Álvaro Ramos, nuevo jerarca de la Superitendencia de Pensiones (Supén), moverá el escritorio de su oficina para que quede cerca de la ventana principal y así tener un mejor panorama del verde de las montañas del sector de Coronado y del campus de la Universidad de Costa Rica. Este será el primer cambio; pero no el último.
Ramos, de 31 años y doctor en Economía, anuncia que la Supén tendrá un estilo menos confrontativo y, en cambio, de más diálogo. Quiere una supervisión que acompañe y resuelva problemas en los regímenes básicos, en especial el Sistema de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Fondo de Jubilaciones del Poder Judicial y en las operadoras complementarias de pensiones.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta en la Supén?
Mi gestión está orientada a tener un liderazgo técnico y político, en cómo asegurar que todos los costarricenses tengan una vejez digna. Por eso voy más allá de simplemente hablar de tasas de reemplazo (porcentaje de pensión equivalente al salario), edad de retiro o cotización.
”Quiero que el norte de la Supén sea arreglar el largo plazo. Los huecos de corto plazo (en los regímenes de pensiones), ni modo, se van a recargar. El país debe asumir que colectivamente aceptamos esos costos sociales”.
¿Quiere que Supén promueva el diálogo o la acción para dar sostenibilidad de los fondos de pensiones?
Puede ser muy desgastante enfocarse si tengo poder regulatorio sobre este fondo o no. Mi enfoque es cómo colaboramos, usted-fondo y yo-Superintendencia, de manera que el ahorro que está acumulando llegue a cumplir su cometido final. Prefiero pensar en términos de liderazgo político y técnico. Hay una diferencia entre decir ‘usted tiene la obligación de darme la información’, a que me brinde esa información porque le estoy ayudando.
Usted no quiere patear puertas, pero en los últimos años la Supén ha dado alertas sobre la situación financiera de los fondos de pensiones. Si la institución no lo hubiera hecho, al final el tema no sale al público.
Aquí ,el asunto que me inquieta es el de las profecías autocumplidas. Si digo ‘el IVM va quebrar’, lo que usted piensa es ‘cómo hago para no pagar, porque el IVM va a quebrar’. Entiendo que hay riesgos latentes en el diseño de algunos de los sistemas; pero percibo apertura.
”Hubo y seguirá existiendo el liderazgo de la Supén en el sentido de alertar, de colaborar con los diversos fondos. Ahora quiero hacer un balance más cuidadoso de hasta dónde es necesario dar una alerta que genere nerviosismo en la población”.
¿Pero cuál será su posición ante los fondos de pensiones con problemas serios?
Quiero que haya mucha apertura de que no se puede resolver solo de una manera. Hay que hacer un balance de cuánto más va a aportar la gente, si se tendrá que pensionar a mayor edad o si tendrá que tolerar tasas de reemplazo más bajas. La Supén debe aportar el criterio técnico de qué es sostenible y qué no es sostenible.
No quiere confrontación, pero pronto estará listo el estudio actuarial del IVM. ¿Habrá que tomar decisiones?
Decisiones se tienen que tomar, pero son proyectos conjuntos. La Caja nombró a don Jaime Barrantes en la Gerencia de Pensiones. Él está muy comprometido con estos procesos de revisión, podrían existir diferencias técnicas, pero los dos estamos del mismo lado. Ambos queremos pensiones, entonces no debería de haber una confrontación si el objetivo es el mismo. No me quiero concentrar en si el fondo quiebra en el 2027 o en el 2043.
Pero no se puede obviar la realidad.
No se puede obviar, pero siento que desgasta en una vía en la que, en realidad, no importa el final. No pienso tanto en el fondo y su viabilidad. Pienso más en si los aportes que hacemos hoy corresponden con los beneficios o no. Esa discusión debe ir primero.
¿Hay tiempo para el diálogo si los fondos de pensiones básicos ya están con dificultades?
Para hacer el diálogo, sin duda. Para empezar los proyectos, sin duda; para terminarlos, no lo sé. No se arreglará todo en un año o dos; pero un país desarrollado no lo es por sus buenas instituciones, sino por su visión de tener metas institucionales de solucionar problemas.
¿Le preocupa la alta concentración de las inversiones de los fondos de pensiones en bonos del Gobierno?
Hay que ir un paso más atrás y preguntarse por qué invierten tanto en el Gobierno. El Gobierno no tiene rendimientos malos, el verdadero tema es un buen rendimiento para el riesgo que corre.