La evolución en la cotización de las criptomonedas ha sido una montaña rusa en el último año. La caída de proyectos grandes de la industria provocó un descenso sin frenos en el precio de las monedas digitales, que marcaron un 2022 para el olvido.
Aunque lejos de alcanzar sus precios máximos, la cotización de las criptomonedas comenzó el 2023 con una leve tendencia alcista, sobre todo en enero, tras un prolongado ‘criptoinvierno’ con valores hacia la baja. También han mantenido cierta sensibilidad a los acontecimientos de la industria, en parte alimentada por la caída de grandes proyectos el año pasado.
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El bitcóin, la criptomoneda más usada en el mundo, suele ser un parámetro para las demás, ya que su comportamiento usualmente se replica en las otras monedas digitales, ya sea que suba o baje su valor. El precio de este activo empezó el 2023 en $16.625, tras recortar su cotización en más de la mitad durante el 2022.
Ahora, tras casi dos meses, aumentó su cotización en 39,6% y alcanzó un precio de $23.218. Si bien sigue lejos de su valor histórico, cuando superó el umbral de los $60.000, el bitcóin se mantiene oscilando en un rango de precios entre $23.000 y poco menos de $25.000, algo que no se veía desde hace algunos meses.
En el caso del ethereum, la segunda criptomoneda más importante del mercado, registró un aumento en la cotización del 33,5% en lo que va del año 2023. El precio del activo digital pasó de valer $1.200 el 1º de enero a $1.603 para el 26 de febrero.
Pese al buen comportamiento de los primeros meses del año, el mercado de criptomonedas se ha mostrado sensible a los acontecimiento de la industria, tal cual pasó en 2022. Un ejemplo de esto sucedió el 9 de febrero, cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) sancionó con una multa de $30 millones a la plataforma Kraken.
La tercera plataforma de intercambio de criptomonedas, por cantidad de transacciones diarias, fue multada porque violó la legislación estadounidense al no registrar su programa de staking como servicio. Esto consiste en adquirir criptoactivos y mantenerlos bloqueados en una billetera virtual con el fin de recibir ganancias o recompensas. Tras la noticia, el bitcóin cayó 3,6% y ethereum 5,7% en cuestión de 24 horas.
Días después, Paxos, la empresa encargada del stable coin (activo que mantiene su valor atado una moneda estable, como el dólar) de Binance, la plataforma de intercambio más grande del mundo cripto, anunció que finalizaría su relación con el gigante de la industria. Este evento también sacudió levemente el mercado.
Año desafiante
Si bien la debacle de FTX fue la más sonada del año pasado debido a la magnitud de la compañía y a lo público que se convirtió el caso, otros proyectos importantes como el de Terra (criptomoneda anclada al dólar) también se desplomaron, al no poder mantener su paridad con el dólar.
A esto se le sumó la quiebra de la plataforma de inversión en criptomonedas Celsius, que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de quiebras en Estados Unidos un mes después de congelar los retiros de su sistema. Además, otras empresas como Blockfi, Three Arrows Capital (3AC) y CoreScientific sufrieron descalabros.
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Estos golpes intensificaron la caída de las criptomonedas durante el año anterior y afectaron directamente a la reputación del mercado, que desde siempre ha tenido sus detractores. Por ello, el 2023 representa un desafío: recuperar la credibilidad en la industria.
En diciembre, Otto Mora, miembro de AsoBlockchain Costa Rica, reconoció que el reto principal de la industria para el 2023 es aumentar la transparencia y conocimiento de los usuarios sobre los protocolos de Finanzas Descentralizadas (DeFi), así como sobre las plataformas centralizadas, como Coinbase, Binance u otros.
También resaltó la necesidad de establecer métodos de verificación de reservas a través de la red blockchain o mediante herramientas más tradicionales para las plataformas centralizadas de criptomonedas, similares a los mecanismos de control a los que se someten los bancos.