La mayor parte de las cooperativas de ahorro y crédito supervisadas dedica más de la mitad de su cartera a prestar para consumo.
Así lo muestran los datos de crédito que publica la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) en su página web, a abril pasado.
Para el superintendente general de entidades financieras, Javier Cascante, cuanto más concentrada está la cartera de crédito, existe más riesgo de que, si esa actividad entra en algún tipo de problemas, entonces aumente la posibilidad de no pago; no obstante, lo importante es que tengan buenos mecanismos para su gestión.
“La Superintendencia les presta cuidado a esas decisiones, no para impedir que las entidades no ingresen a ese tipo de créditos, sino, más bien, para que demuestren tener mecanismos efectivos de gestión de los riesgos”, explicó Cascante.
Añadió que una de las ventajas es que son carteras muy atomizadas, de muchos deudores, por lo que tendría que suceder algo muy serio para que todos dejen de pagar.
A abril del 2017, el crédito otorgado por el sector cooperativo alcanzó los ¢2,1 billones, la décima parte del crédito otorgado por el Sistema Financiero Nacional, según datos suministrados por Sugef.
La Superintendencia solo supervisa las que realizan intermediación financiera (captan y prestan al público).
En el sistema cooperativo, los propietarios son sus miembros.
Baja morosidad. Grace Badilla, presidenta de la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fedeac), explicó que en el crédito de consumo también hay diversificación, y que una evidencia de que su fórmula es correcta es la baja morosidad del sector.
De acuerdo con información suministrada por la Sugef, a abril del 2017 la morosidad del sector cooperativo (créditos con atraso mayor a 90 días o en cobro judicial respecto a la cartera total) era de 1,30% un poco más alta que la de abril del 2016 (1,12%), pero más baja que la del Sistema Financiero Nacional, de 1,64% en abril del 2017.
La Nación consultó a varias cooperativas que tienen más del 70% de su cartera concentrada en crédito de consumo. Se obtuvo respuesta de Coopecaja y Coopeservidores.
En el caso de Coopecaja (Cooperativa de Ahorro y Crédito de los Trabajadores del Sector Publico Costarricense y las Empresas del Sector Salud, R. L.), la subgerenta de la entidad, Elizabeth Morales, explicó que el crédito de consumo de las cooperativas se ha convertido en una alternativa para los hogares y que ayuda sustituye las deudas con tarjetas de crédito.
“Las buenas prácticas de las finanzas invitan a que es preferible una deuda con un plazo y tasas de interés definidas que una tarjeta de crédito. Por tanto, Coopecaja ha realizado una excelente labor propiciando una mejora sustancial en la liquidez del asociado y sus familias”, manifestó Morales.
Óscar Hidalgo, gerente general de Coopeservidores, añadió que existen riesgos de concentración propios e inherentes a la actividad de especialización que se desarrolla. No obstante, este riesgo es mitigado con la aplicación de políticas de crédito que estarán acordes al apetito de riesgo de cada entidad.
Añadió que una política que atenúa el riesgo es la deducción de planilla que se aplica con autorización del asociado y el servicio de pago por transferencia Sinpe (Sistema Nacional de Pagos), entre otras.
Los créditos de consumo están respaldados con diferentes tipos de garantías como pagarés, fiadores e hipotecas, entre otras.
El superintendente recordó que desde el 2013 la Sugef ha establecido mayores estimaciones y requerimientos de capital a las entidades, con la finalidad de que sus balances internalicen los riesgos que asumen en su gestión crediticia.