Buenos Aires. Argentina salió en busca de auxilio del Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar la turbulencia que devora su moneda y pone en riesgo la recuperación económica, 17 años después de haber caído en cesación de pagos y tras doce años de su ruptura con la entidad.
"De manera preventiva he decidido iniciar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que nos otorgue una línea de apoyo financiero", dijo el presidente Mauricio Macri luego de que el peso cayera, este martes 8 de mayo, más de 4% ante el dólar, al abrir los mercados.
El gobierno estadounidense del presidente Donald Trump descartó que se esté en las puertas de una crisis en un mercado emergente.
"No creo que estemos viendo eso (... ) pero seguiremos de cerca las discusiones", expresó David Malpass, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, consultado sobre el tema en la 48ª Conferencia de las Américas en Washington.
El dólar se fortaleció al subir el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y en el último mes, la depreciación del peso argentino fue del 10%, pese a que el Banco Central vendió unos $8.000 millones de sus reservas, elevó su principal tasa de interés a 40% y el gobierno redujo su objetivo de déficit fiscal.
"Estamos recorriendo el único camino posible para salir del estancamiento, buscando evitar una gran crisis económica que nos haría retroceder y dañaría a todos", añadió Macri.
El peso, que llegó a perder 4,61% de su valor frente al dólar, acotó su caída a 2,66% tras el anuncio y cerró a 22,94 frente a la divisa estadounidense. También la bolsa frenó su caída, pero aún así terminó en baja de 3,85%.
Conversaciones
Macri señaló que ya tuvo una primera conversación con la directora del FMI, Christine Lagarde. En Washington, el Fondo confirmó el inicio de esas negociaciones y calificó de "valioso miembro" a Argentina, la tercera economía de América Latina y actualmente en la presidencia temporal del G20.
Sin embargo, se desconocen montos y condiciones del crédito.
"No podemos todavía dar a conocer los montos, pero sí acordamos que el FMI va a prestar apoyo financiero a Argentina. En esta etapa de las conversaciones no hemos hablado de detalles", señaló en rueda de prensa el ministro de Economía Nicolás Dujovne.
La idea de un ajuste de la mano del FMI causa angustia entre los argentinos.
Por eso, Dujovne resaltó que: "estamos hablando con un FMI muy distinto. El FMI ha aprendido de las lecciones del pasado, así como todos lo hemos hecho".
Pero para la analista Marina Dal Pogetto, de la consultora Ecogo, no es una buena noticia para Argentina que en este momento esté yendo al FMI frente a un cierre de los mercados de capitales.
"Lo que pasó es que se cortó el crédito para Argentina. Políticamente, la decisión de ir al Fondo no está exenta de costos internos", aseveró Dal Pogetto.
En enero del 2006, Argentina saldó su último crédito con el FMI, por $9.600 millones y rompió lazos con el Fondo.
En el 2001, Argentina había vivido una crisis económica que provocó la caída de cuatro presidentes en una semana y llevó al país al default.
Macri explicó su decisión al referir que: "durante los dos primeros años (de gobierno) hemos contado con un contexto mundial muy favorable, pero eso hoy está cambiando. Somos de los países del mundo que más dependemos del financiamiento externo, producto del enorme gasto público que heredamos y que estamos ordenando".
Macri permitió la flotación de la moneda, al eliminar el control de cambio que rigió durante el gobierno de Cristina Kirchner (2007-2015). También eliminó subsidios y llegó a un acuerdo con los fondos especulativos para recuperar el crédito internacional.
Para enfrentar la depreciación del peso, el Banco Central decidió la semana pasada un alza de la tasa de interés de referencia a 40% anual, la más alta del mundo. Este martes, el ente emisor la mantuvo en ese nivel en su reunión habitual de revisión de la política monetaria.
Pero esa tasa tan elevada puede afectar el crecimiento, según lo admitió Dujovne, la semana pasada.
Además de la depreciación, Argentina lucha con una inflación de más de un dígito (24,8% en 2017), y con el déficit fiscal cuya meta rebajó de 3,2% a 2,7% del PIB, la semana pasada.
El gobierno se fijó una meta de inflación de 15% para este año e insiste en que no será modificada, aunque el propio FMI la proyectó en 19%.