Las autoridades financieras prevén un fuerte aumento en la morosidad, en el 2022, cuando se retiren las ayudas que se otorgaron a los deudores por la pandemia, según indicaron la tarde de este 29 de octubre al presentar el Informe Anual de Estabilidad Financiera correspondiente al año 2021.
La superintendente general de Entidades Financieras, Rocío Aguilar, informó de que a setiembre los créditos con problemas de pago mayores a 90 días representaron 2,5% de los préstamos totales y estiman que para el próximo año dicho indicador podría aumentar a un valor entre 4,5% y 5%.
“En cuanto las medidas de flexibilización normativa se vayan retirando es altamente probable que ese aumento en morosidad se vaya a estar reflejando y eso sucederá muy probablemente durante el año 2022″, dijo Aguilar.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, explicó que durante la pandemia la morosidad mayor a 90 días ha aumentado levemente, pero no todo lo que debería, debido, precisamente, a los auxilios que brindaron las entidades financieras a los deudores.
El presidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), Alberto Dent, añadió que los bancos tienen una buena cantidad de provisiones para afrontar esta situación.
Agregó que el impacto en la mora dependerá de cómo retiren las medidas.
“Toda esa morosidad va a depender obviamente de cómo salgamos nosotros de las ‘vacaciones normativas’ como le llaman los bancos, todo ese tipo de excepciones que habíamos planteado nosotros lo hicimos estudiando muy bien, con mucha calma, no se ha hecho nada abrupto y tampoco lo vamos a hacer de salida”, dijo Dent.
“Estamos tomando en consideración los efectos que el retiro de todas y cada una de esas medidas vaya a hacer, algunas estamos previendo dejarlas, otras previendo eliminarlas, pero también paulatinamente, aquí hay que tener mucho cuidado de cómo se maneja esto del sistema financiero”, añadió el presidente del Conassif.
El Presidente del Conassif informó de que el próximo lunes 1.º de noviembre, el Consejo verá la propuesta para retirar las medidas de ayuda que estarán vigentes hasta el 31 de diciembre de este año; no obstante, dijo que evalúan prorrogar algunas.
A junio del 2021, el 55,6% de la cartera total de créditos del sistema financiero nacional (¢12,9 billones) contaba con al menos un arreglo de pago.
“Lo importante es que el sistema tiene colchones suficientes para absorber estos choques, este eventual aumento en la mora crediticia sin que se perjudique significativamente la suficiencia patrimonial (capital que les permite hacer frente a los riesgos)”, dijo el presidente del Banco Central.
Sistema ha resistido la pandemia
Sobre los resultados del informe anual, el presidente del Banco Central explicó que el sistema financiero costarricense resultó afectado por la pandemia, pero ha mostrado una buena capacidad para resistir este choque inesperado, al tiempo que mantiene indicadores de solvencia y liquidez adecuados, dentro de los límites regulatorios.
“Los buenos indicadores de solidez que mostraba el sistema financiero nacional al llegar la pandemia, en conjunto con las respuestas de política que se dieron para enfrentarla, que incluyeron la profundización de la política monetaria contracíclica por parte del Banco Central y las medidas de flexibilización de la normativa prudencial recomendadas por la Sugef y aprobadas por el Conassif, han permitido al sistema financiero del país sobrellevar el impacto adverso que generó la emergencia sanitaria y la consecuente crisis económica”, dijo Cubero.
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No obstante, hay riesgos y uno de ellos es el posible aumento en la mora crediticia.
Además, indicó el jerarca del Central, prevalecen desde antes de la emergencia sanitaria exposiciones relevantes relacionadas con el nivel de endeudamiento de los hogares y el saldo de crédito en dólares a deudores no generadores de divisas. Si bien esta última vulnerabilidad ha venido disminuyendo en términos relativos, aún se mantiene en niveles importantes.
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El Banco explicó, en un comunicado, que los resultados de las pruebas de tensión (análisis de escenarios hipotéticos negativos), que se comparten en el informe, indican que el sistema financiero está en capacidad de resistir de forma aceptable choques severos en la calidad de su cartera de crédito, en el valor de sus carteras de inversiones financieras, o en su liquidez, así como choques derivados de sus interconexiones con otros participantes en el sistema financiero.
Además, se realizaron ejercicios de tensión complementarios para capturar los efectos que podrían derivarse de un aumento en la mora crediticia como consecuencia de la normalización de la normativa y de las condiciones de crédito. Aunque el impacto de estos ejercicios complementarios fue aún mayor, la suficiencia patrimonial se mantuvo por encima de los mínimos regulatorios, explicó la entidad emisora.
“No se trata de contener la morosidad porque realmente el sistema debería estar reflejando de mejor forma los riesgos, lo importante, me parece que es un resultado que se observa de las pruebas de tensión, es la capacidad del sistema de soportarlo aún en escenarios altamente severos”, comentó la Superintendente.