El Banco Popular (BP) absorberá ¢411.000 millones de los activos de Coopeservidores, una cifra que equivale al 64,4% de los activos totales de la cooperativa y al 80,5% del denominado “banco bueno”, donde se ubican los créditos de mayor calidad. Esto implicará que se podrá pagar el 100% de los depósitos garantizados hasta por ¢6 millones a los ahorrantes, según lo informó este miércoles Laura Suárez, presidenta del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
Suárez añadió que el acuerdo aprobado por unanimidad en el Consejo, este miércoles, permitirá que los clientes con ahorros por encima de los ¢6 millones recuperen, en el corto plazo, un porcentaje cercano al 50% de sus recursos. “Aprobar la oferta del Banco Popular es la mejor opción y se evita ir a un proceso concursal”, afirmó la presidenta del Conassif.
En términos absolutos, el BP recibirá activos (principalmente créditos) por un valor de ¢411.000 millones y absorberá el mismo monto en pasivos (obligaciones con los depositantes), detalló Marco Hernández, encargado de la resolución de la Cooperativa, también conocida como CS Ahorro y Crédito.
El activo principal que se dejará el banco público serán préstamos por un saldo adeudado bruto de ¢302.000 millones, de un total de 62.256 operaciones crediticias. Las condiciones de tasa y plazo de cada crédito no se modifican, dijo Hernández.
Los restantes ¢109.000 millones está conformado por inversiones financieras de Coopeservidores y dinero efectivo. “El proceso de traslado (al BP) de activos y pasivos nos llevará al menos dos meses porque son una gran cantidad de documentos que deben endosarse. Pero no significa que los ahorrantes deben esperar dos meses para obtener los recursos, el Banco oportunamente dirá cuando está preparado para efectuar los pagos”, subrayó el resolutor.
El funcionario también explicó que cerca del 20% del “banco bueno” que el Banco Popular no recibirá asciende a ¢80.000 millones y está compuesto por créditos al día y con atraso hasta 90 días, pero que no encajaron dentro de los criterios de selección del banco público.
Sobre el futuro de esta porción de activos del “banco bueno” que quedaron fuera de la transacción con el BP, Hernández confirmó que en las próximas semanas convocarán a otras entidades financieras que pudieran estar interesadas en dejarse la totalidad o una parte. También podrían dejarse parte de los activos del llamado “banco malo”. Luego de estas gestiones, lo que quede, pasará a formar parte del fideicomiso que liquidará el “banco malo”.
“La transacción no afecta a los clientes del Banco Popular ni a la institución”, aseguró Hernández, quien afirmó que la entidad financiera tiene el “músculo” necesario para afrontar la absorción, y que será esta última quien notifique a los clientes de la cooperativa cómo se procederá a partir de ahora.
El Banco Popular informó, la tarde de este miércoles, de que el plan de atención a los clientes se revelará hasta el próximo lunes 5 de agosto.
La Confederación Nacional de Asociaciones Solidaristas y el Movimiento Solidarista Costarricense informaron, en un comunicado, de que aún analizan las implicaciones en las entidades del sector que se vieron afectadas. Las solidaristas están entre los principales inversionistas con pasivos no garantizados.
Durante la conferencia de prensa, se argumentó que la decisión tomada por el Conassif previene un mayor deterioro de los activos de la cooperativa pues se evita acudir a múltiples procesos concursales. También se protege el valor de los pasivos con los acreedores.
Adicionalmente, se genera un ahorro significativo de gastos en materia de personal, seguridad y conservación relacionados con los bienes de la Cooperativa.
“Este primer proceso de resolución permitirá obtener mejores resultados para los ahorrantes y en un plazo menor en comparación con un proceso concursal. Además, cumple el principio de menor costo, dado que no se ejecuta el pago de la cobertura que brinda el Fondo de Garantía de Depósitos”, apuntó Hernández.
¿Qué había en el ‘banco bueno’?
El “banco bueno” propuesto por el equipo de resolución de Coopeservidores, liderado por Marco Hernández, estaba constituido por activos por un valor de ¢560.663 millones a mayo pasado. Este está conformado por ¢394.776 millones de cartera de crédito, ¢120.389 millones en inversiones de valores, ¢32.439 millones en efectivo, y el resto entre edificios, terrenos y bienes puestos a la venta.
Mientras que el “banco malo”, ascendió a ¢162.000 millones, y lo constituye, principalmente, los préstamos con mayor deterioro.
El Conassif ordenó, el pasado 13 de mayo, intervenir la entidad a raíz de irregularidades detectadas en la administración en el otorgamiento de préstamos, falta de cobro a los deudores y supuesta alteración de datos financieros. La decisión se tomó con base en dos informes de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
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Posteriormente, la organización cooperativa fue declarada inviable, el pasado 21 de junio, y el Consejo dio un máximo de dos meses a los encargados del proceso de resolución para finiquitar la negociación del traslado de los activos en buenas condiciones, así como todos los depósitos garantizados hasta por ¢6 millones, a una entidad financiera solvente.
El declive de la cooperativa comenzó después de que fuera obligada por la Sugef a hacer un ajuste en el resultado del 2023, en marzo pasado. La entidad reflejó una pérdida de ¢26.975 millones, en vez de la ganancia de ¢3.288 millones reportada inicialmente, tal como informó La Nación, en marzo anterior.