Durante el año previo a su intervención, Desyfin aumentó la captación de depósitos del público, mientras pagaba obligaciones crediticias con bancos locales y externos.
En un plazo de 12 meses, que concluyó en junio pasado, la financiera obtuvo ¢17.191 millones en inversiones a plazo y a la vista de personas y empresas. Al mismo tiempo, canceló deudas con entidades financieras por un monto de ¢16.481 millones, según la información registrada en el sitio web de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
El aumento en la captación de fondos del público generó un cambio en la estructura del fondeo de Desyfin, cuya administración fue asumida por la interventora Marianne Kött Salas, desde el pasado 13 de agosto, por orden del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), debido al deficiente manejo de la cartera de crédito.
A mediados de este año, el pasivo total de la entidad ascendió a ¢183.203 millones, de los cuales el 63,8% correspondía a captaciones del público, es decir, ¢116.922 millones. Un año antes, los recursos desde esa fuente ascendían a ¢99.731 millones, lo que representaba el 53,4% del compromiso total, de acuerdo con Sugef.
En contraste, la deuda de Desyfin con los bancos disminuyó su relevancia en el balance financiero. A mediados de este año, el pasivo pendiente de pago era de ¢59.573 millones, lo que representaba el 32,5% de las obligaciones. Sin embargo, en junio de 2023, dicha deuda era de ¢75.263 millones, lo que equivalía al 41,2% de los compromisos totales.
El financiamiento bancario fue otorgado por 11 entidades, tanto financieras como no financieras, con una tasa de interés promedio ponderada de 7,68% en dólares y 6,06% en colones, detalló la calificadora de riesgo SCRiesgo en un informe del pasado 28 de junio.
“Se torna relevante señalar que las líneas y préstamos formalizados se dirigen en su mayoría hacia el capital de trabajo de la entidad”, subrayó la agencia evaluadora.
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Por otro lado, la deuda subordinada de Desyfin con cinco organismos internacionales, como el Fondo Noruego de Inversiones para Países en Vías de Desarrollo (Norfund), también disminuyó durante el último año. A mediados de 2023, los compromisos ascendían a ¢7.499 millones, lo que representaba el 4,1% del fondeo total. Doce meses después, esta cifra bajó a ¢6.708 millones, es decir, el 3,7% del pasivo, según los datos publicados por la Superintendencia.
En términos interanuales, el monto de las inversiones de personas y empresas en la financiera crecieron el 17,2%, mientras que el pasivo con los bancos cayó en 20,8%, ahí se incluyen créditos otorgados a Desyfin y depósitos.
La Interventoría de Desyfin confirmó a La Nación que mientras dure el proceso no se ejecutará la cancelación de ninguna deuda. “La suspensión de pagos aplica a todas las obligaciones de la entidad sin distinción del plazo al vencimiento”, se detalló por escrito. El proceso especial que enfrenta la financiera se ordenó por un plazo de 30 días naturales que pueden prorrogarse por otros 30 días, si así lo solicita Kött al Consejo.
Nuevo modelo de captación
Según SCRiesgo, Desyfin informó de que el aumento en los depósitos a plazo era parte de la adopción de un modelo similar al de la banca privada, con el cual fortalecieron su base de clientes físicos, jurídicos e institucionales, en lugar de obtener financiamiento del extranjero como lo había hecho en años anteriores, cuando las tasas de interés en dólares se redujeron.
“Este crecimiento también se debe a que los costos de financiamiento local son más competitivos en comparación con los préstamos internacionales, influenciados principalmente por tasas como la SOFR y la Tasa Prime”, apuntó la agencia en su informe del pasado 8 de julio.
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Para la agencia calificadora, la financiera enfrentaba el reto de diversificar las fuentes de fondeo y gestionar efectivamente su respectiva estructura de costos.
“Financiera Desyfin mantiene un esquema de fondeo donde la liquidez goza de un rol protagónico, dada la injerencia de las obligaciones con el público dentro de los pasivos, sumado al requerimiento con que cuenta la Entidad de atender oportunamente eventualidades como el vencimiento sin renovación tanto de certificados a plazo, como de las obligaciones con entidades financieras”, señaló la agencia en su informe.
SCRiesgo precisó que los 20 mayores depositantes de la entidad concentraban el 18% de las obligaciones de Desyfin. De hecho, entre los principales afectados con el congelamiento de pagos hay fondos de pensión, asociaciones solidaristas, aseguradoras y fondos de inversión. El destino de los recursos está a la espera de la determinación sobre el futuro de esta financiera.
A junio anterior, este tipo de clientes mantenían en inversiones a plazo un saldo de ¢57.540 millones colocado entre bonos de deuda y certificados a plazo de Desyfin, según distintas bases de datos disponibles en la Superintendencia de Pensiones (Supén), la Superintendencia General de Valores (Sugeval), la Superintendencia General de Seguros (Sugese), así como los reportes publicados en los estados financieros de estos acreedores.
Alta dolarización
Otro riesgo señalado por la calificadora a la entidad intervenida fue la dolarización, tanto de los activos y pasivos, y la exposición al tipo de cambio de sus clientes.
“Los pasivos en moneda extranjera muestran una representatividad del 56% sobre el total de pasivos“, especificó SCRiesgo. Adicionalmente, el 73% de la cartera de crédito por ¢122.295 millones estaba formalizada en dólares.