El Teatro Nacional tiene un ambicioso plan para remozar sus instalaciones que espera la aprobación de un crédito por $31 millones para ponerse en marcha. La mayoría de esos recursos, el 85%, se destinará a obras para modernizar el inmueble patrimonial, construir el Centro Cultural José Joaquín Vargas Calvo y equiparlos.
El Programa Integral de Seguridad y Conservación del Monumento Histórico Teatro Nacional de Costa Rica contempla obras como la adecuación tecnológica del escenario, la modernización de la iluminación artística, un sistema contra incendios y la restauración de los óleos que se vean impactados por las vibraciones de los trabajos de modernización.
Aunque este crédito ha generado mucha polémica en el ámbito político y cultural por el monto de la inversión, se conocen pocos detalles sobre las condiciones y ejecución de los recursos del crédito que otorgaría el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Infraestructura y equipamiento
De acuerdo con plan de inversiones solicitado por La Nación al Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), el 85% del total del crédito, es decir, $26 millones, se destinarán a obras de infraestructura y equipamiento.
Si se afina más el lápiz, dentro de estos $26 millones el proyecto que tiene mayor peso es la construcción del Centro Cultural José Joaquín Vargas Calvo, que consumiría el 31% de los recursos de esa subpartida.
La iniciativa contempla una infraestructura de cinco niveles que liberaría al Teatro de las oficinas administrativas que se encuentran en aposentos históricos. Además, en el primer piso se ubicaría el Teatro de Cámara Vargas Calvo, que tendría capacidad para 100 personas.
Los demás rubros se destinarán a renovar el Teatro Nacional, eso sí, preservando el inmueble histórico.
Respecto a la distribución de los recursos, la modernización de la mecánica teatral es la segunda partida que más consume presupuesto, en este caso, el 14% de los $26 millones ($3,7 millones).
Como parte de las obras se reemplazarán las cuerdas y se restaurarán las poleas para remozar el sistema de tramoya, además se colocarán sets motorizados de mecánica teatral automatizada, para colocar la escenografía.
Los trabajos tienen como fin automatizar la tramoya para ampliar las posibilidades de los productores artísticos y mejorar la seguridad del escenario del Teatro Nacional.
El tercer rubro que consume la mayor parte de los $26 millones es la iluminación artística, que representa el 11% (casi $3 millones).
De aprobarse el crédito se renovarán los equipos de iluminación, dotando al teatro de consolas, tableros electrónicos, tableros aislados de audio, luminarias (robóticas y tipo led) y diferentes tipos de accesorios.
Mientras que la instalación del sistema eléctrico es el cuarto proyecto que más consume presupuesto, en este caso el 8%. El cambio se realizará porque la instalación actual no cumple con las normas de seguridad.
La sustitución incluiría la intervención de algunos puntos calificados como “riesgosos” por su estado de conservación.
El 37% del presupuesto restante se destinarán a 10 tipos de obras como instalación del sistema contra incendios; restauración de obra artística; colocación de la concha acústica; sistemas de iluminación, telecomunicaciones y seguridad; climatización; elevador de carga; y obras civiles y complementarias.
Proyecto bajo la lupa
El proyecto de ley pasaría a discutirse en el Plenario en los próximos días y aunque el financiamiento externo dotaría de un remozamiento al Teatro, que en octubre próximo cumplirá 122 años, el empréstito despierta polémica.
Tal es el caso de Pablo Heriberto Abarca, diputado socialcristiano que no se opone a la modernización y preservación del edificio patrimonial, pero sí a los recursos que se destinarían al Centro Cultural José Joaquín Vargas Calvo y al puente que conectaría al teatro con esta infraestructura.
El legislador rojiazul alega que debe ser consecuente con la situación fiscal que tiene el país, más aún después de votar a favor la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
Sin embargo, el Teatro Nacional, además de ser un punto de referencia cultural, con el paso de los años se ha consolidado como uno de los atractivos turísticos más importantes de la capital, tanto para nacionales como para extranjeros.
El portal de viajes Tripadvisor ubica a esta obra arquitectónica en el primer lugar entre las atracciones más populares de San José. En la popular guía para viajeros Lonley Planet, la visita a este edificio encabeza la lista de las experiencias más recomendadas en la ciudad capital.
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) estima que entre el 2013 y el 2017, el 9,5% de los turistas que ingresaron vía aérea al país, realizaron visitas a teatros, museos o galerías. Estas actividades estuvieron entre las 25 más realizadas por los viajeros durante su estancia en territorio nacional.
En ese periodo, un promedio de 1.900.291 personas ingresaron por vía aérea anualmente, de los cuales 180.527 turistas dedicaron su tiempo a estas actividades por año. En los datos del ICT no se especifica cuántos de esos viajeros visitaron al inmueble patrimonial, pero las cifras de ingreso al establecimiento sí evidencian un crecimiento en la llegada de extranjeros.
Si se analizan las cifras de visitación de quienes desembolsan dinero para la excursión guiada, en el 2017 la llegada de internacionales creció 15,53%, 30.745, respecto al 2016, mientras que en el 2018 el arribo de turistas experimentó un aumento del 10,27% respecto al año anterior (33.904), de acuerdo al Departamento de Operaciones y Servicios del Teatro Nacional.
En total (nacionales y extranjeros), en el 2018 el Teatro tuvo una visitación de 49.337 personas y el grueso fue de extranjeros que representaron el 68,71%, seguidos de los nacionales que fueron el 23,73% y escolares el 7,55%.
El inmueble, además, de genera divisas al sector turístico por las excursiones guiadas, ofrece gran cantidad de presentaciones para diferentes públicos, como por ejemplo, la población estudiantil.
Durante el año anterior 134.603 personas en total disfrutaron de los espectáculos.
Del total, 63.813 (47%) eran estudiantes que asistieron al programa Érase una Vez, una alianza que tiene la institución cultural con el Programa de Vida Estudiantil del Ministerio de Educación Pública (MEP).
El objetivo es que la población estudiantil de primaria y secundaria disfruten de actividades culturales para que desarrollen arraigo e identificación con el edificio patrimonial.