Las criptomonedas más fuertes del mercado han mantenido firmeza en su precio, a pesar de que en el último mes algunas de las principales plataformas de intercambio de estos activos digitales han sido señaladas y cuestionadas por reguladores financieros de diferentes países.
Aunque lejos de alcanzar sus precios máximos de principios del año pasado, la cotización de las criptomonedas comenzó el 2023 con una leve tendencia alcista que se ha mantenido hasta el primer día de julio, a pesar de que el mercado ha recibido varios golpes.
El bitcóin, la criptomoneda más usada en el mundo, inició el 2023 en $16.500 y actualmente se cotiza en valores cercanos a los $30.500. Desde mediados de marzo se ha mantenido en precios que oscilan entre los $25.000 y $31.400; incluso llegó a su máximo nivel en un año el pasado 23 de junio ($31.410,93).
El mercado de las criptomonedas en su conjunto tiene actualmente un valor aproximado de $1,235 billones, de los cuales casi el 50% corresponde al bitcóin, según la web CoinGecko. Por esa razón, este activo suele ser un parámetro para los demás, pues su comportamiento usualmente se replica en las otras cripto, ya sea que suba o baje su valor.
El Ether, la segunda criptomoneda más grande del mercado, empezó el año en unos $1.250 y para arrancar julio se situó por encima de los $1.900, según los datos de cotización de Yahoo Finance. Este activo digital se ha mantenido por encima de $1.700 desde marzo.
El mercado de las criptomonedas suele estar asociado a una volatilidad constante y a una alta oscilación de precios, un claro ejemplo fue lo sucedido el año pasado. En estos primeros meses del 2023 han sucedido algunas sacudidas, pero su impacto no ha sido tan fuerte como lo fue en el 2022.
A principios de junio, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, siglas en inglés), que regula los mercados financieros en Estados Unidos, llevó ante la justicia a la mayor plataforma de intercambio de criptomonedas del país, Coinbase, a la que acusa de infringir la regulación vigente por no haberse registrado como plataforma de intercambio e intermediario de transacciones de criptomonedas.
Días antes, la SEC también presentó una demanda contra la mayor plataforma de comercio global de criptomonedas, Binance, acusada de haber eludido a sabiendas la regulación con clientes estadounidenses y solicitó a la justicia que congelara activos de la empresa y de su fundador, Changpeng Zhao.
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Este no es el primer contratiempo al que se enfrenta Binance, pues a finales de junio la Autoridad de Mercados y Servicios Financieros (FSMA) de Bélgica ordenó el cese “con efectos inmediatos” de las operaciones de la plataforma en este país europeo.
El regulador financiero acusó a la plataforma de estar “ofreciendo y proporcionando en Bélgica servicios de cambio de divisas entre monedas virtuales y de curso legal, así como de monedero electrónico, desde países que no son miembros del Espacio Económico Europeo”.
“Normalmente este tipo de situaciones generadas por hechos fundamentales, afectan los precios e incertidumbre en los inversionistas. Hemos visto volatilidad en el mercado, pero menor en comparación con la inestabilidad provocada el año pasado con el cierre de la casa de intercambio FTX”, explicó Alexander Rojas, profesor de ULead.
En contraste, el año anterior, cuando las principales criptomonedas registraron una tendencia a la baja, esa caída se fue agravando con el desplome de proyectos importantes como Terra o el colapso de FTX, que impactó en activos como el bitcóin con caídas de hasta $5.000, y que alcanzó mínimos históricos en dos años, con un valor de poco más de $15.000.
Todos esos golpes intensificaron la caída de las criptomonedas durante el año anterior y afectaron directamente a la reputación del mercado, que desde siempre ha tenido sus detractores. Por esa razón, entraron en el 2023 con el gran desafío de recuperar la credibilidad de la industria.