El Estado mantiene, por medio de la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), el monopolio para diluir alcohol y preparar bebidas, según un pronunciamiento de la Procuraduría General de la República.
Este fallo, que se tomó el 26 de junio pasado y se comunicó el 4 de julio, responde a una petición tanto de Fanal como del Consejo Nacional de Producción (CNP) para revocar un pronunciamiento anterior.
La discusión se centró en la interpretación legal del término “diluir alcohol”. El anterior fallo permitía a empresas privadas importar licores con altos grados de alcohol concentrado y diluirlos.
Los productos con alta concentración de alcohol no se consideran aptos para consumo humano, por lo que se deben diluir.
De acuerdo con las denuncias del CNP, esa autorización abrió campo a un gran negocio en el país. Las firmas privadas traían del exterior productos con muy alta concentración de alcohol, aquí bajaban esa cantidad y utilizaban la materia prima extraída para preparar bebidas de esa línea.
La práctica viola el monopolio que mantiene el Estado en cuanto a la fabricación de alcohol y rones, advirtió la posición del CNP, presentada el 15 de mayo del 2007. Fanal pertenece a esa entidad.
Las empresas que quieran hacer esa práctica en el país deben solicitar una concesión de Fanal para que sea legal, según lo expuesto por la fábrica y el CNP.
El nuevo pronunciamiento de la Procuraduría da la razón al CNP y a la Fanal, de tal manera que a partir de ahora cualquier empresa que quiera importar productos concentrados y diluirlos deberá tener la concesión especial del Estado.
Los empresarios privados mantienen la posibilidad de importar licores terminados y comercializarlos en el país, pues eso no viola el monopolio de fabricación de alcohol y elaboración de bebidas.
La administración del CNP considera que el pronunciamiento contribuye a frenar la caída de las ventas de Fanal, que pasaron de más de un millón de cajas de 12 litros cada una, en 1999, a 440.000 cajas de ese volumen actualmente.