencia de los mercados internos, así como atender los desafíos del mercado laboral.
En este último campo se propone impulsar la creación de empleos formales, aumentar la productividad del sector público, mejorar la infraestructura y las comunicaciones, profundizar los mercados financieros y reformar y modernizar la política de inmigración del país.
“Muchas empresas se beneficiarían de contar con la experiencia y know how de trabajadores extranjeros provenientes de empresas con mayor niveles de innovación, por ejemplo”, explicó Martínez.
La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) recalcó la necesidad de actualizar la normativa del mercado laboral.
“Debemos llevar a Costa Rica a modernizar su legislación laboral. Por ejemplo, con leyes como la que introduce las jornadas flexibles y, además, que más mujeres se puedan incorporar al mercado”, dijo José Álvaro Jenkins, presidente de Uccaep.
Insuficiente
El estudio indica que el crecimiento de la productividad en los últimos 30 años del 3,5% se debe a que los sectores llegaron a ser más productivos, al modelo de desarrollo basado en la apertura comercial, al comportamiento del sector servicios, así como el aumento del número de las actividades económicas desde 1992.
Sin embargo, manteniendo ese ritmo de crecimiento promedio de la productividad laboral (que es superior al crecimiento de los países de la OCDE y de EE. UU., de 1,5% y 1%, respectivamente), al país le tomaría cuatro décadas alcanzar el nivel de la OCDE.
Los investigadores sostienen que si el país se propusiera lograr lo anterior en un plazo de 20 años, entonces, el producto interno bruto (PIB) por hora en Costa Rica debería crecer 6% al año. Es decir, la productividad debería prácticamente duplicar el crecimiento alcanzado en el periodo 2008-2018.
“Costa Rica deberá hacer un esfuerzo muy considerable”, dice el estudio, lo que supondría implementar un “proceso deliberado” (decisiones políticas, legales, institucionales y financieras) para aumentar la productividad laboral.
“Un factor a evaluar es la disparidad que se ha venido señalando entre sector público y sector privado y que ha motivado reformas en proceso como lo es la ley de empleo público”, indicó Carlos Montenegro, director ejecutivo de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
Hay diferencias de productividad laboral por sectores: el sector primario muestra un nivel bajo, el sector industrial mantiene un nivel alto (aunque volátil en años recientes) y el sector servicios evidencia un crecimiento desde 2005, aunque aquí es heterogéneo: hay actividades (financieras, seguros, transporte, almacenaje y comunicaciones) con aumento y otras (inmobiliarias) con decrecimiento en la última década.
“Posiblemente, la innovación y el uso de tecnología sea un factor importante para explicar la disparidad en dichos sectores”, respondió Ivankovich. Agregó que también tendría que ver con factores organizacionales (visión, estrategias, métodos gerenciales y otros).
Jenkins recordó que el sector agrícola viene planteando, desde hace varios años, la imposibilidad para registrar nuevas moléculas de agroquímicos y el uso de nuevas semillas, lo cual tiene una incidencia directa en su productividad.
“El Estado mismo ha puesto barreras que impiden mejorar la productividad laboral en algunos sectores”, acusó Jenkins.
La CICR destacó que la liberación de mercados, como los de seguros y telecomunicaciones, es una muestra que a través de las adecuadas políticas públicas y programas, se impulsa la competitividad, a diferencia de otros sectores como el eléctrico, “que quedó sin competencia y no logra tarifas competitivas”.
Para los investigadores, se requiere fomentar la formalidad (la productividad es muy baja en el sector informal) y una mayor incorporación de más mujeres en el mercado laboral, flexibilizar las jornadas laborales, e incrementar la competencia en los mercados de bienes y servicios, lo que también impulsa la innovación.
“Las empresas se ven obligadas a buscar formas más eficientes de producir, así como ven la necesidad de ofrecer servicios de mayor calidad y diferenciados”, explicó Martínez.
La Uccaep recordó que dos terceras partes de la fuerza laboral del país no termina la secundaria, lo cual incide directamente en el tipo de trabajo que las personas pueden encontrar y debido a la brecha con la demanda de talento, pues las empresas requieren personal con mayores niveles de cualificación y profesionalización en carreras o profesiones del campo de las STEAM, “donde la productividad laboral es mayor que en otras áreas”.
STEAM se refiere a las competencias técnicas en ciencias, tecnológicas, ingeniería, artes y matemáticas. En el país, menos del 30% de los graduados en universidades públicas y privadas del 2014 al 2019, corresponden a este tipo de áreas, según datos del Consejo Nacional de Rectores.
Sería necesario, por esa razón, aumentar la eficiencia del gasto público en educación.
“Somos uno de los países en OCDE que más invierte en educación. El gasto en educación no es eficiente en generar en la población mejores condiciones para su inserción en el mercado laboral. Debemos repensar la forma en que gastamos”, dijo Jenkins.
La CICR recalcó que las nuevas formas de relación laboral, en que los dueños de las empresas están más allá de nuestras fronteras y el fomento del emprendedurismo, debe llevar reglas diferentes en el pago de cargas sociales.
“Son tareas que debe de desarrollar la Caja Costarricense de Seguro Social para fomentar la formalidad”, dijo Montenegro.