Todo empieza cuando una persona dona ¢2.000 para un plato de comida para un trabajador del turismo en Guanacaste, al cual la pandemia dejó desempleado.
Ese trabajador recibe un voucher con el cual va a una soda o restaurante del lugar y lo cambia por comida. La soda a su vez compra los insumos a los vendedores del lugar y éstos usan el dinero para hacer otras compras.
De esta forma los ¢2.000 generan un efecto en cascada en el cual resultan beneficiadas varias familias.
Este es un proyecto de la organización Desarrollo Humano Estratégico que se comenzó a aplicar en los poblados de Villareal, El Llanito y Brasilito de Santa Cruz, Guanacaste y continuará en Carrillo y Liberia en la medida que se tengan más recursos.
José Aguilar, presidente de la organización, explicó que actualmente se dan dos cupones al día al trabajador: uno para desayuno y otro para almuerzo. También dan cupones a los miembros de la familia del trabajador y la ayuda se mantiene por un periodo de 30 días.
Si a los 30 días se cuenta con recursos se amplía por 30 días más y se extiende a otros trabajadores.
Actualmente se atiende a 100 beneficiarios y conforme se tengan más recursos se ampliará a otros 100 más y así continuamente.
Aguilar detalló que los ¢2.000 íntegros pasan a los trabajadores y a sus familias pues para los gastos operativos para implementar el proyecto tienen patrocinadores.
El proyecto está patrocinado por la Embajada de los Estados Unidos, Coopeservidores y la familia Carballo Pinto.
Para la parte específica de la donación que hacen las personas se hizo una alianza con Acción Joven y BAC Credomatic para utilizar la plataforma “Yo me uno”.
Además tienen una página de rendición de cuentas donde se detallan las donaciones recibidas, entregadas, los vouchers enviados, canjeados, las sodas beneficiadas y el total de personas beneficiadas, el detalle por soda y los estados de cuenta. También tienen una auditoría que realiza la empresa EY Global.
Al viernes 11 de setiembre las donaciones recibidas suman ₡17.957.463 y las entregadas ₡10.400.000.
¿Cómo escogen a los trabajadores?
La lista de trabajadores se obtiene de la Cámara de Turismo de Guanacaste que agrupa a 170 empresas y de la base de datos de una organización que genera proyectos de desarrollo social en Santa Cruz que se denomina Cepia.
“Desafortunadamente la cantidad de personas que están sin empleo es muy elevada, entonces lo que hacemos es que la Cámara de Turismo de Guanacaste nos facilita la lista de personas que son preseleccionadas, que son potenciales beneficiarios. En la medida en que nosotros podamos tener los recursos económicos a través de estas donaciones vamos seleccionando los que pasen de ser potenciales a beneficiarios efectivos. Vamos a tener una lista de espera que podemos ir cubriendo según vamos recibiendo los aportes”, detalló Aguilar.
Luis Santana, uno de los trabajadores beneficiados contó que trabajaba de cocinero y se quedó sin empleo desde el 15 marzo. Él recibe cupones de tres desayunos y tres almuerzos por día con lo cual se está alimentando él y sus hijos en este tiempo.
Axel Rosales, estudiante y quien le ayuda a su mamá en la Soda y Chicharronera Guanacaste en Villareal, Santa Cruz, contó que este proyecto les ayudó a vender de nuevo.
“A inicios de la pandemia la soda se vio en la necesidad de cerrar y cuando abrió las puertas otra vez, las ventas habían bajado demasiado, pero gracias a “Reactivemos la Esperanza” la soda se ha visto beneficiada, ha brindado servicio de alimentación a personas que han perdido el empleo”, contó Rosales.
Aguilar detalló que esta es una idea que nació para paliar la difícil situación que están viviendo muchos trabajadores del turismo que, por la covid-19, se quedaron sin trabajo o sin su negocio.
Añadió que muchas familias están pasando hambre en el lugar y a raíz de eso algunas empresas se están descapitalizando.
“Lo que nos están contando es que se están descapitalizando y cayendo en una trampa de pobreza de libro, decirte que una persona tenía cuatro cuadraciclos o cuatro jet-ski que alquilaba en el estero de Tamarindo para los turistas, al no tener ingresos, ni ayuda, ni ningún tipo de protección social van teniendo que vender en un precio inferior al del artículo y con eso pueden comer dos o tres semanas”, contó Aguilar.
Entonces si pasa la pandemia y vuelve a haber flujo de turistas no solamente van a estar ellos en una condición muy precaria, sino que se descapitalizaron y no tienen su instrumento de trabajo.
Aguilar aseveró que apenas están empezando y quieren seguir hacia un modelo que sea replicable en otros lugares.
Opinión externa
Consultado sobre esa iniciativa, el economista Ricardo Monge, quien ha escrito sobre el tema de encadenamientos productivos, consideró que es una muy buena iniciativa para combatir las carencias de aquellas personas que se han quedado sin empleo, así como una manera de promover la actividad económica en la región donde se está implementando el programa.
“Ahora bien, el impacto que la iniciativa tenga va a depender de cuantos recursos se puedan levantar para echarla a andar primero y para sostenerla en el tiempo. Y esto último, dependerá de los incentivos que tengan los potenciales donantes, en momentos donde muchas otras iniciativas también están buscando donantes”, consideró.
Añadió que afirmar que este mecanismo reactivaría la economía es pedirle mucho a un proyecto piloto, pero lo considera muy valioso.