El régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) tuvo una rápida caída en el rendimiento real de las inversiones que redujeron las ganancias en el 2021, situación a la que se sumó el alza en el gasto por el pago de pensiones, debido a la jubilación de más trabajadores. Todo dio como resultado un menor crecimiento de la reserva del fondo.
La rentabilidad real del principal régimen de jubilación de Costa Rica cerró en 5,36%, en diciembre pasado, y se convirtió en la más baja en los últimos siete años. La merma ocurrió por el alza de la inflación, pues a los rendimientos de las inversiones de un portafolio se le descuenta esta variable para conocer el desempeño.
Con el resultado, los rendimientos se acercaron, de forma acelerada, a la tasa mínima actuarial del 4% que se recomienda como saludable para el IVM en las valuaciones actuariales hechas al sistema, según se detalla en el Informe de las Inversiones del Régimen Invalidez, Vejez y Muerte al IV Trimestre de 2021, del cual tiene copia La Nación.
Cuando el rédito de las inversiones es menor al 4% implicaría que se usen las reservas para pagar beneficios, en caso de que el fenómeno se mantenga de manera significativa en el tiempo.
LEA MÁS: Directiva de la Caja aprueba reforma al IVM, elimina pensión anticipada para los hombres
“El crecimiento interanual de la cartera total de las inversiones fue de ¢98.448 millones, situación que implica que se utilizaron recursos de la cartera para pago de gastos corrientes (pensiones), dado que solo por capitalización los recursos de la cartera debieron crecer por encima de los ¢190.000 millones”, se detalla en el análisis hecho por la Gerencia de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), administrador del sistema.
En el documento se registra que las ganancias de las inversiones del fondo siguen por debajo del periodo prepandemia pues, en el 2019, ascendieron a ¢157.534 millones. En el 2020, el excedente fue de ¢68.964 millones. Sin embargo, la baja estuvo influida por el incremento del desempleo, por las medidas excepcionales de reducciones salariales a trabajadores asalariados y el pago de las cargas sociales a los patronos sobre los salarios fraccionados.
“Hay que ver que tan estructural es el tema (de la baja de los rendimientos). Nosotros tenemos una parte de la cartera que está indexada a la inflación y parte de esa porción de la cartera va a contemplar el efecto inflacionario, lo cual mitigará un poco el riesgo que ha sucedido”, comentó Jaime Barrantes, gerente de Pensiones.
El funcionario añadió que le dan seguimiento a la actual situación del mercado local. “Coyunturalmente el impacto genera una reducción en la tasa real de las inversiones. Este es un tema que afecta en el corto plazo, pero en el largo, no necesariamente los efectos se mantienen y los rendimientos vuelven a tener cierta estabilidad”.
Barrantes explicó que hay periodos en que la rentabilidad real está por encima del 6% y en otros incluso sea hasta del 2%. “El tema es que el promedio del 4% se mantenga a largo plazo. En los últimos años la tasa real se ha superado porque la inflación ha estado controlada”, destacó.
La inflación de Costa Rica empezó a reducirse, a partir del 2005, cuando el Banco Central adoptó el esquema de metas de inflación, lo cual permitió reducir el costo de la vida. Sin embargo, a raíz de los efectos de la pandemia en la economía y la invasión de Rusia a Ucrania, el indicador comenzó a acelerarse. En el 2021, el indicador cerró en 3,30%, pero este año se aceleró y, a mayo pasado, fue de 7,15% para los últimos 12 meses.
LEA MÁS: Alzas en inflación y tasas de interés provocan caída en rendimientos de fondos de pensión
El IVM finalizó, en el 2021, con un saldo de las reservas de ¢2.481.853 millones, el cual incluye las inversiones en títulos valores en el mercado interno, dinero depositado a la vista en cuentas corrientes, préstamos hipotecarios y bienes inmuebles. Dicho monto significó un incremento del 4,1%, comparado con los ¢2.383.405 millones del 2020.
El sistema finalizó el año pasado con 320.000 jubilados, a quienes se les pagó beneficios por ¢1.331.809 millones entre el monto de pensión y por la contribución al seguro de salud. El fondo se financia con los aportes de 1,5 millones de trabajadores y 80.000 patronos. Actualmente la contribución al régimen es equivalente al 10,66% del salario de cada trabajador. El patrono aporta 5,25%, la persona 4,17% y el Estado 1,41%.
Distribución de inversiones
El informe de la Gerencia de Pensiones muestra que el portafolio de inversiones del IVM está compuesto principalmente por títulos valores emitidos en el mercado local, pues representan el 94% del total de recursos administrados por la Caja, es decir, un saldo de ¢2.333.408 millones al cierre del año anterior.
El 6% adicional de las inversiones está conformado así: la cartera de créditos de vivienda por un saldo de ¢82.732 millones; las inversiones a la vista ascendieron a ¢53.091 millones, y el restante corresponde a ¢12.621 millones de bienes inmuebles y otros recursos.
El análisis muestra que los rendimientos reales de la cartera del fondo de pensiones empezaro el proceso de desaceleración a partir de marzo del año pasado. Pero se intensificó de manera relevante en los últimos tres meses del 2021. De hecho, cuando se compara el resultado del cuarto trimestre del año pasado, frente a julio, agosto y setiembre, el portafolio sufrió un retroceso en el saldo administrado por ¢42.246 millones.
En la revisión de los bonos de deuda comprados por el IVM se registra una alta concentración en emisiones realizadas por el Ministerio de Hacienda cuyo saldo fue de ¢2.032.189 millones a diciembre anterior, es decir, el 82% del total del portafolio de inversiones.
“Se observa un aumento en las inversiones del Ministerio de Haciendo de ¢154.416 millones (en el 2021) y una reducción en bancos estatales de ¢31.698 millones; en el sector de mutuales, de ¢17.288 millones, y Banco Popular, por ¢13.451.13 millones (...) el vencimiento de títulos fue destinado al pago del aguinaldo a pensionados”, se argumentó en el documento de la CCSS.
Por el plazo de las inversiones, casi la mitad del total de dinero administrado está colocado en instrumentos cuyo vencimiento es superior a cinco años. El 38% está a un año y un máximo de cinco años. Mientras que a menos de un año está el 15% del total del dinero.
Por último, el informe registra un deterioro en la capacidad del régimen para afrontar el pago de las pensiones en curso de pago, indicador conocido como cociente de reserva. Al 2021, los recursos administrados solo alcanzaban para pagar pensiones por un año y nueve meses. Mientras que, en el 2010, la reserva era suficiente para pagar beneficios por tres años.