La Junta Directiva del Banco Central tomó la decisión de mantener el nivel de la tasa de política monetaria (TPM) en 9% anual, según informó en un comunicado enviado este miércoles 25 de enero. Esta es la segunda reunión de política monetaria consecutiva en la que la entidad deja sin cambio el indicador, y a la vez envía señales más claras de que está dispuesta a pausar los aumentos.
La institución frenó el incremento en las tasas de interés al mantener la TPM en 9% en diciembre del año anterior luego de presentar ocho aumentos desde 1,25%, en diciembre del 2021, hasta el valor actual. Esto representa un crecimiento de 825 puntos base. La novedad en el anuncio más reciente es que el emisor afirma que no existen elementos que permitan prever incrementos adicionales en la TPM en el futuro cercano.
Sin embargo, el BCCR condicionó esta posición a que no se materialicen una serie de riesgos que podrían retrasar el retorno de la inflación al rango de tolerancia alrededor de la meta de la institución, del 3% (con una desviación de un punto porcentual hacia arriba o abajo).
Los riesgos que mencionó la entidad están asociados a los precios internacionales de materias primas y a los costos del transporte, lo que podría detener la eventual caída de la inflación durante el 2023. Uno de ellos es el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y otro son los rebrotes de la covid-19 en China.
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El economista José Luis Arce, director de Análisis y Estrategia de FCS Capital, resaltó que los riesgos que menciona la institución no están relacionados con el contexto doméstico, y amplió que no ve que existan peligros considerables en el ambiente costarricense que puedan rezagar la normalización de la inflación y por lo tanto se haga necesario retomar las alzas en la TPM.
Arce considera que la invasión rusa a Ucrania no tendría más impactos en las materias primas a menos de que el conflicto escale e involucre a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues el resto de los mercados, demandantes y oferentes, ya se ajustaron. Según explicó, este conflicto sí podría seguir teniendo un impacto en los precios de las energías para los países europeos.
Por otro lado, el especialista considera que la reapertura de la economía china puede generar presiones alcistas sobre los precios, ya sea por el aumento en la demanda o porque un incremento en los contagios podría acarrear disrupciones en las cadenas de suministros. “...hasta el momento eso no se ve y son otros factores los que lastran el crecimiento chino, especialmente la crisis inmobiliaria y bancaria”, afirmó Arce.
Daniel Ortiz, director ejecutivo de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), coincidió en que la reapertura de China tras la política “cero covid” podría influir en la demanda de algunas materias primas. Recordó que el país asiático es uno de los principales consumidores de varios commodities, lo que podría provocar un aumento en los precios de esos bienes, que se mantenga la inflación por un tiempo más prolongado de lo esperado y, posteriormente, un endurecimiento de la política monetaria.
Pero de no dispararse esos riesgos, el Banco Central prevé que la inflación se comporte a la baja durante el 2023, y que retorne el rango de tolerancia en el último trimestre del 2023 para la inflación general, y en el primer semestre del 2024, la inflación subyacente.
¿Cuándo podría bajar la tasa de política monetaria?
Ambos economistas afirmaron que con esa tendencia de la inflación a la baja, el Banco Central irá reduciendo la tasa de política monetaria, lo que posteriormente impactará a las distintas tasas de interés. Este proceso no es inmediato, pues tarda algunos meses, y dependerá de cómo se comporte la inflación en el país.
José Luis Arce previó que para el segundo trimestre del año, o incluso antes, el Banco Central empezará a hacer ajustes a la baja en la tasa de política monetaria.
Daniel Ortiz, por su parte, espera que la entidad reduzca la TPM en la segunda mitad del año, y consideró difícil que ocurra durante el primer semestre debido a que la inflación “aún no está cerca de los valores a los que el BCCR le gustaría”.
Además, Ortiz explicó que los precios de muchos bienes y servicios seguirán elevados por un tiempo, y que los productores tardarán en adaptar los precios a la baja, lo que mantendría la inflación alta por un tiempo más.
Así lo señaló también el BCCR en su comunicado, donde confirmaron la desaceleración en los precios al productor de la manufactura, que pasó de 17,6% en junio a 8,1% al término del año. Sin embargo, advirtió de que esos incrementos aún podrían ser trasladados a los precios al consumidor final.
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