París, 1 abr (EFE).- La responsabilidad de buscar una salida a la crisis del Contrato de Primer Empleo (CPE) quedó hoy en manos de los parlamentarios de la gobernante UMP, que prepararán una proposición de ley para modificar los puntos más polémicos de la reforma laboral.
Esa decisión fue adoptada hoy en una reunión entre el primer ministro francés, Dominique de Villepin, el líder de la UMP, Nicolas Sarkozy, y los presidentes de la Asamblea Nacional, Jean-Louis Debré, y del Senado, Christian Poncelet, entre otros.
Al término del encuentro, Sarkozy afirmó que los responsables de la mayoría conservadora están "todos de acuerdo" en la "línea estratégica" a seguir para intentar salir de la crisis generada por el CPE, una reforma laboral impulsada por Villepin.
Esa línea pasa por la presentación de una proposición de ley para modificar el CPE por parte de los dos grupos parlamentarios de la UMP en la Asamblea y en el Senado, cuyos jefes Bernard Accoyer y Josselin de Rohan, respectivamente, también asistieron a la cita.
Pero antes de depositar "lo más rápido posible" el nuevo texto, Accoyer y de Rohan tratarán "inmediatamente", "desde el principio de la próxima semana" de "abrir un diálogo, un intercambio con todas las organizaciones sindicales, socio-profesionales y de jóvenes que deseen participar" en su elaboración, dijo Accoyer a la prensa.
"Será sólo después de ese intercambio, de ese trabajo, que propondremos esa proposición de ley", dijo, tras rehusar dar una fecha, aunque pretenden que esté aprobada en "abril-mayo", según el diputado Hervé Mariton.
El objetivo es tratar de abrir lo que Sarkozy denominó un "diálogo lo más profundo posible" con los sindicatos de trabajadores y de estudiantes, cuyo profundo malestar no logró desactivar el presidente francés, Jacques Chirac, en su mensaje de ayer.
Chirac pidió al Gobierno conservador de Villepin que prepare "de inmediato dos modificaciones" de los puntos más criticados de este contrato destinado a los menores de 26 años: los dos años de prueba y el despido sin justificación en ese tiempo.
El período de prueba quedará reducido a un año y, en caso de ruptura del contrato, "el derecho del joven asalariado a conocer la razón se inscribirá en la nueva ley", explicó Chirac.
Instó, además, a que "en la práctica" ningún CPE sea firmado "sin integrar plenamente el conjunto de estas modificaciones".
Laurence Parisot, presidenta de Medef, la principal patronal francesa, dijo que los empresarios, "con mucho sentido común", van a "esperar el nuevo CPE".
"Creo en el sentido realista y pragmático de los empresarios que han comprendido que el CPE, tal y como está definido actualmente, da miedo y genera ansiedad", explicó Parisot.
Tras la "sabía" decisión de Chirac, en palabras de Sarkozy, ahora hace falta que "todo (la protesta) se detenga lo antes posible, que los estudiantes puedan volver a estudiar, que los alumnos vuelvan a los institutos y que se pueda retomar las condiciones de un diálogo profundo sobre la base de lo que dijo" el jefe del Estado.
"Que todos los que quieren verdaderamente el diálogo que agarren la mano del diálogo", señaló Sarkozy, titular de Interior.
Pero ahora la prioridad de los sindicatos y de las organizaciones estudiantiles se centra en la preparación de la quinta jornada de huelga y manifestaciones del próximo martes, en la que esperan una movilización histórica.
"Incomprensible", "inaceptable", "grotesca" o "irresponsable" fueron algunos de los términos con los que los sindicalistas y estudiantes rechazaron unánimemente la decisión de Chirac, que la oposición de izquierdas calificó de "alucinante" y "alambicada".
La izquierda y la extrema izquierda, que ayer sacó un manifiesto conjunto para pedir "solemnemente" a Chirac la retirada del CPE, se reúne otra vez esta tarde para analizar el nuevo escenario.
Para algunos socialistas, tras la intervención de Chirac -en la que él mismo dio la clave de su postura sobre el CPE al advertir que no debe haber "ni vencedores ni vencidos"- a la crisis social y política actual se suma una crisis de "régimen". EFE
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