En Burger King, en San Pedro, usted puede ordenar desde una pantalla ubicada dentro del restaurante y si quiere el robot “Wooper 3000″ le lleva la bandeja a la mesa con su comida y el vaso para que usted tome el refresco.
Whopper 3000 es el primer robot con esta funcionalidad en Centroamérica que trajo al país la empresa Belca, de la industria del servicio de comidas que atiende además de restaurantes a hoteles, bares, sodas y comedores institucionales. Otros 20 robots, que responderán a diferentes necesidades de servicio de los clientes de Belca, por ejemplo, limpieza, vienen en camino, explicó Manfred Bucher, director comercial de Belca Costa Rica.
Estas no son las primeras labores que se automatizan en nuestro país. Un estudio sobre los impactos de la automatización en la competitividad y empleo en tres sectores de exportación de Costa Rica de Ricardo Monge y John Hewitt, publicado en el 2019, concluyó que el proceso ya se inició en algunas empresas, pero todavía es incipiente en Costa Rica y que su intensidad varía según el sector productivo.
No obstante, es un fenómeno que avanza y plantea desafíos para los trabajadores. Según el Informe Mundial de Robótica 2020 en ese año se llegó a un récord de 2,7 millones de robots trabajando en fábricas de todo el mundo.
En el caso de Whopper 3000, comentó Bucher, es un robot que libera a las personas de tareas repetitivas para que puedan dedicarse a tareas donde generan valor.
LEA MÁS: Fui atendida en BK por un robot vestido de Cartaginés y la Liga
Impacto de la robotización en el empleo
En el mundo hay una discusión sobre el impacto de la robotización del trabajo en el empleo. Los más positivos consideran que el resultado neto entre la creación de empleo y destrucción del mismo será positivo tal como ha sucedido entre las revoluciones industriales pasadas y otros prevén que será negativo.
En medio de la divergencia de criterios, dos especialistas de nuestro país, Monge y José Manuel Salazar, exdirector general de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo y exdirector regional para América Latina y el Caribe, coinciden en la necesidad de modernizar la educación y capacitar a los trabajadores para adaptarse a los cambios.
“Lo realmente importante, y lo señalamos en el estudio del 2019, es entender que no se automatizan puestos de trabajo, sino funciones y por ende lo que veremos y estamos viendo es la transformación de puestos de trabajo. Esto implica un reto enorme porque significa la necesidad de recapacitar (retraining) y de mejorar el nivel de conocimientos y habilidades (up skilling)”, comentó Monge.
Salazar, por su parte, explicó que los robots no son solo máquinas mecánicas con chips en línea de producción industrial, también son los algoritmos y programas de software que están revolucionando los servicios y el comercio electrónico de servicios, y son también los drones y la aplicación de la Revolución 4.0 en agricultura.
LEA MÁS: Robotización es incipiente en mayoría de empresas de Costa Rica
“Entendido así, el impacto de la robotización en el empleo es un tema muy amplio y no fácil de medir. Ningura revolución tecnológica anterior ha destruido más empleos de los que ha creado en el mediano y largo plazos (claro que en el corto plazo esto si sucede, hay ganadores y perdedores), y a pesar de todos los temores y visiones catastrofistas que abundan por allí, yo no creo que esta IV Revolución Tecnológica vaya a ser diferente”, dijo Salazar.
En lo que sí es diferente, añadió, es que está acelerando el ritmo de las transformaciones productivas, y eso debe llevar a las empresas y sobre todo a las instituciones educativas y de formación profesional a acelerar también su modernización con modelos ágiles y flexibles en sincronía con las nuevas realidades del mundo de la producción y de los mercados laborales.
Recomendaciones de política
En su estudio del 2019 los autores dan una serie de recomendaciones para afrontar los cambios, entre ellas, alinear mejor la oferta de graduados tanto a nivel técnico como profesional con la demanda del sector privado para facilitar la disponibilidad del recurso humano que las empresas demandan.
Ese personal capacitado adecuadamente permitirá a las empresas ser exitosas en la implementación de los procesos de automatización y adicionalmente contar con políticas públicas para apoyar la reinserción de trabajadores que pierden sus empleos producto de la automatización.
“Lo anterior se puede hacer tanto mediante el uso directo de centros de capacitación públicos (Instituto Nacional de Aprendizaje -INA- y colegios técnicos) como por medio del otorgamiento de incentivos para que las empresas mismas brinden la capacitación requerida que les permita a los trabajadores laborar en un ambiente automatizado”, indica el estudio.
Salazar, por su parte, comentó que la conversación sobre que políticas, “safety nets” (redes de seguridad) e instituciones para establecer, reformular y para proteger a los trabajadores y las personas de las disrupciones, no solo tecnológicas, sino económicas, financieras y de la globalización se está dando en todos los países.
“Los trabajadores desplazados por la robotización es uno de los retos, pero es parte del reto más amplio de mercados laborales profundamente transformados por nuevas dinámicas productivas y de contratación”, indicó Salazar.
“Ante la inseguridad laboral y de ingresos, y los riesgos de pobreza en diferentes etapas de la vida y en la vejez, debemos avanzar hacia sistemas de cobertura universal en salud, pensiones, e ingresos mínimos, independientemente del estatus laboral (público o privado; formal o informal). Esto es nada menos que repensar el Estado Benefactor o Social de Derecho”, añadió el especialista.
“La destrucción nos llega con las disrupciones, la parte creativa la tiene que poner el sector privado en materia de empleo con el apoyo del Estado, y el Estado en materia de políticas sociales y de safety nets”, indicó Salazar.
Propuesta del Ministerio de Trabajo
Se le consultó al Minsiterio de Trabajo sobre las medidas de política pública que han valorado en este tema para Costa Rica. En respuesta escrita indicaron que la Dirección Nacional de Empleo trabaja el marco del Sistema Nacional de Empleo (SNE) y Empléate en consolidar y dinamizar el SNE, el cual tiene como objetivo promover la labor de las personas mediante servicio de intermediación de empleo y articulación con los servicios de capacitación y formación profesional.
Uno de los componentes del SNE es el de formación, desde donde se pretende mejorar la empleabilidad de las personas de acuerdo con las exigencias que plantea el mercado laboral. El INA es uno de los actores clave dentro de este componente, dado que tendrá que actualizar su oferta de servicios de manera gradual y según las exigencias del sector productivo.
También laboran en los servicios de intermediación de empleo en todo el país, en donde puedan encontrarse empresas y personas que buscan puestos, con herramientas como www.ane.cr.
Por su parte, añadieron, que el Programa Empléate, ajustará su estrategia de intervención. Su prespuesto estará destinado a carreras con alta demanda ocupacional, incluyendo las áreas de industria 4.0. Además, el establecimiento de alianzas con sector productivo para entender su demanda ocupacional.