El acelerado aumento que muestran las tasas de interés para préstamos desde junio pasado, y la expectativa de nuevos ajustes, tienen a muchos deudores con la incertidumbre de hasta dónde le podrán hacer frente a los pagos.
En junio, la tasa activa negociada, que es un promedio de intereses de los créditos formalizados en las entidades financieras, era de 9,46%, y en la semana del 5 al 11 de octubre del 2022 alcanzó 13% (3,5 puntos porcentuales de aumento en cuatro meses). En dólares, el aumento ha sido menor. La tasa activa negociada pasó, en el mismo periodo, de 5,75% a 6,41%.
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Dos deudores, que prefirieron el anonimato compartieron con este diario sus vivencias a partir de estos ajustes. Uno es un matrimonio donde ambos tienen trabajo estable y formalizaron un préstamo en setiembre del 2021 con la tasa básica pasiva más 2,35% por los primeros dos años; y luego la tasa básica más 4,50%.
“Iniciamos con un pago de ¢343.000 de cuota, que se mantuvo estable durante siete meses, lo que para nosotros era maravilloso. Pensamos que efectivamente íbamos a llevar así por lo menos los dos primeros años. Actualmente, vamos por ¢510.000 por mes. El aumento mensual empezó en junio 2022 y es alarmante. Son más de ¢50.000 de aumento cada vez que revisamos el monto a pagar mes a mes”, comentó ella.
“Hemos optado por reducir gastos y compras hormiga que realmente no sean fundamentales, y empezar a ahorrar lo que se pueda para tener un colchón por si llegáramos a una cuota que se nos salga del presupuesto que teníamos establecido”, añadió.
Muchas personas que se vieron beneficiadas con las flexibilizaciones crediticias de la pandemia, ahora se topan con un escenario de tasas al alza.
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Otra deudora, de 24 años, también compartió su caso: “La cuota más reciente fue de ¢548.547,05 y la que le antecedió de ¢500.626,45. O sea, que de un mes a otro incrementó casi ¢50.000. Para el próximo mes es de ¢564.684,41. Al obtener el crédito me dijeron, y cito al ejecutivo del banco: la capacidad de pago es perfecta, el crédito te lo van a aprobar”, cuenta esta mujer que tiene un crédito de vivienda ligado a la tasa básica.
“En este momento estoy revisando con el banco las posibilidades, ya que estuve utilizando ahorros para solventar la deuda. Sin embargo, la cuota sigue subiendo y no puedo seguir sacrificando gastos. Algo tan básico como ir a comprar el diario se ha visto imposibilitado porque todo se va directo al banco”, agregó.
Hasta agosto había 1.322.407 operaciones de créditos en moneda nacional con tasa variable o semifija. De ellas, 700.854 ligadas a la tasa básica, según la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Esto se da en un contexto en el cual los precios de alimentos y otros bienes y servicios han tenido una fuerte alza (10,37% creció el índice de precios al consumidor, en los últimos 12 meses) y donde hay alto desempleo (11,8% en el trimestre que terminó en agosto).
La tasa básica pasiva, un promedio de tasas para ahorros que se usa de referencia para créditos, se duplicó en el último año al pasar de 2,80% a 6%. Las tasas suben como respuesta a los incrementos aplicados por el Banco Central en su tasa de política monetaria, la cual subió de 0,75% a 8,50% en ese mismo periodo, para evitar que la alta inflación, que proviene principalmente de un golpe externo, se mantenga en el futuro. Cada aumento en las tasas impacta las cuotas.
Prepararse para más incrementos
El problema para quienes ya tienen dificultades de pago es que se esperan más ajustes al alza en las tasas de interés.
Carlos Fernández, exgerente del Banco de Costa Rica, explicó que el techo de la tasa básica pasiva dependerá del comportamiento de la inflación, pero él espera más ajustes, de unos dos puntos adicionales.
Danilo Montero, director ejecutivo de la Oficina del Consumidor Financiero, explicó: “Si la Reserva Federal de Estados Unidos (banco central) le mete otro empujón a las tasas, podría obligar al Banco Central de Costa Rica a revisar otro posible ajuste de la tasa de política monetaria. Algunos analistas ven con inquietud el panorama, pues si bien la inflación cedió un poquito, es muy pronto para decir que ya se acabó”.
