El mercado de criptomonedas tuvo un 2022 para el olvido, pues sufrió duros golpes como la quiebra de FTX, segunda plataforma de intercambio de cripto más grande del mundo, que propiciaron el desplome del valor de la mayoría de los activos digitales.
El bitcóin, la criptomoneda más usada en el mundo, experimentó una serie de reveses que han resentido a los inversores. Este activo suele ser un parámetro para los demás, pues su comportamiento usualmente se replica en las otras cripto, ya sea que suba o baje su valor.
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Hace poco más de un año, en noviembre del 2021, el bitcóin se cotizó en valores históricos, por encima de los $67.000; pero desde entonces, su precio no ha hecho más que bajar.
La caída se agravó con el colapso de FTX, a principios de noviembre, pues el bitcóin bajó en alrededor de $5.000 y alcanzó mínimos históricos en dos años, con un valor de poco más de $15.000. La criptomoneda arrancó el año en $46.000, pero ha perdido más del 60% de su precio durante el presente año. En la actualidad, se cotiza en $16.650.
El Ether, la segunda criptomoneda más grande del mercado, tampoco escapó de esa tendencia. Hoy, se sitúa en unos $1.200, muy por debajo de los $3.700 en los que comenzó el 2022. La caída en su valor para este año es de alrededor del 65%.
Tales valores no se veían desde hace tiempo; de hecho, el 2021 fue un año muy positivo para los activos digitales. Sin embargo, este mercado que suele estar asociado a una volatilidad constante y a una alta oscilación de precios, no pudo soportar los golpes del año.
Otto Mora, miembro de AsoBlockchain Costa Rica, explicó que dos factores incidieron en la caída de los precios de las criptomonedas. El primero fue las riesgosas apuestas de inversión de empresas como FTX o Terra, las cuales catalogó como poco transparentes.
Mora citó, como segundo factor, que muchas empresas decidieron limitar las inversiones en cripto activos ante el riesgo de una recesión, lo cual propicia la prudencia en las inversiones. “Lo esperanzador de todo esto es que solamente los proyectos con verdadero valor intrínseco y utilidad sobrevivan”, agregó.
Calificó el año del mercado de las cripto como de muchos contrastes. En ese sentido, consideró como “una burbuja” el precio de $60.000 que alcanzó el bitcóin a finales del 2021 en relación con un nivel más estable de los últimos meses, de entre $15.000 y $20.000.
Año de caídas
Si bien la reciente debacle de FTX fue la más sonada del año, debido a la magnitud de la compañía y a lo público que fue el golpe, no ha sido la única plataforma que se ha visto afectada durante este 2022.
Otros proyectos importantes como Terra, denominada como la criptomoneda “estable” (anclan su valor al dólar), también se desplomó en mayo, al no poder mantener su paridad con el dólar. Este fue un primer golpe que resonó en el mercado, con un bajón de varios miles de dólares en el valor de otros activos digitales como el bitcóin.
La quiebra de la plataforma de inversión en criptomonedas Celsius, ocurrida en junio pasado, terminó de agudizar la tendencia iniciada con Terra. Esta empresa se acogió al Capítulo 11 de la Ley de quiebras en Estados Unidos un mes después de congelar los retiros de su sistema.
Aunado a esto, el fondo de criptomonedas Three Arrows Capital (3AC), uno de los más importantes del mundo, cayó en default en el mes de junio, como consecuencia de la caída del ecosistema Terra y su token, Luna, que causó que la empresa dejara de pagar sus préstamos.
El batacazo de FTX fue otro balde de agua fría. La segunda plataforma de intercambio de estos activos, cuyo valor alcanzó los $32.000 millones a inicios del 2022, sufrió por la falta de liquidez en noviembre, lo cual obligó a su dueño a renunciar y a acogerse al Capítulo 11.
Aunque el desplome se originó con FTT, la criptomoneda de FTX, la incertidumbre se propagó por todo el mercado. Además, la caída causó daños colaterales a otras compañías como BlockFi, que recibió una inyección de capital de FTX en julio y que terminó corriendo la misma suerte que su prestamista.
Como si todo lo anterior fuera poco, el 21 de diciembre sucumbió Core Scientific, una de las firmas mineras de bitcóin más grandes que cotiza en la bolsa de los Estados Unidos. La empresa se acogió a la Ley de Quiebras por no contar con flujo de caja suficiente para pagar deudas.
“Con cada caso de estos la reputación como activo potencialmente rentable se ve golpeada, y es muy probable que empecemos a ver de nuevo esfuerzos de marketing para mejorar esa reputación e inducir a otras personas a comprar y mantener este tipo de inversiones”, resaltó Melvin Garita, gerente de BN Valores del Banco Nacional.
Un estudio reciente del Banco Internacional de Pagos estimó que un 75% de las personas que compraron bitcóins entre 2015 y 2022 perdieron dinero, lo cual tiene sentido si se toma en cuenta que en un año calendario estas llegaron a perder más del 60% de su valor.
Recuperar reputación
El mercado de las criptomonedas siempre ha tenido sus detractores, y estos golpes que han marcado el año han golpeado directamente a su reputación.
Para Otto Mora, el reto principal de cara al próximo año es aumentar la transparencia y conocimiento de los usuarios sobre los protocolos de Finanzas Descentralizadas (DeFi), así como sobre las plataformas centralizadas, como Coinbase, Binance, u otros.
Mora resaltó que deben establecerse métodos de verificación de reservas a través de la red blockchain o mediante herramientas más tradicionales para estas plataformas de criptomonedas, similares a los mecanismos de control a los que se someten los bancos.
“En el aspecto de los usuarios, es importante que ellos también sepan comenzar a custodiar sus propios activos teniendo mayor control y prudencia cuando decidan utilizar empresas centralizadas que les custodien sus criptoactivos”, agregó Mora.
En ese sentido, este año se han dado algunos pasos con proyectos exitosos del metaverso con criptomonedas como The Sandbox y Decentraland, así como un avance en el sector de Finanzas Descentralizadas y la necesidad de establecer protocolos de transparencia para mitigar los impactos en el mercado, añadió Mora.