El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) declaró inviable a Financiera Desyfin y ordenó el proceso de resolución inmediato, en un acuerdo tomado este miércoles 9 de octubre en la sesión 1896-2024, para trasladar los activos y pasivos a una entidad solvente.
“No existen elementos necesarios para un plan de regularización, capitalizar la entidad, ni transformar ni fortalecer la estructura de gobierno corporativo", explicó Laura Suárez, presidenta del Conassif, durante una conferencia de prensa.
Suárez detalló que las pérdidas de la financiera consumieron el total del capital y se determinó un faltante de ¢6.704 millones, lo que representa una caída del patrimonio de 158% y una suficiencia patrimonial de -10,7%, al cierre de agosto.
El Consejo designó a Marianne Kött Salas como encargada del proceso de resolución y a Luis Diego Fernández Gómez, como resolutor adjunto. Kött se desempeñó, desde el pasado 13 de agosto, como interventora de la financiera.
Desyfin fue intervenida por una deficiente administración de la cartera de crédito cuyo saldo era de ¢125.341 millones, en junio pasado. Una fiscalización especial de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) determinó que las estimaciones por deterioro, del 20% del saldo prestado, eran insuficientes.
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La Sugef ordenó la creación de una provisión adicional que consumió el 88,5% del patrimonio de la entidad, reduciéndolo a ¢1.339 millones desde los ¢11.701 millones previos. Esta situación llevó la suficiencia patrimonial del 10,20% a un resultado negativo de -0,06%. Ambas circunstancias provocaron que la entidad cayera en irregularidad financiera 3, lo cual implica la intervención inmediata.
Para el cierre de agosto, los números se deterioraron aún más. De acuerdo con la administración de la intervención, fue necesario hacer ajustes en la información financiera y contable por ¢17.015 millones, lo que llevó las pérdidas acumuladas a ¢21.968 millones. Ese resultado se comió todo el patrimonio y dejó, además, el faltante de ¢6.704 millones.
Plan sin sustento
Las razones que inclinaron la balanza hacia la inviabilidad de Desyfin fue que la propuesta planteada por Silvio Lacayo Beeche, representante legal de la financiera y de los socios mayoritarios, no resolvía los desequilibrios de la institución.
Además, la resolutora Marianne Kött explicó que la propuesta presentada fue rechazada durante la asamblea de accionistas que se realizó el pasado 30 de setiembre. Tal situación ocurrió porque, en la iniciativa presentada por Lacayo, se aseguró que había un socio internacional que iba a capitalizar la institución hasta con $30 millones.
Sin embargo, Kött subrayó que cuando contactaron a un representante de la empresa interesada, este aseguró que el aporte no se iba a realizar. “Él nos indicó que no tenían un ‘ok’ para invertir la cantidad de dinero indicada. Incluso dijo que el mensaje se pudo haber malinterpretado", afirmó.
Por tal razón, no fue posible la capitalización de la financiera, robustecer su liquidez ni realizar una transformación en el gobierno corporativo, por lo cual la operación de Desyfin no es viable, detalló.
Para salvar a la institución de su resolución era necesario hacer un aporte de ¢21.968 millones. Dicho monto se requería para cubrir las pérdidas generadas por las estimaciones crediticias de los préstamos malos, sobrevaloración de activos y provisiones de pago de impuestos.
Adicionalmente, durante la conferencia de prensa de este miércoles se reveló que la entidad tenía la costumbre de registrar algunos gastos que se anotaban como activos. De hecho, fue uno de los rubros que implicó un ajuste, junto con las estimaciones crediticias, y que consumieron el capital de la entidad.
“En la parte técnica de la entidad (Desyfin) nos indicaron que era una práctica que ellos hacían. Los colaboradores no lo veían como anormal, sino como habitual. En cuanto si dañaba a la entidad, claro que sí porque fue uno de los ajustes importantes que conllevaron a los ¢21.968 millones de pérdidas", dijo Kött.
La interventora informó de que, la denuncia penal planteada por la Sugef a inicios del proceso, será ampliada con los nuevos hallazgos.
‘Banco bueno’ y ‘banco malo’
Sobre el proceso de resolución, el camino a seguir será la creación de dos bloques de activos, denominados “banco bueno” y “banco malo”, similar al mecanismo utilizado con Coopeservidores.
Laura Suárez, presidente del Conassif, indicó que la financiera cuenta con un conjunto de “activos valiosos y deseables” que permitiría la recuperación de pasivos (depósitos) en una condición beneficiosa en comparación con un proceso concursal. La jerarca apuntó que los ahorrantes con depósitos de hasta ¢6 millones tienen garantizados sus recursos.
Marianne Kött, quien se encargó del proceso de intervención, señaló que en este caso no se utilizará el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) en vista que la financiera cuenta con los activos suficientes para cubrir los depósitos garantizados. Añadió que los pasivos garantizados totalizan ¢7.023 millones y la entidad cuenta con el respaldo para cubrirlos.
Los depositantes con ahorros garantizados suman 4.028 personas, de los cuales 3.072 (36%) tienen respaldo del 100% y 956 (24%) de forma parcial, explicó Rodolfo González, miembro del equipo interventor.
En cuanto al primer bloque denominado “banco bueno”, estarán los activos de mayor calidad de la financiera, que representan cerca del 75% del total, según confirmó González.
Este grupo de activos compuesto principalmente por créditos, se transferirá a una entidad financiera solvente. A cambio, quien absorba esta cartera asumirá pasivos de Desyfin hasta el valor de los activos trasladados, monto que se determinará una vez que se concrete la negociación con la entidad.
En un segundo bloque quedarán los créditos del “banco malo”, que corresponde a los activos que no adquiera la entidad financiera solvente y que se traspasarían a un fideicomiso para su venta y distribuir el monto recuperado entre los acreedores. En caso de que la resolución propuesta no funcione o quede un remanente de activos, se procedería a subastarlos y venderlos de forma directa.
“En última instancia, los activos cuya venta no haya sido posible de concretar en el proceso de resolución, se enviarían al proceso concursal ante la instancia judicial correspondiente", aclaró la administración de la intervención.
El Conassif confirmó, por medio de un comunicado de prensa, que durante la intervención se acercó una entidad solvente interesada en el “banco bueno”, además de otras entidades con el interés de participar en un potencial proceso de resolución.
Desyfin recibió la autorización para operar como entidad financiera no bancaria, el 24 de febrero de 1998, e inició operaciones el 1. ° de junio de ese mismo año.