La Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) cuestionó el negocio hipotecario del IVM.
En un informe especial realizado al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), del pasado 20 de junio, criticó la poca relevancia de la actividad de préstamos de vivienda de la Caja, pese a contar con 62 años de funcionar en el mercado de vivienda.
“No ha alcanzado la madurez, experiencia y una capacidad resolutiva eficiente para tener un mayor posicionamiento en el mercado costarricense”, según la Auditoría.
El documento reprobó que, a partir del 2010, disminuyó la cantidad de créditos y recursos aprobados.
En aquel año se avalaron 612 operaciones por un monto de ¢10.265 millones. Sin embargo, para el periodo 2011-2016 el promedio anual de préstamos autorizados fueron 280 por un monto total de ¢6.000 millones.
En el 2016, la cartera hipotecaria del IVM cerró con un saldo de ¢59.796 millones, según los estados financieros del fondo.
En los últimos cinco años, el incremento de la cartera estuvo fundamentado en operaciones dadas a empleados de la Caja que crecieron 7% en promedio, frente al 1% de incremento en créditos a particulares.
El negocio. La Caja, administradora del IVM, está facultada por ley para tomar parte de las reservas del fondo y prestarlo en créditos hipotecarios.
El saldo colocado el año pasado representó el 2,7% de la reserva de ¢2,1 billones.
Pero solo significó el 1,7% de los recursos del sector vivienda colocado por el sistema financiero costarricense, argumentó la Auditoría de la Caja.
Dicho órgano manifestó que si la institución quiere competir con la banca, debe revisar si necesita contratar personal, y establecer alianzas con empresas inmobiliarias.
Además, urgió la implementación de un sistema informático que permita el manejo de los expedientes de crédito hipotecario con gestión de consulta en línea para sus clientes.
“El propósito es que exista garantía de que la estrategia de colocación crediticia (...) está coadyuvando con la sostenibilidad financiera del IVM”, según el informe auditor.
Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la CCSS, aceptó que hay una corriente que plantea fortalecer dicho negocio y otra deshacerse de la cartera.
“Hemos evaluado que, por el momento, es una forma de diversificar y se ha fortalecido, no a gran escala porque tendría costos para la institución en contratación de personal”, afirmó el jerarca.
Además reconoció que competir con las entidades bancarias es complicado.
Álvaro Ramos, jerarca de la Superintendencia de Pensiones (Supén), cuestionó que se utilicen los recursos del IVM para hacer préstamos de vivienda.
“Supén considera que la función primaria y la experticia de un fondo de pensiones es poco compatible con la administración directa de una cartera de créditos hipotecarios”, aseguró Ramos.
Añadió que, internacionalmente, la buena práctica de los regímenes de jubilaciones es invertir sus recursos en títulos negociados en bolsa de valores.