San José.
Los créditos malos drenaron las ganancias del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) durante el 2016.
Al cierre del año pasado, la entidad reportó una utilidad neta de $5 millones mientras que, en el 2015, ascendió a $16,2 millones lo cual significó una caída del 69%.
Así se detalla en la información financiera entregada por Bicsa a la Superintendencia de Bancos de Panamá.
Las razones del golpe en el resultado de la entidad fueron el incremento del saldo de préstamos que cayeron a mala categoría y el consecuente aumento en la reserva por las operaciones con problemas de pago, según se detalla en la información financiera de la entidad afincada en Panamá.
También influyó la menor generación de ingresos operativos, aseguró el Banco por escrito.
Bicsa se negó, por secreto bancario, a detallar cuáles operaciones fueron las que entraron en problemas el año pasado.
Por su parte, el Banco de Costa Rica (BCR) propietario del 51% de la entidad, detalló que revisarán la política de crédito del banco.
"No hay evidencia de que se esté actuando con descuido en la gestión de crédito. Esto no significa que se deba prescindir de evaluar las políticas y regulaciones de crédito que se están aplicando en Bicsa", confirmó Gilberth Barrantes, gerente Corporativo de Riesgos del BCR.
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El indicador de morosidad del banco cerró en 1,95% el año pasado.
El Banco informó que, el año pasado, elevaron su cobertura de liquidez en $100 millones lo cual afectó su rentabilidad.
A mediados del año, Bicsa tuvo una salida de capitales lo cual obligó al BCR y al Banco Nacional (BN), propietarios de la entidad, a inyectarle $112 millones.
Problemas. El efecto adverso en las ganancias se influyó el fuerte deterioro en la cartera de préstamos el año pasado.
El saldo de operaciones calificadas como dudosas y las irrecuperables pasaron de $11,3 millones, en el 2015, a $25,9 millones el año pasado, o sea, se incrementaron 129% en 12 meses.
La Superintendencia de Bancos de Panamá obliga a las entidades financieras a clasificar a sus deudores en grado normal, mención especial, subnormal, dudoso e irrecuperable.
Cuando el préstamo es categoría dudosa, el banco debe hacer una provisión del 80% del saldo del crédito. En el caso de las operaciones irrecuperables se reserva el 100% del monto adeudado, según el Acuerdo No.4-2013 de la Superintendencia panameña.
Bicsa confirmó que cuatro operaciones cayeron, el año pasado, en clasificación irrecuperable y solo uno de los préstamos significó el 90% de los $6,1 millones de saldo con la peor categoría. La entidad está en proceso de adjudicarse las garantías.
El aumento en el saldo de créditos con problemas elevaron las provisiones por cuentas malas, pues se incrementaron en 21% el último año.
De $8,1 millones de reserva para cubrirse de operaciones en problemas, en 2015, se pasó a $9,8 millones, muestran los datos financieros de la entidad.
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"Las políticas sobre provisiones aplicadas al final del 2016 buscan asegurar la mayor cobertura en los créditos del Banco y hacen que la cifra sea mayor", explicó la entidad bancaria.
Uno de los riesgos señalados en los estados financieros auditados de Bicsa es la concentración del crédito, pues el 82,3% del saldo está colocado en el sector corporativo. Al cierra del 2016, la cartera de crédito ascendió a $1.411 millones.
Sin embargo, la institución financiera justificó que esa es su razón de ser.
"La lógica dice que es de esperar que la concentración de sus operaciones sea en ese segmento", explicó el Banco.