El monto de los préstamos que cayeron a la peor categoría de calificación casi se cuadruplicó, el año pasado, en el Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa).
Los créditos fallidos cerraron, en el 2017, con un saldo de $23 millones, es decir 3,7 veces más frente a los $6,1 millones del año previo, según los estados financieros de la entidad afincada en Panamá.
La entidad financiera explicó, por escrito, que el incremento del saldo del crédito con problemas de pago se produjo en cumplimiento de la normativa de la Superintendencia de Bancos de Panamá.
"Los créditos clasificados en esta categoría, están en gestiones de ejecución forzosa, en cobro judicial ya iniciado o en proceso de interposición de este tipo de acción cobratoria", enfatizó el Banco, por medio de una respuesta escrita.
El saldo de crédito que pasó a cobro judicial significó, el año pasado, el 1,5% del total de la cartera de préstamos de Bicsa, que ascendió a $1.511 millones. En 2016, este tipo de operaciones fueron el 0,4% de los $1.411 millones de saldo colocado ese año, según los estados financieros del Banco.
Bicsa se negó a informar si los préstamos con problemas fueron por operaciones colocadas en Costa Rica.
Los préstamos calificados como irrecuperables en la normativa panameña son aquellos que reportan seis meses o más de atraso en el pago de las cuotas.
El Banco enfrentó, en los últimos años, dificultades con créditos que ingresaron en impago en Costa Rica. A la Corporación Yanber, por ejemplo, le prestaron $2,7 millones y a Casa Blanca, $5 millones.
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Bicsa es una subsidiaria del Banco de Costa Rica (BCR) que es dueño el 51% de la entidad. El Banco Nacional tiene el restante 49%.
Efectos del deterioro
Las operaciones catalogadas como irrecuperables, es decir, en cobro judicial, dispararon también las provisiones por créditos malos de la institución bancaria.
Los datos de Bicsa muestran que la reserva, ante la posible pérdida de recursos, ascendió a $17,8 millones el año pasado, frente a los $1,4 millones del 2016.
La Gerencia de Bicsa recalcó que para todos los préstamos que entraron en impago se hicieron las estimaciones requeridas por la regulación panameña.
"Las reservas creadas durante el año 2017, fueron producto de las estimaciones revisadas por el Regulador Bancario y por los Auditores Externos, las cuales exceden el 100% de los créditos categorizados en D (dudoso) y en E (irrecuperable)", recalcó la entidad, en su respuesta.
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Bicsa finalizó el año pasado con un saldo de la cartera de crédito de $1.511 millones, es decir, un incremento del 7% comparado con el 2016.
El crédito empresarial acaparó el 72% del total de los préstamos de la institución bancaria, seguido del 25% a otros bancos y entidades financieras, de acuerdo con los estados financieros del Banco.
Por país, el 41% de los préstamos se colocaron en Costa Rica, 26% en Panamá y 17% en Centroamérica y México.
El 16% restante son operaciones colocadas en Suramérica, Estados Unidos, Europa y Asia, se detalla en los estados financieros del Banco.
Ganancias crecen luego de dos años de caídas
El Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) consiguió revertir, el año pasado, la tendencia en la reducción en sus utilidades.
La entidad financiera reportó, en el 2017, una ganancia neta de $9,4 millones, mientras que el año previó ascendió a $6,4 millones, según los estados financieros del banco.
Bicsa enfrentó, a partir del 2014, una baja en sus ganancias debido a los efectos negativos generados por préstamos que entraron en morosidad.
La Gerencia de la institución justificó, por escrito, que la mejora del resultado se fundamentó en un incremento en la colocación de crédito.
La cartera de préstamos de la entidad cerró, el año pasado, en $1.511 millones, es decir, 7% más frente a los $1.411 millones de saldo del 2016.
"Asimismo se lograron mayores ingresos producto de las gestiones de recuperación de crédito", enfatizó la entidad.
Pese al mejor resultado, las ganancias de la entidad financiera aún están lejos de los $20 millones en utilidad neta (descontado el pago de impuestos) reportados en el 2014.
Otro elemento a favor del resultado de Bicsa fue que la entidad bancaria redujo 2% sus gastos administrativos.
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Los egresos ascendieron a $29,2 millones, el año pasado, frente a los $29,7 millones del 2016, según los datos financieros del Banco.
La reducción del gasto más relevante fue en el pago de dietas de los directivos y en servicios profesionales, pues ascendieron a $1,9 millones el año pasado, frente a los $2,2 millones del 2016, es decir, una baja del 13%.
El Banco de Costa Rica, principal accionista de Bicsa, modificó, a mediados del 2016, los gastos atribuidos a la Junta Directiva de su subsidiaria los cuales fundamentan la reducción del año anterior.