La administración del proceso de resolución de Coopeservidores acordó cerrar definitivamente seis sucursales a partir de esta semana y otras siete funcionarán hasta el sábado 27 de julio.
La instancia resolutora informó, este miércoles, mediante un comunicado de prensa, sobre el cierre de las sucursales de Liberia, Santa Cruz, Limón, Guápiles, Desamparados y Plaza Víquez a partir de esta semana. Por otro lado, las sucursales de Cartago, Moravia, Metropolitana (ubicada en San José), Heredia, El Roble, Alajuela y San Ramón abrirán con normalidad hasta el sábado 27 de julio de 2024, en sus horarios habituales.
Semanas atrás, dejaron de funcionar las oficinas de Ciudad Neily, en Corredores de Puntarenas; y el establecimiento ubicado en San Carlos, Alajuela.
A partir del próximo lunes 29 de julio del 2024, las únicas sucursales que se mantendrán en funcionamiento serán: Pérez Zeledón, Oficinas Centrales, ubicada 325 metros al norte del Hospital Nacional de Niños; y Rohrmoser.
Adicionalmente, de los 617 trabajadores que mantenían un contrato laboral al momento de la intervención, se despidieron a 262 personas durante las últimas semanas y 355 se mantienen activos.
“El cese de operaciones de estas sucursales forma parte del cierre ordenado del proceso de resolución”, subrayó el resolutor Marco Hernández.
También se informó de que los clientes podrán hacer sus transacciones de pago por medio de los canales habilitados, los cuales se pueden consultar en el sitio web www.ahorroycredito.cr
El pasado 13 de mayo, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) aprobó la intervención de la entidad a raíz de irregularidades en su administración.
Posteriormente, el 21 de junio anterior, el Consejo determinó que la entidad es inviable, no cumple con los objetivos de solvencia, y no se prevé que en el futuro próximo cuente con la capacidad para hacerlo. Por lo tanto, se inició un proceso de resolución que derivará en el cierre de la cooperativa.
El Banco Popular fue la única institución financiera que presentó una propuesta para absorber una parte del denominado “banco bueno”, es decir, los activos con poco deterioro entre los que están una parte de la cartera de crédito e inversiones financieras. Si se concreta la negociación, el BP también deberá asumir una parte de los pasivos de Coopeservidores, principalmente de depósitos garantizados hasta por ¢6 millones.