En todo caso, aun si no subieran más las tasas, se podrían mantener altas incluso todo 2023. “El panorama sigue siendo duro para los deudores”, aseveró Montero, quien considero que ante esta situación las personas pueden intentar negociar con el banco un periodo de gracia, o escalonar la tasa, pero reconoció que es poco el margen de acción.
En el caso de los deudores en dólares, que reciben ingresos en colones, han tenido un alivio con la baja en el precio del dólar este año y, según Montero, el panorama parece ser que el tipo de cambio se podría mantener bajo.
“La recomendación es que se haga a la idea de que sigue pagando el dólar a ¢675 (actualmente se ubica en ¢624,57 en el mercado mayorista Monex) y la diferencia que se está ahorrando, que la guarde, que la ahorre de verdad en vez de comérsela. Eso le permite crear una reserva para cuando el tipo de cambio vuelva a subir”, aconsejó Montero.
Bancos ofrecen ayudas
Según informaron dos entidades financieras, algunas personas ya acuden en busca de auxilio, así que ofrecen opciones, aunque todavía no se notan problemas importantes de morosidad.
Según la información que publica la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), los créditos con atrasos de pago mayores a 90 días o en cobro judicial respecto a la cartera total representaron, en setiembre, un 2,21% de la cartera directa, similar al resultado de agosto (2,22%). Con ese resultado se mantienen por debajo del 3%, rango que la autoridad supervisora considera normal.
Ronald Guerrero, director general de Crédito del Banco Nacional, confirmó que el banco tiene en proceso solicitudes de clientes que han expresado preocupación y argumentan problemas de capacidad de pago ante los incrementos de las cuotas. Han evaluado caso por caso para determinar la priorización de la atención.
Guerrero citó algunos ejemplos de ayudas. Cuando existe disponibilidad de plazo se plantea ampliarlo y con ello reducir el pago mensual. Se puede plantear una restructuración integral donde se mejoren las condiciones pactadas (ajuste de tasa, ampliación de plazo, periodo de gracia, pago escalonado y otros que valida la norma bancaria), lo cual impacta en el pago mensual.
También se puede ajustar la tasa de interés de la deuda en el tanto lo permitan las condiciones financieras y económicas. Adicionalmente, se cuenta con equipos especializados para realizar prórrogas de capital y compromisos de pago.
“Todas estas acciones están disponibles para los diferentes productos, actividades y clientes”, indicó.
En BAC Credomatic, Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC, comentó que algunos clientes se han acercado a buscar soluciones, pero han sido pocos, ya que muchos aún mantienen buenas condiciones brindadas como alivios financieros durante la pandemia, principalmente, en cartera hipotecaria.
“En BAC, además de ofrecer soluciones financieras que se adapten a las necesidades de nuestros clientes, los ayudamos en todo lo que se pueda para buscar alternativas que les permitan seguir cumpliendo con sus obligaciones de pago. Siempre tenemos abiertas herramientas de reestructuración las cuales se aplican según el análisis de capacidad de pago de los clientes. Podemos ofrecer reestructuraciones como extensión de plazo, ajustes de cuota, análisis de tasas, etc.”, indicó Moreno.
En el Banco de Costa Rica (BCR), Michael González, gerente de Estrategia Comercial y Productos, informó de que no han notado una afluencia considerable de clientes para solicitar readecuaciones a sus créditos. Añadió que atienden, de manera permanente, consultas de los clientes para solicitar asesoría y poder reducir el pago de sus cuotas o bien unificar sus deudas.
El BCR agregó que el banco ofrece opciones como el programa Feliz Hogar para adquirir, mejorar o cancelar deudas de vivienda, con dos opciones de tasa de interés por cinco y ocho años fijas.
Sobre los clientes que tuvieron condiciones beneficiosas durante la pandemia, indicó que algunos se han acercado solicitando información para poder readecuar sus deudas y cada caso se analiza de forma individual y se le brindan opciones tanto de créditos como de arreglos y refinanciamientos para que puedan normalizar sus pagos.